/ lunes 18 de octubre de 2021

Merary, la enfermera

La imagen y el video se hicieron virales de inmediato: Merary Villegas parecía escuchar de manera atenta y paciente los reclamos de una madre de familia ante la falta de medicamentos oncológicos para niños. La escena indicaba que Merary terminaría de atender las suplicas con un buen manejo político. Todo cambio en un segundo. La señora se arrodilló y sepultó cualquier avance que la diputada sinaloense pudo tener en el manejo de la situación. Sin contener su enojo, la diputada decidió dar la espalda a la súplica de la madre; con un ademan convirtió aquella escena en el clímax e icono del fracaso en la política de distribución de medicinas que iniciada durante la 4t.

En lugar de ofrecer disculpas, la diputada federal por el séptimo distrito con sede en Culiacán, decidió esconderse detrás de la retórica presidencial acusando a los prianistas de carroñeros quienes, a juicio de la legisladora, planearon toda la escena para hacer quedar mal a las almas castas, puras y virginales de los guerreros del pueblo. Seguramente Merary tiene razón. Entrar al recinto legislativo no es fácil. Los ciudadanos no tienen acceso libre a San Lázaro; necesitan a un diputado que los ayude a ingresar. La madre suplicante debió tener todo el apoyo de los prianistas para tratar de sacar raja política de cualquier encontronazo que se pudiera desarrollar. Merary simplemente mordió el anzuelo. Se le olvido que, por más circo aramddo, su obligación es atender las peticiones de los ciudadanos. Hasta donde sabemos, la escena pudo ser armada, pero la madre con un hijo enfermo es real…. No se contrató a una actriz para escenificar los lamentos.

La “carroña” política no es exclusiva de la oposición mexicana. MORENA construyó y pavimentó su camino al poder sobre los cuerpos de los estudiantes desparecidos de Ayotzinapa. Existen varias carreras políticas forjadas al calor del basurero enclavado en Guerrero. La guardería ABC es otro ejemplo del uso “carroñero” de los partidos políticos para lograr posicionar su agenda entre la sociedad. La “Guerra de Calderón” fue maná del cielo por varios años para el líder fundacional de MORENA y sus fieles seguidores. La carrera de Merary no se explica sin el uso de la carroña política para crecer entre el electorado.

Dejando la demagogia de lado, la repetida frase de la carroña, está más que equivocada. Qué bueno que la oposición usa los errores del partido en el poder para magnificar sus fallos. Ese es el papel de la oposición en todas las democracias del mundo (ser un amplificador de las deficiencias en el Poder). Fue correcto que MORENA utilizara y visualizara temas que, por demás, pudieron perderse en medio de otros asuntos nacionales para beneplácito del poder.

Merary tiene su formación profesional en el área de la salud: enfermera específicamente. Ella debe de tener claridad que existe una falla monumental en la distribución de medicamentos. El propio Secretario de salud en la mañanera del día martes 12 de octubre reconoció que el gobierno tiene problemas en la distribución. Los trabajadores de salud trabajan con lo que tienen y con lo que pueden; son solidarios entre sí y con los pacientes. Difícilmente un trabajador de la salud defendería al gobierno en lugar de defender a los pacientes que sufren las ineptitudes del gobierno. Merary decidió ser política en lugar de enfermera; eso siempre es un rázago de los espíritus débiles: elegir el poder sobre la vocación.

Desde luego que partidos, gobiernos y políticos del pasado fueron omisos con las medicinas. No hay dudas que la corrupción existió en el sector de los medicamentos. Unas cuantas empresas controlaban y sometían al gobierno en materia de salud. El problema del a 4t es que intercambió corrupción por ineptitud (eso si aceptamos que ya no existe la corrupción en la entrega de medicinas. Algunos sugieren que ese tema sigue peor que nunca) Cambiar a un puñado de empresas por una única empresa del Estado no resulto tan buena idea. Los resultados son ms que visibles.

La actitud de Merary representa todo lo que está mal en política. Decidió que la ideología era más importante que resolver el problema de los ciudadanos. La legisladora de Culiacán en algún momento de su vida comprenderá que defender hasta la ignominia a la 4t no es la solución de los problemas. Ella tiene todo el derecho y la obligación de defender su proyecto político, pero acusar de conspiradores a los necesitados no es la mejor forma de convencer de construir una transformación….

¿O usted que piensa, amable lector? ¿la actitud de Merary fue la correcta para enfrentar el “montaje de los prianistas”?

La imagen y el video se hicieron virales de inmediato: Merary Villegas parecía escuchar de manera atenta y paciente los reclamos de una madre de familia ante la falta de medicamentos oncológicos para niños. La escena indicaba que Merary terminaría de atender las suplicas con un buen manejo político. Todo cambio en un segundo. La señora se arrodilló y sepultó cualquier avance que la diputada sinaloense pudo tener en el manejo de la situación. Sin contener su enojo, la diputada decidió dar la espalda a la súplica de la madre; con un ademan convirtió aquella escena en el clímax e icono del fracaso en la política de distribución de medicinas que iniciada durante la 4t.

En lugar de ofrecer disculpas, la diputada federal por el séptimo distrito con sede en Culiacán, decidió esconderse detrás de la retórica presidencial acusando a los prianistas de carroñeros quienes, a juicio de la legisladora, planearon toda la escena para hacer quedar mal a las almas castas, puras y virginales de los guerreros del pueblo. Seguramente Merary tiene razón. Entrar al recinto legislativo no es fácil. Los ciudadanos no tienen acceso libre a San Lázaro; necesitan a un diputado que los ayude a ingresar. La madre suplicante debió tener todo el apoyo de los prianistas para tratar de sacar raja política de cualquier encontronazo que se pudiera desarrollar. Merary simplemente mordió el anzuelo. Se le olvido que, por más circo aramddo, su obligación es atender las peticiones de los ciudadanos. Hasta donde sabemos, la escena pudo ser armada, pero la madre con un hijo enfermo es real…. No se contrató a una actriz para escenificar los lamentos.

La “carroña” política no es exclusiva de la oposición mexicana. MORENA construyó y pavimentó su camino al poder sobre los cuerpos de los estudiantes desparecidos de Ayotzinapa. Existen varias carreras políticas forjadas al calor del basurero enclavado en Guerrero. La guardería ABC es otro ejemplo del uso “carroñero” de los partidos políticos para lograr posicionar su agenda entre la sociedad. La “Guerra de Calderón” fue maná del cielo por varios años para el líder fundacional de MORENA y sus fieles seguidores. La carrera de Merary no se explica sin el uso de la carroña política para crecer entre el electorado.

Dejando la demagogia de lado, la repetida frase de la carroña, está más que equivocada. Qué bueno que la oposición usa los errores del partido en el poder para magnificar sus fallos. Ese es el papel de la oposición en todas las democracias del mundo (ser un amplificador de las deficiencias en el Poder). Fue correcto que MORENA utilizara y visualizara temas que, por demás, pudieron perderse en medio de otros asuntos nacionales para beneplácito del poder.

Merary tiene su formación profesional en el área de la salud: enfermera específicamente. Ella debe de tener claridad que existe una falla monumental en la distribución de medicamentos. El propio Secretario de salud en la mañanera del día martes 12 de octubre reconoció que el gobierno tiene problemas en la distribución. Los trabajadores de salud trabajan con lo que tienen y con lo que pueden; son solidarios entre sí y con los pacientes. Difícilmente un trabajador de la salud defendería al gobierno en lugar de defender a los pacientes que sufren las ineptitudes del gobierno. Merary decidió ser política en lugar de enfermera; eso siempre es un rázago de los espíritus débiles: elegir el poder sobre la vocación.

Desde luego que partidos, gobiernos y políticos del pasado fueron omisos con las medicinas. No hay dudas que la corrupción existió en el sector de los medicamentos. Unas cuantas empresas controlaban y sometían al gobierno en materia de salud. El problema del a 4t es que intercambió corrupción por ineptitud (eso si aceptamos que ya no existe la corrupción en la entrega de medicinas. Algunos sugieren que ese tema sigue peor que nunca) Cambiar a un puñado de empresas por una única empresa del Estado no resulto tan buena idea. Los resultados son ms que visibles.

La actitud de Merary representa todo lo que está mal en política. Decidió que la ideología era más importante que resolver el problema de los ciudadanos. La legisladora de Culiacán en algún momento de su vida comprenderá que defender hasta la ignominia a la 4t no es la solución de los problemas. Ella tiene todo el derecho y la obligación de defender su proyecto político, pero acusar de conspiradores a los necesitados no es la mejor forma de convencer de construir una transformación….

¿O usted que piensa, amable lector? ¿la actitud de Merary fue la correcta para enfrentar el “montaje de los prianistas”?