/ martes 29 de marzo de 2022

Litio: el petróleo del futuro

El cambio climático es ya una realidad verificada en todo el mundo y una de las vías para contenerlo es mediante el incremento del uso de energías limpias. Por esa razón, el litio se ha convertido en un mineral codiciado por las multinacionales y las potencias económicas, pues con este se pueden fabricar baterías para la industria automotriz menos contaminantes que las baterías tradicionales.

En ese sentido, el litio es necesario para la transición energética en la que han coincidido la mayoría de los países y para el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015.

Además de su importancia en el contexto de la transición energética, el litio tiene actualmente usos muy diversos. Si bien la mitad de su explotación se destina para baterías recargables para autos eléctricos, celulares y paneles solares, se emplea también en la cerámica con productos como azulejos, losetas y adoquines; en la producción de vidrio; en lubricantes para maquinaria y tuberías; en diferentes tipos de polímeros; en metalurgia de polvos como tuercas y tornillos, y menormente en sistemas de tratamiento de aire y baterías primarias; también para la industria espacial y la farmacéutica el litio es una fuerte alternativa de desarrollo.

Un reporte del Banco Mundial titulado “Mineral for Climate Action: The Mineral Intensity of the Clean Energy Transition” estima que, para el 2050, más de tres trillones de toneladas de minerales como el grafito, el litio y el cobalto van a ser requeridas para atender la demanda para la producción de energías limpias.

El litio ocupa el lugar número 35 en abundancia en la corteza terrestre y actualmente tres países latinoamericanos, Bolivia, Argentina y Chile, cuentan con las mayores reservas conocidas en el mundo, de acuerdo con el Servicio Geológico Estadounidense, sin embargo, de estos, actualmente solo Chile ha conseguido posicionarse como uno de los principales productores de este mineral.

En México se han detectado aproximadamente 1.7 millones de toneladas, lo que posicionaría a este país como el noveno en el mundo en cuanto a reservas conocidas, sin embargo, es posible que el estimado sea mucho mayor y que en Sonora podría estar el mayor yacimiento del mundo.

Desde la década de los años setenta, geólogos mexicanos llamaron la atención sobre la importancia estratégica del litio para el desarrollo nacional y se hicieron planes para que el gobierno tomara control de este recurso, pero el acenso del neoliberalismo en la década de los ochenta dio cauce a que su explotación se llevara a cabo por empresas privadas y, desde entonces, la extracción del litio que se ha realizado en nuestro país ha estado concesionada.

Dos de los descubrimientos de yacimientos más recientes en México fueron el de 2009, en la zona salina de Zacatecas y San Luis Potosí, y la de 2019, cuando se informó del hallazgo del yacimiento en Sonora. La mayor parte de este mineral en México se encuentra en salmuera y roca, y en el centro del país también existen localidades donde se encuentra en sedimento.

Tan solo en el gobierno de Enrique Peña Nieto se otorgaron más de 159 mil hectáreas en concesiones a empresas privadas extranjeras. Actualmente, cuatro son los proyectos más importantes en Sonora, los cuales se encuentran en etapa de exploración y fueron concesionados a la empresa inglesa Bacanora Minerales con otras compañías extranjeras asociadas. Recientemente la empresa de origen chino Ganfeng ha entrado en el panorama de la explotación del litio en México con la adquisición del 50% del proyecto del yacimiento de Bacadéhuachi en Sonora.

Según un informe de la Secretaría de Economía en 2016, las exportaciones de litio, por parte de México, fueron de apenas tres kilogramos, mientras que las importaciones en ese mismo año sumaron 219 toneladas. Desde 2014 estas importaciones se han mantenido en cifras superiores a los 1500 millones de dólares. Actualmente, en el mundo hay una demanda creciente que en los últimos años aumenta entre el 10 y el 12% anual. Por ello este mineral se cotiza alto, llegando a un incremento del 448% de 2020 a 2022.

El litio es ya uno de los principales minerales con los que cuenta el país. Hay en más de dieciocho estados, incluyendo Sinaloa. México es el número diez entre los veintitrés países que tienen litio, con el 2% de los recursos mundiales. Por ello, a través de la iniciativa de reforma al artículo 27 constitucional en materia eléctrica, se busca proteger su exploración y explotación.

Con ello el presidente Andrés Manuel López Obrador está impulsando un plan de largo plazo para que los ingresos que se obtengan, derivado de la explotación intensiva de este mineral, se queden en México. El control del litio por parte del Estado es fundamental para el desarrollo industrial de México y la independencia tecnológica, es más, el litio es el petróleo del futuro.

El cambio climático es ya una realidad verificada en todo el mundo y una de las vías para contenerlo es mediante el incremento del uso de energías limpias. Por esa razón, el litio se ha convertido en un mineral codiciado por las multinacionales y las potencias económicas, pues con este se pueden fabricar baterías para la industria automotriz menos contaminantes que las baterías tradicionales.

En ese sentido, el litio es necesario para la transición energética en la que han coincidido la mayoría de los países y para el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015.

Además de su importancia en el contexto de la transición energética, el litio tiene actualmente usos muy diversos. Si bien la mitad de su explotación se destina para baterías recargables para autos eléctricos, celulares y paneles solares, se emplea también en la cerámica con productos como azulejos, losetas y adoquines; en la producción de vidrio; en lubricantes para maquinaria y tuberías; en diferentes tipos de polímeros; en metalurgia de polvos como tuercas y tornillos, y menormente en sistemas de tratamiento de aire y baterías primarias; también para la industria espacial y la farmacéutica el litio es una fuerte alternativa de desarrollo.

Un reporte del Banco Mundial titulado “Mineral for Climate Action: The Mineral Intensity of the Clean Energy Transition” estima que, para el 2050, más de tres trillones de toneladas de minerales como el grafito, el litio y el cobalto van a ser requeridas para atender la demanda para la producción de energías limpias.

El litio ocupa el lugar número 35 en abundancia en la corteza terrestre y actualmente tres países latinoamericanos, Bolivia, Argentina y Chile, cuentan con las mayores reservas conocidas en el mundo, de acuerdo con el Servicio Geológico Estadounidense, sin embargo, de estos, actualmente solo Chile ha conseguido posicionarse como uno de los principales productores de este mineral.

En México se han detectado aproximadamente 1.7 millones de toneladas, lo que posicionaría a este país como el noveno en el mundo en cuanto a reservas conocidas, sin embargo, es posible que el estimado sea mucho mayor y que en Sonora podría estar el mayor yacimiento del mundo.

Desde la década de los años setenta, geólogos mexicanos llamaron la atención sobre la importancia estratégica del litio para el desarrollo nacional y se hicieron planes para que el gobierno tomara control de este recurso, pero el acenso del neoliberalismo en la década de los ochenta dio cauce a que su explotación se llevara a cabo por empresas privadas y, desde entonces, la extracción del litio que se ha realizado en nuestro país ha estado concesionada.

Dos de los descubrimientos de yacimientos más recientes en México fueron el de 2009, en la zona salina de Zacatecas y San Luis Potosí, y la de 2019, cuando se informó del hallazgo del yacimiento en Sonora. La mayor parte de este mineral en México se encuentra en salmuera y roca, y en el centro del país también existen localidades donde se encuentra en sedimento.

Tan solo en el gobierno de Enrique Peña Nieto se otorgaron más de 159 mil hectáreas en concesiones a empresas privadas extranjeras. Actualmente, cuatro son los proyectos más importantes en Sonora, los cuales se encuentran en etapa de exploración y fueron concesionados a la empresa inglesa Bacanora Minerales con otras compañías extranjeras asociadas. Recientemente la empresa de origen chino Ganfeng ha entrado en el panorama de la explotación del litio en México con la adquisición del 50% del proyecto del yacimiento de Bacadéhuachi en Sonora.

Según un informe de la Secretaría de Economía en 2016, las exportaciones de litio, por parte de México, fueron de apenas tres kilogramos, mientras que las importaciones en ese mismo año sumaron 219 toneladas. Desde 2014 estas importaciones se han mantenido en cifras superiores a los 1500 millones de dólares. Actualmente, en el mundo hay una demanda creciente que en los últimos años aumenta entre el 10 y el 12% anual. Por ello este mineral se cotiza alto, llegando a un incremento del 448% de 2020 a 2022.

El litio es ya uno de los principales minerales con los que cuenta el país. Hay en más de dieciocho estados, incluyendo Sinaloa. México es el número diez entre los veintitrés países que tienen litio, con el 2% de los recursos mundiales. Por ello, a través de la iniciativa de reforma al artículo 27 constitucional en materia eléctrica, se busca proteger su exploración y explotación.

Con ello el presidente Andrés Manuel López Obrador está impulsando un plan de largo plazo para que los ingresos que se obtengan, derivado de la explotación intensiva de este mineral, se queden en México. El control del litio por parte del Estado es fundamental para el desarrollo industrial de México y la independencia tecnológica, es más, el litio es el petróleo del futuro.