A estas alturas de la eliminatoria futbolística rumbo al Mundial de Qatar, tras algunas rondas con resultados hasta cierto modo sorpresivos en las diversas confederaciones, las aguas empiezan a regresar a su cauce de tal manera que los países de siempre asoman ya la cabeza en la delantera; en algunos casos ante la extrema pobreza de muchas selecciones de países tan pequeños como la extensión de varios estados de nuestra nación, con el cuento de que van muchos a Qatar, 32 para ser exactos, son algunos de esos pequeños quienes alcanzarán un sitio para diciembre de 2022.
En CONCACAF, si bien hemos insistido en que México logrará su pase, aunque no caminando, lo exhibido por todos los participantes hasta ahora ha sido decepcionante. En este asunto, si lo vemos desde la óptica de que ganar es lo importante, sin importar cómo, efectivamente luego de dos rondas vamos en caballo de hacienda, aunque desde el punto de vista futbolístico haya sido hasta ahora extremadamente pobre.
Jamaica y Costa Rica, limitados en grado superlativo, fue aprovechado por el equipo mexicano a medias. Ya lo mencionamos, lo importante fue ganar ambos juegos, pero en el otro tema, simplemente poco o nada. Aquí en nuestro correo, hace mucho que no recibíamos nutrida participación de nuestros lectores como en esta ocasión, todos coincidieron en la misma apreciación: México inofensivo, con poco empaque de equipo y sus mejores individualidades no han pesado.
Si bien es verdad que coincido en sus puntos de vista, aun pienso que el equipo mexicano, encontrará el camino correcto, que su cuerpo técnico, encabezado por Martino, a base de mover a la gente con alineaciones diferentes, finalmente tendrá que darle bien al clavo. Mire usted, México sufrió ante ambos equipos en la recta final de los encuentros, situación que debe de preocupar a todos, porque si bien aún como equipo no funciona, por lo menos el oficio de sus jugadores debe pesar más que el de los contrarios cuyo nivel no se compara.
El tri ganó apenas 2-1 a Jamaica en el Azteca, pero los antillanos van a su casa y pierden ante Panamá por goliza, luego de que los canaleros no pudieron vencer en su propia casa a un Costa Rica inofensivo que a su vez regresa a su terruño y pierde con los nuestros a causa de un penal, en un partido para olvidar. Bajo ese panorama ¿Qué podemos esperar mañana ante un Panamá cuya moral debe andar por los cielos, pero que, si analizamos a su equipo, no es como para asustar a nadie?
Para nada será un partido fácil, pero, si de objetivos se trata, ganar como sea le daría a México una gran ventaja dado que serían dos visitas y dos triunfos. Y sí, se montaría en caballo de hacienda y ojalá al mismo tiempo para la próxima serie en base al trabajo y a la incorporación de algunos que faltaron, el equipo mejore paulatinamente, especialmente en lo relacionado con la profundidad y creación de más oportunidades de gol.
Y ahora lo del gran escándalo.
Botana preparada, reunión de a quienes nos gusta ver el futbol con la familia, algunas cervezas y aguas frescas. Nos preparamos bien temprano para empezar el maratón futbolístico del domingo anterior especialmente para ver el duelo entre Brasil y Argentina y luego el de México. Y nada, que la botana se acabó, pero entre el asombro de lo sucedido tras la suspensión del partido entre cariocas y pamperos, estos últimos por desobedecer las políticas de salud del estado brasileño, pero avalada su participación por la mismísima Conmebol. Desde luego que los argentinos sabían de los riesgos, pero los tomaron porque su confederación les dio luz verde. Eso, por una parte, por otra, faltó mayor atención de las autoridades brasileñas, quienes no debieron confiarse y debieron estar atentos en dar seguimiento al seleccionado argentino y actuar antes de que se iniciara el partido.
Ahora, a esperar la resolución de la FIFA. Para terminar: un evento inesperado, afortunadamente positivo, paró en seco nuestra intención de darles a conocer los pormenores de un proyecto. Saldrá mejor de los planeado, ya lo verá usted.
Nos vemos mañana, si este aparato no nos vuelve a fallar.
