/ lunes 23 de agosto de 2021

Los voladores del camarón sábalo

No cabe duda que cuando se le ocurre una idea al alcalde de Mazatlán Luis Guillermo Benítez Torres, no hay poder humano que lo haga desistir; primero fue la obligatoriedad del certificado de vacunación, ahora son los mega topes, reductores de velocidad, que serán colocados en la zona turística del puerto.

La semana pasada, sin previo aviso y de madrugada, fue colocado un mega tope, o como muchos le llaman "la barda" sobre un paso de cebra en la avenida Camarón Sábalo y al no haber nigún tipo de señalamiento o precaución que alertara al conductor, los automóviles salían disparados por la avenida.

Las reacciones, quejas y hasta burlas en las redes sociales no se hicieron esperar, tampoco las declaraciones del químico, quien dijo que se había colocado para que los automovilistas redujeran la velocidad y así proteger a los transeúntes, adultos mayores y discapacitados que ocupan cruzar de un lado a otro la calle.

Incluso mencionó que se había hecho muy alto a propósito porque ya sabía que iba a haber inconformes, aunque después rectificó que se le quitará altura y será corregido, pero se mantuvo en lo dicho de que este tipo de reductores serían colocados en todo la zona turística.

La idea de ordenar la vía pública no es mala, pero la forma en que el munícipe ejecuta sus ideas es la que tiene molesta a la ciudadanía, ya que nunca se socializan los proyectos ni las obras, ni tampoco se consulta con los comerciantes o vecinos que pudieran resultar perjudicados.

Ahora muchos se preguntan si hubo un estudio previo para determinar que aumentar los pasos de cebra era la mejor opción y al parecer no los hubo, pues se dice que fue colocado por el grupo empresarial de los Arellano Hernández y lo mejor de todo es que fue de a gratis ¿dónde quedaron las normativas y permisos correspondientes?

Se intentó entrevistar al subdirector de Tránsito Jorge Samuel Alvarado, como la primer instancia y la indicada, ya que es la que tiene a su cargo establecer las bases para la ordenación y regulación del buen uso de las vías públicas, sin embargo se excusó diciendo que no podía hablar del tema y cualquier cosa que se deseara saber se le preguntara al comandante de Seguridad Pública.

Los pasos de cebra son parte del itinerario peatonal que cruza la calzada de circulación de vehículos, en palabras más simples, indica el paso para los peatones que buscan cruzar la calle y los conductores de vehículos deben dejarlos pasar, pero en Mazatlán, ni los locales ni los turistas, tienen esa cultura vial, por lo que Benítez Torres debió considerar eso antes, de lo contrario no tendrán niguna funcionalidad.

Ahora hasta dice que habrá vigilancia para que los conductores respeten el tope, suena ilógico pensar que se dispondrá de personal para ello cuando hubiese sido más fácil que los tránsitos se pusieran a hacer su chamba y multaran a todo aquel que rebasara los límites de velocidad y de exigirle al peatón que cruce por dónde debiera, porque así como tiene derechos para usar la vía pública también tiene obligaciones.

Ni los empresarios ni los hoteleros han querido comentar al respecto, Julio Berdegué intentó evadir a los medios de comunicación señalando que no se ha dado el tiempo analizar el tema.

Ex comandantes del cuerpo Voluntario de Bomberos de Mazatlán, también se han pronunciado en contra del mega tope, argumentando que este tipo de reductores de velocidad afectará los tiempos de respuesta de las unidades de emergencia y alentará el tráfico.

En fin, la zona dorada del Dubái mexicano muestra una nueva cara urbana al turismo. Si el objetivo se cumple y la avenida se llena de topeas, ya ni los 200 millones de pesos que se invirtieron para remodelar la Camarón- Sábalo, harán funcional el proyecto.

Si bien es cierto, hace falta educación vial a los mazatlecos, que no cumplen las reglas de conducción, tampoco es necesario exagerar la creación de los topes que harán perder la fluidez vehicular.

No cabe duda que cuando se le ocurre una idea al alcalde de Mazatlán Luis Guillermo Benítez Torres, no hay poder humano que lo haga desistir; primero fue la obligatoriedad del certificado de vacunación, ahora son los mega topes, reductores de velocidad, que serán colocados en la zona turística del puerto.

La semana pasada, sin previo aviso y de madrugada, fue colocado un mega tope, o como muchos le llaman "la barda" sobre un paso de cebra en la avenida Camarón Sábalo y al no haber nigún tipo de señalamiento o precaución que alertara al conductor, los automóviles salían disparados por la avenida.

Las reacciones, quejas y hasta burlas en las redes sociales no se hicieron esperar, tampoco las declaraciones del químico, quien dijo que se había colocado para que los automovilistas redujeran la velocidad y así proteger a los transeúntes, adultos mayores y discapacitados que ocupan cruzar de un lado a otro la calle.

Incluso mencionó que se había hecho muy alto a propósito porque ya sabía que iba a haber inconformes, aunque después rectificó que se le quitará altura y será corregido, pero se mantuvo en lo dicho de que este tipo de reductores serían colocados en todo la zona turística.

La idea de ordenar la vía pública no es mala, pero la forma en que el munícipe ejecuta sus ideas es la que tiene molesta a la ciudadanía, ya que nunca se socializan los proyectos ni las obras, ni tampoco se consulta con los comerciantes o vecinos que pudieran resultar perjudicados.

Ahora muchos se preguntan si hubo un estudio previo para determinar que aumentar los pasos de cebra era la mejor opción y al parecer no los hubo, pues se dice que fue colocado por el grupo empresarial de los Arellano Hernández y lo mejor de todo es que fue de a gratis ¿dónde quedaron las normativas y permisos correspondientes?

Se intentó entrevistar al subdirector de Tránsito Jorge Samuel Alvarado, como la primer instancia y la indicada, ya que es la que tiene a su cargo establecer las bases para la ordenación y regulación del buen uso de las vías públicas, sin embargo se excusó diciendo que no podía hablar del tema y cualquier cosa que se deseara saber se le preguntara al comandante de Seguridad Pública.

Los pasos de cebra son parte del itinerario peatonal que cruza la calzada de circulación de vehículos, en palabras más simples, indica el paso para los peatones que buscan cruzar la calle y los conductores de vehículos deben dejarlos pasar, pero en Mazatlán, ni los locales ni los turistas, tienen esa cultura vial, por lo que Benítez Torres debió considerar eso antes, de lo contrario no tendrán niguna funcionalidad.

Ahora hasta dice que habrá vigilancia para que los conductores respeten el tope, suena ilógico pensar que se dispondrá de personal para ello cuando hubiese sido más fácil que los tránsitos se pusieran a hacer su chamba y multaran a todo aquel que rebasara los límites de velocidad y de exigirle al peatón que cruce por dónde debiera, porque así como tiene derechos para usar la vía pública también tiene obligaciones.

Ni los empresarios ni los hoteleros han querido comentar al respecto, Julio Berdegué intentó evadir a los medios de comunicación señalando que no se ha dado el tiempo analizar el tema.

Ex comandantes del cuerpo Voluntario de Bomberos de Mazatlán, también se han pronunciado en contra del mega tope, argumentando que este tipo de reductores de velocidad afectará los tiempos de respuesta de las unidades de emergencia y alentará el tráfico.

En fin, la zona dorada del Dubái mexicano muestra una nueva cara urbana al turismo. Si el objetivo se cumple y la avenida se llena de topeas, ya ni los 200 millones de pesos que se invirtieron para remodelar la Camarón- Sábalo, harán funcional el proyecto.

Si bien es cierto, hace falta educación vial a los mazatlecos, que no cumplen las reglas de conducción, tampoco es necesario exagerar la creación de los topes que harán perder la fluidez vehicular.