/ jueves 18 de marzo de 2021

Para aprender de los paralelismos históricos

De cómo el gobernante da la fiesta, pero todo mundo –la sociedad- paga la factura.

La historia no se repite exactamente, pero pueden resaltarse paralelismos curiosos (no haré una exacta comparación de personajes, sino de circunstancias). Pregunto al lector: ¿Quién le sugiere o se parece el personaje del que se habla a continuación? Disculpe usted la cita tan larga. Es necesaria en este ejercicio o juego de imaginación.

Cito: El gobernante "actuó siempre con alguna autoridad legal y sus acciones no fueron, de hecho, ni subversivas ni revolucionarias. Sin embargo, todas ellas tenían un propósito claro: la aristocracia ya no gobernaría más y el gobernante iba a explotar las provincias por su propia cuenta. Con el gobernante se elevó al poder un grupo nuevo, multitud heterogénea de aventureros, principalmente herederos de los miembros de las facciones proscritas... el gobernante nunca olvidó el ejército, ejemplo que siguieron sus sucesores. En estos aspectos de su gobierno estuvo la base del nuevo régimen imperial”.

“El gobernante, siendo procónsul, logró el dominio sobre el estado... cuando fue hecho dictador, y según se indicó, con este carácter se presentó a la elección que le hizo cónsul en 48 a. c. Después de la derrota de otro gobernante recibió poderes adicionales. Fue hecho tribuno vitalicio y se le autorizó a ser cónsul durante un período de cinco años. Se le concedió el derecho de declarar la guerra y hacer la paz, designar los mandos provinciales y, como dictador, de reformar la constitución. Se le concedieron aún más poderes después de la derrota final de la oligarquía. Fue designado censor, con facultad para nombrar magistrados y "reformar la moral"; al mismo tiempo se extendió a las provincias la inviolabilidad del tribunado y se hizo permanente el título de imperator. Se le facultó también para nombrar una comisión que parcelara las tierras en Italia”.

“Los honores del gobernante no fueron menos que sus facultades. El Senado le autorizó para llevar las botas rojas de los antiguos reyes y las togas rojas triunfales en todo tiempo. Le dio el título de "padre de su país". Se le autorizó también a llevar en su séquito su propia estatua con la leyenda: "Al dios invencible". Se puso en todos los templos su imagen y rehusó de mala gana el título de rey”.

“Pero el gobernante no reformó la constitución. No se abolieron las instituciones republicanas, ni se crearon instituciones nuevas. Su sistema de gobierno consistía en concentrar en su persona, como cónsul, tribuno, censor, dictador y pontífice máximo, todo poder esencial, y en reemplazar a los magistrados electivos -cuestores, pretores y ediles- con funcionarios de su propia elección. El dinero -el oro de las Galias- y el dominio del patronato eran los medios que tenía para alterar la constitución. Su reforma principal fue la reconstrucción del Senado, el cual, como resultado del aumento de cerca de trescientos miembros nuevos, se convirtió en un cuerpo de ‘mediocridades adineradas’. Actuó simplemente para ratificar sus deseos... Pero no hubo proscripción, en una parte porque el gobernante no la deseaba y en otra porque, debido a la matanza de sus enemigos en Farsalia, no le hacía falta. Sin embargo, se confiscaron y vendieron las propiedades de sus contrarios. La propiedad era el cemento del nuevo grupo gobernante, como lo había sido de la oligarquía senatorial [...] Su liberalidad no tenía igual. Cada soldado recibió el equivalente de 2,000 dólares, y cada ciudadano cerca de una décima parte de esta cantidad, con una concesión adicional de trigo y aceite, como donativos directos. Los juegos excedieron en su magnificencia a todos los realizados previamente. Se hizo un combate naval en un lago artificial abierto en el Campo de Marte. Los gladiadores y los animales feroces luchaban en los circos. En los desfiles figuraban una jirafa traída de África y un centenar de elefantes con antorchas. Las calles estaban llenas de cánticos salvajes y de soldados borrachos, el pueblo corría de una diversión a otra, la ciudad estaba sobresaltada y el costo fue de 75.000,000 de dólares. El gobernante daba la fiesta, pero todo el mundo mediterráneo pagaba la factura." Hasta aquí la cita bibliográfica.

Claro, sí podía saberse, el personaje de la cita es el imperator romano Julio César, al momento después de haber cruzado el Rubicón con sus legiones, haber tomado el poder absoluto en Roma y con ello dar fin a la República. La cita corresponde al tomo II del libro "Las grandes culturas de la humanidad. Los imperios clásicos", del historiador Ralph Turner, FCE, México, 1948, págs. 833-835.

¿Cómo era eso de aprender de la historia? ¿O solo tuve un deja su histórico al leer el pasaje?

De cómo el gobernante da la fiesta, pero todo mundo –la sociedad- paga la factura.

La historia no se repite exactamente, pero pueden resaltarse paralelismos curiosos (no haré una exacta comparación de personajes, sino de circunstancias). Pregunto al lector: ¿Quién le sugiere o se parece el personaje del que se habla a continuación? Disculpe usted la cita tan larga. Es necesaria en este ejercicio o juego de imaginación.

Cito: El gobernante "actuó siempre con alguna autoridad legal y sus acciones no fueron, de hecho, ni subversivas ni revolucionarias. Sin embargo, todas ellas tenían un propósito claro: la aristocracia ya no gobernaría más y el gobernante iba a explotar las provincias por su propia cuenta. Con el gobernante se elevó al poder un grupo nuevo, multitud heterogénea de aventureros, principalmente herederos de los miembros de las facciones proscritas... el gobernante nunca olvidó el ejército, ejemplo que siguieron sus sucesores. En estos aspectos de su gobierno estuvo la base del nuevo régimen imperial”.

“El gobernante, siendo procónsul, logró el dominio sobre el estado... cuando fue hecho dictador, y según se indicó, con este carácter se presentó a la elección que le hizo cónsul en 48 a. c. Después de la derrota de otro gobernante recibió poderes adicionales. Fue hecho tribuno vitalicio y se le autorizó a ser cónsul durante un período de cinco años. Se le concedió el derecho de declarar la guerra y hacer la paz, designar los mandos provinciales y, como dictador, de reformar la constitución. Se le concedieron aún más poderes después de la derrota final de la oligarquía. Fue designado censor, con facultad para nombrar magistrados y "reformar la moral"; al mismo tiempo se extendió a las provincias la inviolabilidad del tribunado y se hizo permanente el título de imperator. Se le facultó también para nombrar una comisión que parcelara las tierras en Italia”.

“Los honores del gobernante no fueron menos que sus facultades. El Senado le autorizó para llevar las botas rojas de los antiguos reyes y las togas rojas triunfales en todo tiempo. Le dio el título de "padre de su país". Se le autorizó también a llevar en su séquito su propia estatua con la leyenda: "Al dios invencible". Se puso en todos los templos su imagen y rehusó de mala gana el título de rey”.

“Pero el gobernante no reformó la constitución. No se abolieron las instituciones republicanas, ni se crearon instituciones nuevas. Su sistema de gobierno consistía en concentrar en su persona, como cónsul, tribuno, censor, dictador y pontífice máximo, todo poder esencial, y en reemplazar a los magistrados electivos -cuestores, pretores y ediles- con funcionarios de su propia elección. El dinero -el oro de las Galias- y el dominio del patronato eran los medios que tenía para alterar la constitución. Su reforma principal fue la reconstrucción del Senado, el cual, como resultado del aumento de cerca de trescientos miembros nuevos, se convirtió en un cuerpo de ‘mediocridades adineradas’. Actuó simplemente para ratificar sus deseos... Pero no hubo proscripción, en una parte porque el gobernante no la deseaba y en otra porque, debido a la matanza de sus enemigos en Farsalia, no le hacía falta. Sin embargo, se confiscaron y vendieron las propiedades de sus contrarios. La propiedad era el cemento del nuevo grupo gobernante, como lo había sido de la oligarquía senatorial [...] Su liberalidad no tenía igual. Cada soldado recibió el equivalente de 2,000 dólares, y cada ciudadano cerca de una décima parte de esta cantidad, con una concesión adicional de trigo y aceite, como donativos directos. Los juegos excedieron en su magnificencia a todos los realizados previamente. Se hizo un combate naval en un lago artificial abierto en el Campo de Marte. Los gladiadores y los animales feroces luchaban en los circos. En los desfiles figuraban una jirafa traída de África y un centenar de elefantes con antorchas. Las calles estaban llenas de cánticos salvajes y de soldados borrachos, el pueblo corría de una diversión a otra, la ciudad estaba sobresaltada y el costo fue de 75.000,000 de dólares. El gobernante daba la fiesta, pero todo el mundo mediterráneo pagaba la factura." Hasta aquí la cita bibliográfica.

Claro, sí podía saberse, el personaje de la cita es el imperator romano Julio César, al momento después de haber cruzado el Rubicón con sus legiones, haber tomado el poder absoluto en Roma y con ello dar fin a la República. La cita corresponde al tomo II del libro "Las grandes culturas de la humanidad. Los imperios clásicos", del historiador Ralph Turner, FCE, México, 1948, págs. 833-835.

¿Cómo era eso de aprender de la historia? ¿O solo tuve un deja su histórico al leer el pasaje?