Al entrar la celebración de la Semana Santa, la división previa que alentó Morena al “jugar el dedo en la boca” a sus precandidatos, arrojó un cambio momentáneo en los escenarios electorales en varios municipios que consideró seguros, y los potenciales electores, comentan que reenfocan su voto, hacia lo que avizoran como nuevas opciones, en aras de que les cumplan la palabra empeñada.
En las calles, donde solo es necesario preguntar el sentir de los pobladores de manera aleatoria, la imposición de Jesús Estrada Ferreiro para su reelección, es como un castigo de Movimiento de Regeneración Nacional. Sufren decepción de una agrupación que manipuló las decisiones como para dañar al pueblo al registrar en los últimos tres años a quien representa el peor de los gobiernos municipales de toda la historia.
Y el más grosero. Lo dejaron como si no hubiera otra persona entre el morenismo.
La resolución, contraria a lo que desean los culiacanenses, reposicionó a sus adversarios de Movimiento Ciudadano, con Elizabeth Montoya al frente y, a Faustino Hernández, de la alianza PRI-PAN-PRD.
Los dos, gozan de un mejor concepto entre los vecinos de las colonias populares y de las comunidades rurales.
En Mazatlán, no son muy diferentes las cosas. Nadie se imaginó que Fernando Pucheta propuesto por priistas, panistas y perredistas, retomara su nivel, cuando menos entre algunos sectores de mazatlecos.
Y que, Martín Heredia de MC, empresario con carrera política, resurgiera en las preferencias como lo constataron la dirigencia local y la mexicana, luego de que asi lo escucharon de la gente, que a su vez, calificó como uno de los más siniestros al morenista, Guillermo Benitez, de quien ya no quieren ni el saludo.
Luego en Navolato, Eliazar Gutiérrez Ángulo se llevó a sus simpatizantes al Partido del Trabajo porque el abanderado a la gubernatura Rubén Rocha Moya, como a la mayoría de los aspirantes que pasmó, lo engañó.
Ese hecho con hedor a traición, viró el rumbo de ciertos segmentos de la sociedad que impulsaron la idea de que repitiera como alcalde.
Y la inconformidad que alentó Margot Urrea, la elegida, metió vertiginosamente a la pelea al médico Aarón Aldana, emecista que no se saldrá de la recta final de la competencia.
De tal manera, que la victoria estaré entre él y el edil con licencia que compite con el PT.
Esta municipalidad pudiera ser el muestrario de que las cosas cambiaron, porque aquí hay 10 abanderados para ese único cargo, como se asume que existen en el resto de las municipalidades y ello influirá en el día de las votaciones.
Entre los navolatenses se fragmentará el número de sufragios entre una decena de pretensos, que en la última justa comicial, atrajo el cruce de 45 mil papeletas en total.
Además de que la pandemia, reducirá la salida de votantes hacia las urnas a causa del riesgo que representa el Covid-19, por lo que el seis de junio se verificará una elección muy atípica y rígida.
Lo mismo, pasa en Guasave, donde tiraron por la borda los esfuerzos de Aurelia Leal y en otros lugares.
Entre los militantes inconformes, se maneja que Rubén Rocha Moya, no los defendió porque se trata de una maniobra de sucias negociaciones para entregar ciertas plazas de poder.
Sin embargo, las distancias no se midieron bien, porque los grupos afectados, aseguran que sufragarán por otras alternativas y en contra del candidato a la gubernatura del morenismo.
