/ jueves 27 de agosto de 2020

Otros Factores

Antes de pasar al tema de central de esta entrega, permítanme pertinente aclaración: apunté que con la salida de Nahuelpan, el otro equipo perjudicado era Dorados, esto último lo sostenemos, pero nos equivocamos de nombres al mencionar a Miller Bolaños y Edwin Cardona, como jugadores de cambio. No es así, los dos mencionados también fueron separados de los Xolos por situaciones nada claras pero es evidente que no fue por nada bueno. El jugador que fue llamado de Dorados a Xolos fue el ecuatoriano Jordan Rezavala. Lo acepto: mea culpa.

Y ahora al tema programado:

Mire usted, ser deportista profesional sin duda debe ser para cualquiera un sueño cumplido. Recibir una paga por practicar un deporte a quien no le gustaría, sin embargo, esto tiene sus “asegunes”. Se puede hablar de riesgos e imponderables que pueden incidir en que finalmente una carrera profesional no prospere como para practicarlo mucho tiempo ni para aspirar a ganar lo suficiente como para nunca más volver a trabajar.

Desde luego hay cientos de casos en que por sus habilidades, su rentabilidad está por arriba del rango medio y ganan millones de dólares, tantos que podrían vivir de ello varias generaciones de su familia. La vida productiva de un deportista no es equiparable a lo de cualquier otra profesión, de ahí que buscan los grandes sueldos en base a mucho trabajo y saber explotar sus cualidades, para ello tienen que sortear muchas barreras, varias de ellas de gente que por diferentes motivos se las pone en el camino por intereses de otros, así muchos se quedan en ese andar, no solo por ese motivo sino porque una lesión los frena para siempre.

La mayoría de los jugadores, en este caso de fútbol, siempre tienen que tener la maleta lista, no tanto como la de los técnicos, pero debe de tenerla porque aun con contrato en mano en el momento menos pensado le dan las gracias, lo prestan o de plano lo venden a otro club cuando no entra ya en los planes de la organización.

No todo es miel sobre hojuelas. Los jugadores que ya tienen familia, solo tienen dos opciones: cargar con esposa e hijos o dejarlos en alguna ciudad y visitarlos dos o tres veces al año. El asunto de los casados no es nada cómodo porque entre mudanza y mudanza, si cargan con los niños tienen que buscar una buena casa, escuela y otros detalles para que la vida en familia sea placentera.

Casados y solteros, enfrentan también entre una mudanza y otra, cambios de clima, costumbres, otro tipo de casa, hacer nuevas amistades, en general acoplarse al nuevo ambiente. Muchos jugadores han pasado por este tipo de experiencias muchas veces de tal manera que deben de tener una mentalidad positiva para superar todo lo anterior pero también lo relativo directamente con su oficio porque con nuevos compañeros, nuevo técnico, instalaciones y demás, no es tan fácil de buenas a primeras la adaptación. Se trata de una vida de nómadas que sin duda deja muchas experiencias buenas, más aun si son productivas, pero hay muchos que simplemente no lo superan, la nostalgia de lo que dejan atrás les impide dar el cien por ciento y se vuelven jugadores del montón. Los técnicos se ven envueltos en una encrucijada cuando encuentran jugadores que tardan en adaptarse a todo lo arriba señalado de ahí la importancia de que estos tengan la opción de solicitar determinados elementos que puedan adaptarse a la filosofía de sus estrategias y forma de pensar.

Como puede ver usted, esto está bien ligado a una palabra utilizada ayer en nuestra entrega: el tema de las capacidades volátiles de cada individuo.

Nos vemos mañana





Antes de pasar al tema de central de esta entrega, permítanme pertinente aclaración: apunté que con la salida de Nahuelpan, el otro equipo perjudicado era Dorados, esto último lo sostenemos, pero nos equivocamos de nombres al mencionar a Miller Bolaños y Edwin Cardona, como jugadores de cambio. No es así, los dos mencionados también fueron separados de los Xolos por situaciones nada claras pero es evidente que no fue por nada bueno. El jugador que fue llamado de Dorados a Xolos fue el ecuatoriano Jordan Rezavala. Lo acepto: mea culpa.

Y ahora al tema programado:

Mire usted, ser deportista profesional sin duda debe ser para cualquiera un sueño cumplido. Recibir una paga por practicar un deporte a quien no le gustaría, sin embargo, esto tiene sus “asegunes”. Se puede hablar de riesgos e imponderables que pueden incidir en que finalmente una carrera profesional no prospere como para practicarlo mucho tiempo ni para aspirar a ganar lo suficiente como para nunca más volver a trabajar.

Desde luego hay cientos de casos en que por sus habilidades, su rentabilidad está por arriba del rango medio y ganan millones de dólares, tantos que podrían vivir de ello varias generaciones de su familia. La vida productiva de un deportista no es equiparable a lo de cualquier otra profesión, de ahí que buscan los grandes sueldos en base a mucho trabajo y saber explotar sus cualidades, para ello tienen que sortear muchas barreras, varias de ellas de gente que por diferentes motivos se las pone en el camino por intereses de otros, así muchos se quedan en ese andar, no solo por ese motivo sino porque una lesión los frena para siempre.

La mayoría de los jugadores, en este caso de fútbol, siempre tienen que tener la maleta lista, no tanto como la de los técnicos, pero debe de tenerla porque aun con contrato en mano en el momento menos pensado le dan las gracias, lo prestan o de plano lo venden a otro club cuando no entra ya en los planes de la organización.

No todo es miel sobre hojuelas. Los jugadores que ya tienen familia, solo tienen dos opciones: cargar con esposa e hijos o dejarlos en alguna ciudad y visitarlos dos o tres veces al año. El asunto de los casados no es nada cómodo porque entre mudanza y mudanza, si cargan con los niños tienen que buscar una buena casa, escuela y otros detalles para que la vida en familia sea placentera.

Casados y solteros, enfrentan también entre una mudanza y otra, cambios de clima, costumbres, otro tipo de casa, hacer nuevas amistades, en general acoplarse al nuevo ambiente. Muchos jugadores han pasado por este tipo de experiencias muchas veces de tal manera que deben de tener una mentalidad positiva para superar todo lo anterior pero también lo relativo directamente con su oficio porque con nuevos compañeros, nuevo técnico, instalaciones y demás, no es tan fácil de buenas a primeras la adaptación. Se trata de una vida de nómadas que sin duda deja muchas experiencias buenas, más aun si son productivas, pero hay muchos que simplemente no lo superan, la nostalgia de lo que dejan atrás les impide dar el cien por ciento y se vuelven jugadores del montón. Los técnicos se ven envueltos en una encrucijada cuando encuentran jugadores que tardan en adaptarse a todo lo arriba señalado de ahí la importancia de que estos tengan la opción de solicitar determinados elementos que puedan adaptarse a la filosofía de sus estrategias y forma de pensar.

Como puede ver usted, esto está bien ligado a una palabra utilizada ayer en nuestra entrega: el tema de las capacidades volátiles de cada individuo.

Nos vemos mañana