/ jueves 11 de noviembre de 2021

¿Peligra la Embajada para Quirino?

Aún se ignora, si el ex gobernador sinaloense Quirino Ordaz Coppel, que asistió a la boda escandalosa de Santiago Nieto y Carla Humphrey en Guatemala, viajó en avión privado y eso lo haga caer de la gracia del Presidente Andrés Manuel López Obrador para que le retire la propuesta de convertirse en Embajador de México en España.

De su presencia en la ciudad de Antigua, ya se confirmó. Cierto que todavía no es parte del Gobierno Federal, pero saber que acostumbra a ser ostentoso como empresario y político, no es del gusto de quien dirige los destinos de la República Mexicana.

Aunque tiene dinero de sobra para hacer lo que se le venga en gana y volar en el transporte más caro y exclusivo que exista -sobre todo luego de dejar la gubernatura de Sinaloa-, los principios sobre austeridad en los que se rige la autoridad federal actual, pudieran hacerle daño.

Momentáneamente se cubre con la marquesina y no quiere salir mucho a cuadro, tras lo aparatoso de las nupcias que tumbaron primero a la titular de Turismo de la Ciudad de México, Paola Félix. Y luego al novio que tuvo que dimitir a la Unidad de Inteligencia Financiera.

Estuvo el mazatleco en un acontecimiento, que logró una mezcla misteriosa de invitados.

En nuestro territorio local, es tanta la vehemencia con que la lideresa estatal del Partido Revolucionario Institucional, Cinthia Valenzuela Langárica defiende al ex jefe del Gobierno del Estado para que no le deshagan la promesa de ungirlo como diplomático en tierra española.

A tal nivel, que raya en la ironía y como beneficiaria de una diputación local de regalo, revela que es una más de ese hatajo de traidores que entregó la plaza a Morena el pasado seis de junio.

De otra forma, no podría explicarse el odio que siente por los morenistas y contra quienes despotrica por sistema y envidia, pero cuando hay ganancia de por medio, respalda todo pese a que sean sus peores enemigos.

Mientras por otro lado, advierte a Francisco Antonio Castañeda Verduzco, priista que asumió como director del Desarrollo Urbano Tres Ríos en el gabinete de Rubén Rocha Moya, que lo sentará en el “banquillo de los acusados”.

¿Por qué no mide a todos los que se encuentran en estas condiciones, con la misma vara?

Nada más y nada menos, porque el ex mandatario la colocó en la lista de sus predilectos para lograr una curul en el Congreso del Estado, tras sacar las cuentas del plan con que se apoyara al morenismo para que arribara a la cima como sucedió el seis de junio.

La dama, siempre se movió entre el círculo de quienes maquinaron la traición más grande y ominosa de la historia, encabezada por el ex titular del Poder Ejecutivo a quien los integrantes del Consejo Político Nacional lo comenzaron a cuestionar como El Judas moderno de la política mexicana.

La fetidez de lo que irónicamente llena el ambiente, es que desde que Andrés Manuel López Obrador llegó a la Presidencia de la República, todo le molesta a la muchacha.

Desacredita, a todo el que entra y sale. Todo lo que hace y no hacen los personajes del Movimiento de Regeneración Nacional. No vale a ella para nada, todo lo que se incorpora o se identifica con el partido en el poder. En resumen, todo apesta.

Pero, el hecho de que Quirino Ordaz Coppel pretenda adherirse a un cargo diplomático español que le servirá como cubierta de corso para su protección, lo califica como un suceso inmaculado.

Por si fuera poco, se trenza en una pelea con los mismos correligionarios del Revolucionario Institucional que amenazan con expulsarlo, si el mazatleco, a pesar de todo sale al país ibérico con la valija bajo el brazo, lo que seguramente asi será.

Para algunos militantes de abajo, no tarda mucho en que Cinthia Valenzuela Langárica, comience a “enamorenizarse”. Ya lanzó sus primeros coqueteos.

Todo sea por pagar el favor de ser legisladora y resaltar entre esa horda de traidores que acabó con la esperanza de priistas que si trabajaron lealmente por un proyecto auténtico, mientras los favorecidos con la derrota, se festinan con cinismo en medio de la desgracia de los verdaderos militantes, que todavía quedan y observan perplejos.

Aún se ignora, si el ex gobernador sinaloense Quirino Ordaz Coppel, que asistió a la boda escandalosa de Santiago Nieto y Carla Humphrey en Guatemala, viajó en avión privado y eso lo haga caer de la gracia del Presidente Andrés Manuel López Obrador para que le retire la propuesta de convertirse en Embajador de México en España.

De su presencia en la ciudad de Antigua, ya se confirmó. Cierto que todavía no es parte del Gobierno Federal, pero saber que acostumbra a ser ostentoso como empresario y político, no es del gusto de quien dirige los destinos de la República Mexicana.

Aunque tiene dinero de sobra para hacer lo que se le venga en gana y volar en el transporte más caro y exclusivo que exista -sobre todo luego de dejar la gubernatura de Sinaloa-, los principios sobre austeridad en los que se rige la autoridad federal actual, pudieran hacerle daño.

Momentáneamente se cubre con la marquesina y no quiere salir mucho a cuadro, tras lo aparatoso de las nupcias que tumbaron primero a la titular de Turismo de la Ciudad de México, Paola Félix. Y luego al novio que tuvo que dimitir a la Unidad de Inteligencia Financiera.

Estuvo el mazatleco en un acontecimiento, que logró una mezcla misteriosa de invitados.

En nuestro territorio local, es tanta la vehemencia con que la lideresa estatal del Partido Revolucionario Institucional, Cinthia Valenzuela Langárica defiende al ex jefe del Gobierno del Estado para que no le deshagan la promesa de ungirlo como diplomático en tierra española.

A tal nivel, que raya en la ironía y como beneficiaria de una diputación local de regalo, revela que es una más de ese hatajo de traidores que entregó la plaza a Morena el pasado seis de junio.

De otra forma, no podría explicarse el odio que siente por los morenistas y contra quienes despotrica por sistema y envidia, pero cuando hay ganancia de por medio, respalda todo pese a que sean sus peores enemigos.

Mientras por otro lado, advierte a Francisco Antonio Castañeda Verduzco, priista que asumió como director del Desarrollo Urbano Tres Ríos en el gabinete de Rubén Rocha Moya, que lo sentará en el “banquillo de los acusados”.

¿Por qué no mide a todos los que se encuentran en estas condiciones, con la misma vara?

Nada más y nada menos, porque el ex mandatario la colocó en la lista de sus predilectos para lograr una curul en el Congreso del Estado, tras sacar las cuentas del plan con que se apoyara al morenismo para que arribara a la cima como sucedió el seis de junio.

La dama, siempre se movió entre el círculo de quienes maquinaron la traición más grande y ominosa de la historia, encabezada por el ex titular del Poder Ejecutivo a quien los integrantes del Consejo Político Nacional lo comenzaron a cuestionar como El Judas moderno de la política mexicana.

La fetidez de lo que irónicamente llena el ambiente, es que desde que Andrés Manuel López Obrador llegó a la Presidencia de la República, todo le molesta a la muchacha.

Desacredita, a todo el que entra y sale. Todo lo que hace y no hacen los personajes del Movimiento de Regeneración Nacional. No vale a ella para nada, todo lo que se incorpora o se identifica con el partido en el poder. En resumen, todo apesta.

Pero, el hecho de que Quirino Ordaz Coppel pretenda adherirse a un cargo diplomático español que le servirá como cubierta de corso para su protección, lo califica como un suceso inmaculado.

Por si fuera poco, se trenza en una pelea con los mismos correligionarios del Revolucionario Institucional que amenazan con expulsarlo, si el mazatleco, a pesar de todo sale al país ibérico con la valija bajo el brazo, lo que seguramente asi será.

Para algunos militantes de abajo, no tarda mucho en que Cinthia Valenzuela Langárica, comience a “enamorenizarse”. Ya lanzó sus primeros coqueteos.

Todo sea por pagar el favor de ser legisladora y resaltar entre esa horda de traidores que acabó con la esperanza de priistas que si trabajaron lealmente por un proyecto auténtico, mientras los favorecidos con la derrota, se festinan con cinismo en medio de la desgracia de los verdaderos militantes, que todavía quedan y observan perplejos.