/ lunes 18 de febrero de 2019

Poligamia política AMLO-Qurino y el trébol


Sin dificultad alguna, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se llevó el respaldo para la creación de la polémica Guardia Nacional, de los gobernadores Quirino Ordaz Coppel y José Rosas Aispuro cuyos estados, curiosamente confluyen en el Triángulo Dorado, paraíso de la siembra y producción de amapola y mariguana.

Los mandatarios de Sinaloa y Durango, se sumaron precisamente a la propuesta que encuentra resistencia entre los grupos políticos opositores del país, luego de la visita que el tabasqueño hizo a Badiraguato, cuna de narcotraficantes como Joaquín Guzmán Loera, Ernesto Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero.

La decisión tan rápida o acomodaticia, de acuerdo a la opinión de ciertos sectores sociales, expuso una oscura tela de duda y, en otros casos, develó el resultado de una estrategia de las tres partes.

¿Por qué el gobernante sinaloense resolvió tan fácilmente y usó el nombre de todos los pobladores, que aquí se necesita la Guardia nacional, cuando con frecuencia afirma que todo está bien en el ámbito de seguridad pública? ¿Por qué en realidad no realizó consulta previa?

Primeramente porque es el titular del Ejecutivo estatal en turno.

Y porque es muy cómodo un día afirmar una cosa y al siguiente desdecirse con lo contrario. Eso se estila mucho entre los políticos.

También por quedar bien con el Presidente de la República o porque desde arriba lo presionaron y le informaron que le tienen un expediente listo para cuando se ofrezca.

O definitivamente porque no se puede “poner a las patadas con Sansón”.

Lo más seguro, es que no es asi. Quirino Ordaz Coppel y José Rosas Aispuro, le otorgaron el espaldarazo sin condiciones a Andrés Manuel López Obrador, porque asi les conviene a todos. Hay una especie de maridaje político entre los tres. Que sobrevive casi en la “poligamia”, pero que se requiere para que a todos les vaya positivamente.

Es parte de las negociaciones que impiden que el clima se contamine con confrontaciones estériles y, que se quiera o no, condiciona en lo sucesivo, el acceso de estas entidades, al progreso y a la paz pública.

Ello se confirma al surgir la incorporación del apoyo de alguien que es priista como el de Sinaloa y de otro que es panista como el duranguense.

El trébol de AMLO y Gerardo Vargas.

Para beneplácito de los militantes de Fuerza Trébol y aunque sea de mera coincidencia, cuando el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador llegó a territorio badiraguatense, que en el imaginario colectivo es uno de los más peligrosos porque dio a luz a capos del narco que propagaron violencia y muerte, exhibió entre los amuletos que lo protegen la imagen de un trébol de cinco hojas.

El mismo talismán –de cuatro hojas- con que Gerardo Vargas Landeros, socializó la lucha y el trabajo que mantiene esa agrupación que creó entre los sinaloenses, a través de la que lleva servicios sociales, que contemplan desde dotación de medicinas y atención a los enfermos, asesorías, auxilio a la población y permanente gestión social.

Hay quienes señalan que políticamente las casualidades no existen. Sin embargo, concurrencia o no, las láminas de esa plantan que son un símbolo muy valioso para muchos, cayeron entre la militancia como una experiencia que les muestra que la lucha, incluso en la adversidad, tarde o temprano da frutos de recompensa.

Andrés Manuel López Obrador, peleó contra corriente y finalmente venció a los poderosos que lo miraron como un enemigo pequeño.




Sin dificultad alguna, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se llevó el respaldo para la creación de la polémica Guardia Nacional, de los gobernadores Quirino Ordaz Coppel y José Rosas Aispuro cuyos estados, curiosamente confluyen en el Triángulo Dorado, paraíso de la siembra y producción de amapola y mariguana.

Los mandatarios de Sinaloa y Durango, se sumaron precisamente a la propuesta que encuentra resistencia entre los grupos políticos opositores del país, luego de la visita que el tabasqueño hizo a Badiraguato, cuna de narcotraficantes como Joaquín Guzmán Loera, Ernesto Fonseca Carrillo y Rafael Caro Quintero.

La decisión tan rápida o acomodaticia, de acuerdo a la opinión de ciertos sectores sociales, expuso una oscura tela de duda y, en otros casos, develó el resultado de una estrategia de las tres partes.

¿Por qué el gobernante sinaloense resolvió tan fácilmente y usó el nombre de todos los pobladores, que aquí se necesita la Guardia nacional, cuando con frecuencia afirma que todo está bien en el ámbito de seguridad pública? ¿Por qué en realidad no realizó consulta previa?

Primeramente porque es el titular del Ejecutivo estatal en turno.

Y porque es muy cómodo un día afirmar una cosa y al siguiente desdecirse con lo contrario. Eso se estila mucho entre los políticos.

También por quedar bien con el Presidente de la República o porque desde arriba lo presionaron y le informaron que le tienen un expediente listo para cuando se ofrezca.

O definitivamente porque no se puede “poner a las patadas con Sansón”.

Lo más seguro, es que no es asi. Quirino Ordaz Coppel y José Rosas Aispuro, le otorgaron el espaldarazo sin condiciones a Andrés Manuel López Obrador, porque asi les conviene a todos. Hay una especie de maridaje político entre los tres. Que sobrevive casi en la “poligamia”, pero que se requiere para que a todos les vaya positivamente.

Es parte de las negociaciones que impiden que el clima se contamine con confrontaciones estériles y, que se quiera o no, condiciona en lo sucesivo, el acceso de estas entidades, al progreso y a la paz pública.

Ello se confirma al surgir la incorporación del apoyo de alguien que es priista como el de Sinaloa y de otro que es panista como el duranguense.

El trébol de AMLO y Gerardo Vargas.

Para beneplácito de los militantes de Fuerza Trébol y aunque sea de mera coincidencia, cuando el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador llegó a territorio badiraguatense, que en el imaginario colectivo es uno de los más peligrosos porque dio a luz a capos del narco que propagaron violencia y muerte, exhibió entre los amuletos que lo protegen la imagen de un trébol de cinco hojas.

El mismo talismán –de cuatro hojas- con que Gerardo Vargas Landeros, socializó la lucha y el trabajo que mantiene esa agrupación que creó entre los sinaloenses, a través de la que lleva servicios sociales, que contemplan desde dotación de medicinas y atención a los enfermos, asesorías, auxilio a la población y permanente gestión social.

Hay quienes señalan que políticamente las casualidades no existen. Sin embargo, concurrencia o no, las láminas de esa plantan que son un símbolo muy valioso para muchos, cayeron entre la militancia como una experiencia que les muestra que la lucha, incluso en la adversidad, tarde o temprano da frutos de recompensa.

Andrés Manuel López Obrador, peleó contra corriente y finalmente venció a los poderosos que lo miraron como un enemigo pequeño.