/ miércoles 12 de enero de 2022

Puente negro | Sida y Covid, de la mano

Desde 1981, las portadas de los diarios del mundo difundieron la aparición del VIH como "un raro cáncer" que enfermaba a los homosexuales. Tener SIDA era motivo de vergüenza, de exclusión familiar y social, y de muerte.

El virus Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, temido y terrible, provocaba en los primeros portadores enfermedades que quizá en la mayoría terminaban con sus vidas.

Para fortuna de la humanidad, en 1996 cambió el curso de la epidemia y el VIH se convirtió en una enfermedad crónica que no se ha ido.

Hoy, según ONUSIDA, el tratamiento como prevención, el control de la transmisión vertical y las remisiones logradas en 2012 y 2019 permiten confiar en que la 'meta 90-90-90' (90% de las personas con VIH diagnosticadas, 90% en tratamiento y 90% de quienes están en tratamiento con carga viral indetectable) planteada por ONUSIDA era viable ya en 2020.

Las estadísticas de hoy hacen pedazos la creencia de que la enfermedad era exclusiva de homosexuales y personas de color.

Según reportes de ONUSIDA, el 53% de los que viven con el virus son mujeres y niñas y 1.7 millones [entre 1.2 millones y 2.2 millones] son niños de hasta 14 años.

En el mundo, 28.2 millones de personas reciben terapia antirretroviral (junio de 2021), de 37.2 millones de personas que vivían con el VIH en todo el mundo en 2020.

Aunque han pasado décadas desde su aparición, 1.5 millones [1 millón–2 millones] de personas contrajeron la infección hacer dos años, mientras 680 mil fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el Sida en el mismo 2020. Si vemos, no solo el Covid mató a cientos de miles o a millones ese año. La cuota del SIDA es también enorme.

En total, 79.3 millones [55.9 millones–110 millones] contrajeron la infección desde el comienzo de la epidemia, y 36.3 millones [27.2 millones –47.8 millones] fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el Sida desde el comienzo de la epidemia.

No obstante, los resultados de la batalla contra el Sida aportan signos esperanzadores pues el 84% de todas las personas que vivían con el VIH conocía su estado serológico con respecto al VIH en 2020. Antes, no había pruebas a la mano y era penoso solicitar el examen.

Otros logros: al cierre de junio del año pasado, 28.2 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretroviral, en comparación con los 7.8 millones de 2010.

En 2020, el 73% de todas las personas que vivían con el VIH tuvieron acceso al tratamiento, y el 85% de las mujeres embarazadas con VIH tuvieron acceso a medicamentos antirretrovirales para evitar la transmisión del VIH a sus hijos.

Nuevas infecciones por el VIH

Desde el pico de 1997, las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en 52%.

Visto así, parecería que vamos bien. Pero no tan bien. El 50% de todas las nuevas infecciones en 2020 se dieron en mujeres y niñas, aunque

desde 2010 las nuevas infecciones en niños descendieron un 53%.

Muertes relacionadas con el Sida

Desde el pico alcanzado en 2004, las muertes relacionadas con el Sida se han reducido en más de un 47%. En 2020 alrededor de 680 mil murieron de enfermedades relacionadas con el Sida en todo el mundo, frente a los 1.9 millones de 2004 y los 1.3 millones de 2010.

VIH y COVID-19 ¿Qué debemos saber?

Las personas que viven con VIH sufren cuadros más graves y tienen mayores comorbilidades por COVID-19 que las personas que no viven con el VIH.

Empero, a mediados de 2021 la mayoría de las personas con VIH no tenían acceso a las vacunas anti-COVID-19. ¡Doble condena!

Estudios de Inglaterra y Sudáfrica revelan que el riesgo de morir por COVID-19 entre las personas con VIH era el doble que el de la población general.

África subsahariana contiene 67% de las personas con VIH. Pero las vacunas anti-COVID-19 no llegan lo suficientemente rápido.

En julio de 2021, menos del 3% de los africanos habían recibido una dosis de la vacuna anti-COVID-19.

ONUSIDA admite que los confinamientos y otras restricciones por el COVID-19 interrumpieron las pruebas del VIH y provocaron fuertes caídas en los diagnósticos y las derivaciones para el tratamiento contra el VIH.

El Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria informó que las pruebas del VIH disminuyeron en un 41% y las remisiones para diagnóstico y tratamiento en un 37% durante los primeros confinamientos por COVID, en comparación con el mismo período de 2019.

Grupos de población clave

En 2020, los grupos de población clave (los/las trabajadores/as sexuales y sus clientes, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas que se inyectan drogas, las personas transgénero) y sus parejas sexuales representan el 65 % de las nuevas infecciones por VIH a nivel mundial.

Según los expertos, el riesgo de contraer el VIH es 35 veces mayor entre las personas que se inyectan drogas; 34 veces mayor para las mujeres transgénero; 26 veces mayor para los/las trabajadores/as sexuales; 25 veces mayor entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.

No es complicado ver que tenemos enfrente un reto inédito en el mundo. Dos pandemias: el Sida (que parece "olvidado") y el Covid parecen tomarse de la mano.

Queda una pregunta: en nuestro entorno inmediato (Sinaloa), ¿han sido vacunadas de manera preferente las personas enfermas de Sida y los grupos más vulnerables, como son los diabéticos, hipetensos, enfermos de cáncer y otros?

Si no es así, ¿qué esperamos?

Desde 1981, las portadas de los diarios del mundo difundieron la aparición del VIH como "un raro cáncer" que enfermaba a los homosexuales. Tener SIDA era motivo de vergüenza, de exclusión familiar y social, y de muerte.

El virus Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, temido y terrible, provocaba en los primeros portadores enfermedades que quizá en la mayoría terminaban con sus vidas.

Para fortuna de la humanidad, en 1996 cambió el curso de la epidemia y el VIH se convirtió en una enfermedad crónica que no se ha ido.

Hoy, según ONUSIDA, el tratamiento como prevención, el control de la transmisión vertical y las remisiones logradas en 2012 y 2019 permiten confiar en que la 'meta 90-90-90' (90% de las personas con VIH diagnosticadas, 90% en tratamiento y 90% de quienes están en tratamiento con carga viral indetectable) planteada por ONUSIDA era viable ya en 2020.

Las estadísticas de hoy hacen pedazos la creencia de que la enfermedad era exclusiva de homosexuales y personas de color.

Según reportes de ONUSIDA, el 53% de los que viven con el virus son mujeres y niñas y 1.7 millones [entre 1.2 millones y 2.2 millones] son niños de hasta 14 años.

En el mundo, 28.2 millones de personas reciben terapia antirretroviral (junio de 2021), de 37.2 millones de personas que vivían con el VIH en todo el mundo en 2020.

Aunque han pasado décadas desde su aparición, 1.5 millones [1 millón–2 millones] de personas contrajeron la infección hacer dos años, mientras 680 mil fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el Sida en el mismo 2020. Si vemos, no solo el Covid mató a cientos de miles o a millones ese año. La cuota del SIDA es también enorme.

En total, 79.3 millones [55.9 millones–110 millones] contrajeron la infección desde el comienzo de la epidemia, y 36.3 millones [27.2 millones –47.8 millones] fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el Sida desde el comienzo de la epidemia.

No obstante, los resultados de la batalla contra el Sida aportan signos esperanzadores pues el 84% de todas las personas que vivían con el VIH conocía su estado serológico con respecto al VIH en 2020. Antes, no había pruebas a la mano y era penoso solicitar el examen.

Otros logros: al cierre de junio del año pasado, 28.2 millones de personas tenían acceso a la terapia antirretroviral, en comparación con los 7.8 millones de 2010.

En 2020, el 73% de todas las personas que vivían con el VIH tuvieron acceso al tratamiento, y el 85% de las mujeres embarazadas con VIH tuvieron acceso a medicamentos antirretrovirales para evitar la transmisión del VIH a sus hijos.

Nuevas infecciones por el VIH

Desde el pico de 1997, las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en 52%.

Visto así, parecería que vamos bien. Pero no tan bien. El 50% de todas las nuevas infecciones en 2020 se dieron en mujeres y niñas, aunque

desde 2010 las nuevas infecciones en niños descendieron un 53%.

Muertes relacionadas con el Sida

Desde el pico alcanzado en 2004, las muertes relacionadas con el Sida se han reducido en más de un 47%. En 2020 alrededor de 680 mil murieron de enfermedades relacionadas con el Sida en todo el mundo, frente a los 1.9 millones de 2004 y los 1.3 millones de 2010.

VIH y COVID-19 ¿Qué debemos saber?

Las personas que viven con VIH sufren cuadros más graves y tienen mayores comorbilidades por COVID-19 que las personas que no viven con el VIH.

Empero, a mediados de 2021 la mayoría de las personas con VIH no tenían acceso a las vacunas anti-COVID-19. ¡Doble condena!

Estudios de Inglaterra y Sudáfrica revelan que el riesgo de morir por COVID-19 entre las personas con VIH era el doble que el de la población general.

África subsahariana contiene 67% de las personas con VIH. Pero las vacunas anti-COVID-19 no llegan lo suficientemente rápido.

En julio de 2021, menos del 3% de los africanos habían recibido una dosis de la vacuna anti-COVID-19.

ONUSIDA admite que los confinamientos y otras restricciones por el COVID-19 interrumpieron las pruebas del VIH y provocaron fuertes caídas en los diagnósticos y las derivaciones para el tratamiento contra el VIH.

El Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria informó que las pruebas del VIH disminuyeron en un 41% y las remisiones para diagnóstico y tratamiento en un 37% durante los primeros confinamientos por COVID, en comparación con el mismo período de 2019.

Grupos de población clave

En 2020, los grupos de población clave (los/las trabajadores/as sexuales y sus clientes, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas que se inyectan drogas, las personas transgénero) y sus parejas sexuales representan el 65 % de las nuevas infecciones por VIH a nivel mundial.

Según los expertos, el riesgo de contraer el VIH es 35 veces mayor entre las personas que se inyectan drogas; 34 veces mayor para las mujeres transgénero; 26 veces mayor para los/las trabajadores/as sexuales; 25 veces mayor entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.

No es complicado ver que tenemos enfrente un reto inédito en el mundo. Dos pandemias: el Sida (que parece "olvidado") y el Covid parecen tomarse de la mano.

Queda una pregunta: en nuestro entorno inmediato (Sinaloa), ¿han sido vacunadas de manera preferente las personas enfermas de Sida y los grupos más vulnerables, como son los diabéticos, hipetensos, enfermos de cáncer y otros?

Si no es así, ¿qué esperamos?

ÚLTIMASCOLUMNAS