¿Recuerda usted estimado lector que al momento de cancelarse el torneo y de anunciarse la desaparición de la Liga de Ascenso, lo primero que se dio a conocer fue que la sustituirían por una nueva liga llamada de desarrollo? Bueno, se argumentó en ese momento que la idea era en razón de desarrollar el talento mexicano de 23 años y menores. También se dijo que se aceptarían determinados refuerzos mayores de esa edad incluso hasta extranjeros.
También se habló de un lapso de seis años para que volviera el ascenso con la finalidad de que los equipos de la máxima categoría tuviesen suficiente tiempo para que trabajaran en sus proyectos de consolidación, pero eso sí, sin desaparecer el inexplicable porcentaje, copiado del futbol argentino, sistema de competencia del todo incongruente y desventajoso para los equipos que recién ascienden.
¿Las consecuencias?
Bueno, creciente desempleo porque en la desaparecida división de ascenso había muchos jugadores que rebasaban la edad y por eso mismo muy pocos tendrán cabida en la máxima categoría, el otro detalle era que, si se trataba de la liga de desarrollo, de plano, la gente se alejaría de los estadios, porque no se podía esperar mucha calidad.
Y nada, de pronto todo empezó a cambiar o modificarse.
Mire usted, para empezar, se anunció el regreso del ascenso en dos años más solo para equipos certificados, promesa que está por verse cumplida a como se manejan las cosas en la federación, pero mientras tanto así está acordado y por lo menos 7 de los 12 equipos que se quedaron de la liga anterior, a estas alturas ya fueron certificados. Faltan el resto, cinco en total.
Pero aún quedaba un elemento bien importante: la calidad del circuito.
Y vino otra modificación: se llamará Liga de Expansión. Su nombre lo dice todo, se trata de aumentar los equipos de la máxima categoría y los de la nueva liga, en la que finalmente quedaron 16 equipos al ser rechazado Reynosa. Pero ¿a que la tirarían los equipos certificados con un plantel sub 23 con refuerzos de llegar a la máxima categoría? Simplemente a realizar grandes inversiones en la compra de jugadores con el riesgo de perderlo todo en cuanto se reanude el descenso, ese sí al parecer sin modificación en seis años. Bueno, eso dicen.
Finalmente, el cambio más drástico: no serán equipos en su totalidad sub 23.
Se acordó que los equipos podrán contratar a ocho jugadores arriba de esa edad y el resto sí tendrán que ser de esa edad de 23 años o menos, pero lo más interesante es otro detalle: podrán alinear hasta ocho elementos mayores de 23 años y un mínimo de tres de 23. Esta situación cambia totalmente el panorama de toda la liga, aunque a estas alturas muchos equipos ya le dieron salida a elementos muy valiosos por lo que los que están certificados o por certificarse, andan buscando con lupa jugadores que le den a sus equipos la solidez necesaria para pelear por llegar al título.
Ahora, luego de la buena nueva, solo hace falta que las directivas logren que sus aficionados vayan al estadio, programando sus juegos entre martes y miércoles porque el resto de los días serán para juegos de la máxima categoría.
¿Cómo la ven?
Nos vemos mañana.
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