Del pacto que “suena como agua que lleva el río” desde antes de iniciar el proceso electoral en la entidad, lo firmó finalmente al calce el gobernador Quirino Ordaz Coppel para asegurar la derrota del candidato priista-panista-perredista, Mario Zamora Gastélum y consumar así antes del seis de junio, la entrega de la plaza a Morena.
La clase política de los partidos que integran la alianza Va por Sinaloa e incluso los morenistas, interpretaron los últimos sucesos que se registraron y particularmente el comportamiento del mandatario sinaloense, que con anticipación despertó sospechas al respecto.
Primero por su complacencia con el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a quien todo le aplaude.
Así, entre los analistas políticos también se revisó el desencadenamiento de hechos recientes y los que hace meses denunció el abanderado de Movimiento Ciudadano a la gubernatura y ex secretario de Pesca y Acuacultura del Gobierno del Estado, Sergio Torres Félix, sobre la existencia de un acuerdo en lo oscuro para apuntalar a los adversarios del PRI.
Sin embargo, los acontecimientos que afinaron ese probable convenio, ajustaron la realidad luego de que el Ejecutivo estatal, despidió a Evelio Plata Inzunza de la titularidad de la Secretaría de Pesca y Acuacultura, para quedar bien con Rubén Rocha Moya, aspirante a sucederlo, quien los acusó directamente de injerencia en el proceso y de demandar el desafuero de la autoridad central.
Posteriormente, visto como en un compromiso por debajo de la mesa, el de Movimiento de Regeneración Nacional el siete de mayo, ordenó el desistimiento del recurso legal interpuesto ante la Fiscalía Especializada de Atención a los Delitos Electorales contra el ex funcionario.
Expuso que ello fue por civilidad y afirmó que siguen vigentes las querellas contra los secretarios de Agricultura, Manuel Tarriba, y de Innovación Gubernamental, José de Jesús Gálvez, por conductas irregulares similares.
Pero entre otros indicios, lo que arrojó conclusiones de que el mochiteco ya se dá por perdido porque así se lo anunciaron que ha de ser, es la docilidad con que le dio la bienvenida a territorio sinaloense el pasado 15 de los corrientes al presidente Andrés Manuel López Obrador. Y le prometió que votaría por él si fuera candidato, porque es alguien al que no le gusta que las personas mientan, engañen o traicionen.
A ello se especuló que tanto el titular del estado como el del país, se reunieron en privado y platicaron sobre el momento electoral que se atraviesa, en lo que establecieron compromisos para que la elección se realice en buenos términos.
Y porque el presidente Andrés Manuel López Obrador, hizo a la entidad una franca visita político electoral, dado que la inspección de las presas Santa María y Picachos, son obras que tardarán muchos años para concluirse, en un instante en que cuida que los gobernadores no metan sus manos en las elecciones.
Además, en la comunidad PRI-PAN-PRD, se descifró que, como todo movimiento o cambio de semblante, trae un mensaje, el batazo de hit que pegó el Ejecutivo Federal en un juego de béisbol en la comunidad de la Cofradía, Mazatlán, lo vieron como un golpe que le propinó a sus opositores.
Sin dejar de observar, que muy distinto a Rubén Rocha Moya, desde el lunes, deambula un Mario Zamora Gastélum, junto a un equipo, desanimado y con pocas esperanzas de triunfo.
Entre esas lecturas que se dieron al escenario electoral, no dejó de llamar la atención, el viaje inusitado del gobernador Quirino Ordaz Coppel hacia España para estar en la Feria Internacional de Turismo, tan pronto como el presidente Andrés Manuel López Obrador abandonó el territorio local, mientras el proceso electoral se encamina recio hacia su culminación.