/ jueves 9 de diciembre de 2021

Los aduladores que llenan de soberbia al alcalde

Al empezar su cuarto año de gobierno en la capital de Sinaloa, Jesús Estrada Ferreiro no logra una sobriedad completa. Sigue con sus pleitos y aberraciones y alega que se reeligió porque los ciudadanos lo quieren mucho. Creo que no sabe lo que dicen en las esquinas, las plazas y los centros de reuniones.

Es otro a quien, como a su homólogo de Mazatlán, los salvó la intervención del Partido Sinaloense, pero montados en el caballo de la soberbia, asumen actitudes de perdonavidas.

No aprendieron ni percibirán el contenido de la lección, que les dieron los jaloneaos del pasado proceso electoral. Y más de los sucesos internos donde los grupos los bloquearon para que contendieran de nuevo.

Desde que inició su primera administración, se lio a golpes a golpes con los diputados locales morenistas, cuando Graciela Domínguez Nava, presidió la bancada.

La historia la repite el munícipe culiacanense, al proseguir su tono amenazante con Feliciano Castro Meléndrez. Ya intentó intimidarlos con eso de que pedirá el desafuero de todos aquellos que se nieguen a aprobar un aumento al impuesto a las tablas catastrales. Quiere alza al impuesto predial para sacar más dinero.

Con frecuencia en lo privada, despotrica contra el gobernador Rubén Rocha Moya. Y de vez en cuando su pecho no resiste ser portón de la bodega y vierte calificativos no muy suaves contra el mandatario.

No tiene lado

Nadie necesita pelearse con el presidente municipal culiacanense, Parece que solo está a la espera de que se diga algo para dar la contra.

Carga con muchos rencores y esto no es bueno para las aspiraciones de bienestar que tienen los pobladores de la ciudad y de las comunidades rurales. Es quien practica una decepción por minuto.

Entre los allegados de Jesús Estrada Ferreiro se cuenta, que ese comportamiento se recrudece porque se rodea de un grupo de grandes aduladores que lo elevan por los aires como no se esperaba que lo hicieran.

Cierto que un círculo de lisonjeros como el que lo cubre no le favorece, pero más desesperante es que se crea lo que le dicen, y ello lo haga salirse dela realidad, angustiosamente.

Diálogos campesinos sacan pus y lumbre

En la agenda que abrió la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos y que en la tercera semana llevó a funcionarios estatales a través de lo que denominan ayer Diálogo de las Alianzas del Sector Ejidal con la Dirección de Vialidad y Transportes del Gobierno del Estado, comenzó a segregar la pus de viejos vicios y conflictos que obstaculizan el desarrollo.

Como los ejidatarios son muy claridosos y acostumbran a llamar a las cosas como son, líderes de las 22 organizaciones que acudieron este martes, entre las que se encuentran las de los Transportistas de la Confederación Nacional Campesina, que encabeza Eliseo Armenta Contreras, aplastaron la llaga del dedo.

La mayoría tronó contra los espantosos actos de corrupción que se registran entre los inspectores deshonestos que a cambio de dinero promueven la piratería y una serie de irregularidades.

El mismo Miguel Loaiza, titular de la DVyT tuvo que apechugar y reconocer que hay una antigua estructura de inspectoría que no quiere dejar de operar, por “razones obvias”.

Sin embargo, habrá que mover importantes piezas de ese tablero, aunque al “pisar callo”, como se advierte, surjan complicaciones.

Faustino Hernández Álvarez, presidente de la LCA, contagiado por los ánimos que estilan a encender los ejidatarios en sus reuniones o debate, urgió a implementar acciones contra esa cadena humana que comete tropelías e ilegalidades.

“No somos enemigos de los inspectores, pero ¡nos chingan a nosotros y a ellos!”, lamentó.

Lo purulento del caso, se dá tanto en el pasaje de carga como de personas. Y especialmente, entre los que trasladan personal a las plantaciones agrícolas.

Lo que sigue, serán operativos sorpresa, porque actúan como mafia.

En este encuentro ambos directivos convergieron en borrar los resabios del seis de junio pasado. En “lavarse la cara” para construir el progreso juntos en lo sucesivo y establecer mesas de trabajo.

Al empezar su cuarto año de gobierno en la capital de Sinaloa, Jesús Estrada Ferreiro no logra una sobriedad completa. Sigue con sus pleitos y aberraciones y alega que se reeligió porque los ciudadanos lo quieren mucho. Creo que no sabe lo que dicen en las esquinas, las plazas y los centros de reuniones.

Es otro a quien, como a su homólogo de Mazatlán, los salvó la intervención del Partido Sinaloense, pero montados en el caballo de la soberbia, asumen actitudes de perdonavidas.

No aprendieron ni percibirán el contenido de la lección, que les dieron los jaloneaos del pasado proceso electoral. Y más de los sucesos internos donde los grupos los bloquearon para que contendieran de nuevo.

Desde que inició su primera administración, se lio a golpes a golpes con los diputados locales morenistas, cuando Graciela Domínguez Nava, presidió la bancada.

La historia la repite el munícipe culiacanense, al proseguir su tono amenazante con Feliciano Castro Meléndrez. Ya intentó intimidarlos con eso de que pedirá el desafuero de todos aquellos que se nieguen a aprobar un aumento al impuesto a las tablas catastrales. Quiere alza al impuesto predial para sacar más dinero.

Con frecuencia en lo privada, despotrica contra el gobernador Rubén Rocha Moya. Y de vez en cuando su pecho no resiste ser portón de la bodega y vierte calificativos no muy suaves contra el mandatario.

No tiene lado

Nadie necesita pelearse con el presidente municipal culiacanense, Parece que solo está a la espera de que se diga algo para dar la contra.

Carga con muchos rencores y esto no es bueno para las aspiraciones de bienestar que tienen los pobladores de la ciudad y de las comunidades rurales. Es quien practica una decepción por minuto.

Entre los allegados de Jesús Estrada Ferreiro se cuenta, que ese comportamiento se recrudece porque se rodea de un grupo de grandes aduladores que lo elevan por los aires como no se esperaba que lo hicieran.

Cierto que un círculo de lisonjeros como el que lo cubre no le favorece, pero más desesperante es que se crea lo que le dicen, y ello lo haga salirse dela realidad, angustiosamente.

Diálogos campesinos sacan pus y lumbre

En la agenda que abrió la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos y que en la tercera semana llevó a funcionarios estatales a través de lo que denominan ayer Diálogo de las Alianzas del Sector Ejidal con la Dirección de Vialidad y Transportes del Gobierno del Estado, comenzó a segregar la pus de viejos vicios y conflictos que obstaculizan el desarrollo.

Como los ejidatarios son muy claridosos y acostumbran a llamar a las cosas como son, líderes de las 22 organizaciones que acudieron este martes, entre las que se encuentran las de los Transportistas de la Confederación Nacional Campesina, que encabeza Eliseo Armenta Contreras, aplastaron la llaga del dedo.

La mayoría tronó contra los espantosos actos de corrupción que se registran entre los inspectores deshonestos que a cambio de dinero promueven la piratería y una serie de irregularidades.

El mismo Miguel Loaiza, titular de la DVyT tuvo que apechugar y reconocer que hay una antigua estructura de inspectoría que no quiere dejar de operar, por “razones obvias”.

Sin embargo, habrá que mover importantes piezas de ese tablero, aunque al “pisar callo”, como se advierte, surjan complicaciones.

Faustino Hernández Álvarez, presidente de la LCA, contagiado por los ánimos que estilan a encender los ejidatarios en sus reuniones o debate, urgió a implementar acciones contra esa cadena humana que comete tropelías e ilegalidades.

“No somos enemigos de los inspectores, pero ¡nos chingan a nosotros y a ellos!”, lamentó.

Lo purulento del caso, se dá tanto en el pasaje de carga como de personas. Y especialmente, entre los que trasladan personal a las plantaciones agrícolas.

Lo que sigue, serán operativos sorpresa, porque actúan como mafia.

En este encuentro ambos directivos convergieron en borrar los resabios del seis de junio pasado. En “lavarse la cara” para construir el progreso juntos en lo sucesivo y establecer mesas de trabajo.