/ lunes 21 de enero de 2019

Ni vencedores ni vencidos


La división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) es un elemento central del Estado de Derecho. No hay democracia plena sin división de poderes, lo que significa que el ejercicio de gobierno no debe estar concentrado en una sola persona o grupo, sino en un sistema de contrapesos.

En Sinaloa, la división de poderes comienza a convertirse en una realidad y ha quedado demostrado con el resultado de las negociaciones del Presupuesto de Egresos del Gobierno del Estado 2019, las cuales concluyeron de manera exitosa el pasado sábado.

Después de un período de discusiones que se prolongó durante 19 días, a partir de que el Gobernador del Estado (Ejecutivo) regresó con observaciones el dictamen del Presupuesto aprobado por el Congreso (Legislativo), se dio todo un proceso de negociaciones políticas en donde imperó finalmente el diálogo, con base en la división de poderes.

Lo anterior lo podemos ver con claridad si revisamos paso a paso el proceso de negociación del presupuesto, el cual se dio en 6 etapas:

1.- El Ejecutivo envía la iniciativa de Presupuesto.

2.- El grupo mayoritario en el Congreso la modifica y reasigna mil 600 millones de pesos.

3.- El Ejecutivo plantea una nueva propuesta aceptando reasignar sólo 400 millones.

4.- El grupo mayoritario en el Congreso rechaza la propuesta y termina aprobando el dictamen con reasignaciones por mil 600 millones.

5.- El Ejecutivo se niega a publicarlo y lo regresa al Congreso con observaciones.

6.- Inicia una nueva ronda de negociaciones que concluye con el acuerdo de reasignar 800 millones de pesos.

El resultado de las negociaciones del Presupuesto Estatal nos indica que el ejercicio del poder no es un juego de vencidas. No hay vencedores ni vencidos.

Incluso, si lo vemos numéricamente, el resultado fue un empate porque ambos poderes cedieron un 50 por ciento en sus propuestas.

El Legislativo planteaba reasignaciones por mil 600 millones, el Ejecutivo propuso sólo 400 y finalmente ambos poderes aceptaron un punto medio: 800 millones de pesos.

No hay pues, ni vencedores ni vencidos. En todo caso lo que hay son nuevas reglas del juego producto de un escenario político diferente, surgido a partir de los resultados de las elecciones de julio pasado, un escenario que obliga al entendimiento de las fuerzas políticas para la gobernabilidad.

Está claro que ha cambiado el escenario en el que ahora se da el ejercicio del poder público en Sinaloa y otros estados que ya no están bajo dominio de un solo partido político.


Por ello, los Gobernadores emanados del PRI o del PAN y sus respectivos gabinetes, están obligados a dialogar para buscar acuerdos con legisladores de Morena, que ahora tienen mayoría en sus respectivos Congresos.

Para bien de los sinaloenses, tanto el poder Ejecutivo como el Legislativo han comenzado a transitar en esa ruta de entendimiento basado en el respeto mutuo, a sabiendas de que en cada decisión de gobierno habrá divergencias que los enfrenten, por lo que necesariamente habrá que corregir y mejorar el diálogo, buscando ante todo y por encima de cualquier interés personal, el progreso de Sinaloa.


GRAFITI

AMLO y su deuda con el campo sinaloense… En la próxima visita que hará a Sinaloa, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se encontrará con el malestar y la incertidumbre que ha generado entre los productores del campo la falta de una política de apoyo para la agricultura comercial.

Muchos de los campesinos que hoy están preocupados por su futuro se sienten defraudados porque entregaron su apoyo y su voto a López Obrador y hasta ahora no han visto claro el cumplimiento de sus promesas de campaña.

Porque los precios de garantía que anunció el Presidente la semana anterior en Zacatecas aplican solo para la agricultura de autoconsumo, son subsidios para pequeños productores, no para la agricultura a gran escala, como la que se practica en los estados del norte del país.

Para garantizar la soberanía alimentaria del país la agricultura comercial requiere otro tipo de apoyos.

¿Estarán estos temas en los planes del Presidente?

¿O acaso piensa que todos los productores agrícolas de Sinaloa son millonarios?


La división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) es un elemento central del Estado de Derecho. No hay democracia plena sin división de poderes, lo que significa que el ejercicio de gobierno no debe estar concentrado en una sola persona o grupo, sino en un sistema de contrapesos.

En Sinaloa, la división de poderes comienza a convertirse en una realidad y ha quedado demostrado con el resultado de las negociaciones del Presupuesto de Egresos del Gobierno del Estado 2019, las cuales concluyeron de manera exitosa el pasado sábado.

Después de un período de discusiones que se prolongó durante 19 días, a partir de que el Gobernador del Estado (Ejecutivo) regresó con observaciones el dictamen del Presupuesto aprobado por el Congreso (Legislativo), se dio todo un proceso de negociaciones políticas en donde imperó finalmente el diálogo, con base en la división de poderes.

Lo anterior lo podemos ver con claridad si revisamos paso a paso el proceso de negociación del presupuesto, el cual se dio en 6 etapas:

1.- El Ejecutivo envía la iniciativa de Presupuesto.

2.- El grupo mayoritario en el Congreso la modifica y reasigna mil 600 millones de pesos.

3.- El Ejecutivo plantea una nueva propuesta aceptando reasignar sólo 400 millones.

4.- El grupo mayoritario en el Congreso rechaza la propuesta y termina aprobando el dictamen con reasignaciones por mil 600 millones.

5.- El Ejecutivo se niega a publicarlo y lo regresa al Congreso con observaciones.

6.- Inicia una nueva ronda de negociaciones que concluye con el acuerdo de reasignar 800 millones de pesos.

El resultado de las negociaciones del Presupuesto Estatal nos indica que el ejercicio del poder no es un juego de vencidas. No hay vencedores ni vencidos.

Incluso, si lo vemos numéricamente, el resultado fue un empate porque ambos poderes cedieron un 50 por ciento en sus propuestas.

El Legislativo planteaba reasignaciones por mil 600 millones, el Ejecutivo propuso sólo 400 y finalmente ambos poderes aceptaron un punto medio: 800 millones de pesos.

No hay pues, ni vencedores ni vencidos. En todo caso lo que hay son nuevas reglas del juego producto de un escenario político diferente, surgido a partir de los resultados de las elecciones de julio pasado, un escenario que obliga al entendimiento de las fuerzas políticas para la gobernabilidad.

Está claro que ha cambiado el escenario en el que ahora se da el ejercicio del poder público en Sinaloa y otros estados que ya no están bajo dominio de un solo partido político.


Por ello, los Gobernadores emanados del PRI o del PAN y sus respectivos gabinetes, están obligados a dialogar para buscar acuerdos con legisladores de Morena, que ahora tienen mayoría en sus respectivos Congresos.

Para bien de los sinaloenses, tanto el poder Ejecutivo como el Legislativo han comenzado a transitar en esa ruta de entendimiento basado en el respeto mutuo, a sabiendas de que en cada decisión de gobierno habrá divergencias que los enfrenten, por lo que necesariamente habrá que corregir y mejorar el diálogo, buscando ante todo y por encima de cualquier interés personal, el progreso de Sinaloa.


GRAFITI

AMLO y su deuda con el campo sinaloense… En la próxima visita que hará a Sinaloa, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se encontrará con el malestar y la incertidumbre que ha generado entre los productores del campo la falta de una política de apoyo para la agricultura comercial.

Muchos de los campesinos que hoy están preocupados por su futuro se sienten defraudados porque entregaron su apoyo y su voto a López Obrador y hasta ahora no han visto claro el cumplimiento de sus promesas de campaña.

Porque los precios de garantía que anunció el Presidente la semana anterior en Zacatecas aplican solo para la agricultura de autoconsumo, son subsidios para pequeños productores, no para la agricultura a gran escala, como la que se practica en los estados del norte del país.

Para garantizar la soberanía alimentaria del país la agricultura comercial requiere otro tipo de apoyos.

¿Estarán estos temas en los planes del Presidente?

¿O acaso piensa que todos los productores agrícolas de Sinaloa son millonarios?