/ martes 16 de julio de 2019

Más por negocio

No vamos a darle mucha vuelta al asunto: lo realmente valioso, lo que pasa a la historia en cualquier liga de cualquier país del mundo, es su torneo oficial. Mire usted, en todas las naciones del planeta, afiliadas o no a la FIFA, se juegan dos eventos al año, la liga y la copa. Por el nivel competitivo en alguno que otro la copa tiene un valor más alto que en otros, pero nunca jamás, por ningún motivo, es mayor que el de liga. En España, por ejemplo, compiten equipos hasta de la tercera división de tal manera que los clubes de la máxima categoría suelen jugar muchos de sus partidos de copa con alineaciones alternativas, mandan llamar incluso a jugadores de sus fuerzas básicas y es hasta las etapas finales es cuando requieren de algunas de sus estrellas. Equipos de gran jerarquía cuando se les juntas encuentros de mayor importancia, como la Copa de Campeones, prefieren guardar sus armas que arriesgar a sus jugadores en cotejos de Copa del Rey.


En México, es casi lo mismo de tal forma que el torneo de copa para nada es llamativo, a excepción hecha para los equipos de la división de ascenso, especialmente cuando los visita un rival de la máxima categoría. Acá hay una sola gran diferencia: que, durante un ciclo de dos torneos, hay igual número de campeones tanto de liga como de copa. Ahí está el meollo del asunto: el negocio. Ese sistema de competencia, copiado de los argentinos, le pone los pelos de punta a cualquier técnico, orillándolos a no voltear mucho hacia los jóvenes mexicanos, muchos de ellos con importantes logros internacionales. Los equipos buscan desesperadamente refuerzos en el extranjero, situación que resulta en un gran negocio para todos, menos para los clubes porque contratan a cada petardo que ni para la división de ascenso, categoría que no hace malos quesos en este rubro.


El remate de ese gran negocio se da al final del ciclo y previo al inicio de otro con los mentados juegos entre los campeones de ambos torneos. Muchos años atrás se jugaba el campeón de campeones entre los monarcas de liga y copa, se trataba de tremendos agarrones porque la copa era mucho más espectacular porque en ese torneo sí jugaban los estelares.


En la actualidad existe el llamado campeón de campeones entre los dos monarcas de liga y la llamada supercopa entre los dos reyes de ese torneo. Es decir, monarcas de apertura y clausura. Obvio que cuando alguien gana los dos torneos, pues simplemente se acaba el negocio. Tan no son atractivos esos partidos y sus valores realmente pingue que la Federación Mexicana de Fútbol, prefirió llevárselos a los Estados Unidos en donde los mexicanos deseosos de ver a los grandes equipos de nuestra liga pagan cualquier precio por verlos en acción, más tratándose de que estará en juego un trofeo que lo único que tiene de valioso es el gran negocio en el que desde luego, los jugadores llevan su tajada.


Esos encuentros se juegan aun cuando los equipos están en pretemporada, algunos de ellos, como Tigres y León y en menor grado los que llegaron a semifinales, futbolísticamente hablando lejos de su mejor momento, como se dice en el argot futbolístico “duros” por el trabajo de la pretemporada. Por eso el festejo exagerado tanto de cementeros como de águilas, sobre todos de estos, lo único que desean manifestar es sembrar una duda que no existe de quien fue el mejor equipo del último torneo, así sea que en el anterior hayan sido lo mismo, pero no es igual antes que seis meses después, como quedó de manifiesto.


Nos vemos mañana. ¡Ah! Vaya borrego lo del fallecimiento de Pelé. Antoniovelazquez13hotmail.com

No vamos a darle mucha vuelta al asunto: lo realmente valioso, lo que pasa a la historia en cualquier liga de cualquier país del mundo, es su torneo oficial. Mire usted, en todas las naciones del planeta, afiliadas o no a la FIFA, se juegan dos eventos al año, la liga y la copa. Por el nivel competitivo en alguno que otro la copa tiene un valor más alto que en otros, pero nunca jamás, por ningún motivo, es mayor que el de liga. En España, por ejemplo, compiten equipos hasta de la tercera división de tal manera que los clubes de la máxima categoría suelen jugar muchos de sus partidos de copa con alineaciones alternativas, mandan llamar incluso a jugadores de sus fuerzas básicas y es hasta las etapas finales es cuando requieren de algunas de sus estrellas. Equipos de gran jerarquía cuando se les juntas encuentros de mayor importancia, como la Copa de Campeones, prefieren guardar sus armas que arriesgar a sus jugadores en cotejos de Copa del Rey.


En México, es casi lo mismo de tal forma que el torneo de copa para nada es llamativo, a excepción hecha para los equipos de la división de ascenso, especialmente cuando los visita un rival de la máxima categoría. Acá hay una sola gran diferencia: que, durante un ciclo de dos torneos, hay igual número de campeones tanto de liga como de copa. Ahí está el meollo del asunto: el negocio. Ese sistema de competencia, copiado de los argentinos, le pone los pelos de punta a cualquier técnico, orillándolos a no voltear mucho hacia los jóvenes mexicanos, muchos de ellos con importantes logros internacionales. Los equipos buscan desesperadamente refuerzos en el extranjero, situación que resulta en un gran negocio para todos, menos para los clubes porque contratan a cada petardo que ni para la división de ascenso, categoría que no hace malos quesos en este rubro.


El remate de ese gran negocio se da al final del ciclo y previo al inicio de otro con los mentados juegos entre los campeones de ambos torneos. Muchos años atrás se jugaba el campeón de campeones entre los monarcas de liga y copa, se trataba de tremendos agarrones porque la copa era mucho más espectacular porque en ese torneo sí jugaban los estelares.


En la actualidad existe el llamado campeón de campeones entre los dos monarcas de liga y la llamada supercopa entre los dos reyes de ese torneo. Es decir, monarcas de apertura y clausura. Obvio que cuando alguien gana los dos torneos, pues simplemente se acaba el negocio. Tan no son atractivos esos partidos y sus valores realmente pingue que la Federación Mexicana de Fútbol, prefirió llevárselos a los Estados Unidos en donde los mexicanos deseosos de ver a los grandes equipos de nuestra liga pagan cualquier precio por verlos en acción, más tratándose de que estará en juego un trofeo que lo único que tiene de valioso es el gran negocio en el que desde luego, los jugadores llevan su tajada.


Esos encuentros se juegan aun cuando los equipos están en pretemporada, algunos de ellos, como Tigres y León y en menor grado los que llegaron a semifinales, futbolísticamente hablando lejos de su mejor momento, como se dice en el argot futbolístico “duros” por el trabajo de la pretemporada. Por eso el festejo exagerado tanto de cementeros como de águilas, sobre todos de estos, lo único que desean manifestar es sembrar una duda que no existe de quien fue el mejor equipo del último torneo, así sea que en el anterior hayan sido lo mismo, pero no es igual antes que seis meses después, como quedó de manifiesto.


Nos vemos mañana. ¡Ah! Vaya borrego lo del fallecimiento de Pelé. Antoniovelazquez13hotmail.com