/ lunes 8 de junio de 2020

Libertad de Expresión entre dos pandemias


Este domingo, Día de la Libertad de Expresión, -como otros tantos- los periodistas siguieron de frente en su misión de informar a la sociedad sobre lo que pasa en medio de la contingencia sanitaria. Y en esa travesía en la que acatan protocolos preventivos de la autoridad y los difunden, padecen el contagio de por vida que condensa la frialdad de la otra pandemia humana: la del asesinato, la impunidad y el abuso, mal del que no pueden guarecerse.

Y para los que parece que los gobiernos de todos los niveles, jamás encontrarán justicia.

Es más práctico asegurar que la fecha de ayer, es la que se estila por los verdaderos comunicadores aprovechar para recordar que algo se celebra, aunque en los últimos decretos se “reajustó” el calendario y se dejó en el tres de mayo, aplastándose irónicamente el principio legislativo de que “las costumbres se hacen leyes”. Aun cuando son fuentes del derecho.

Sin embargo, los años se incorporan como hechos con cuentas de madera a una especie de hilo en el que se crea un Rosario Bendito, pero no hay castigo para los crímenes contra un sector que no hace más que dar a conocer lo que acontece para que la colectividad tenga elementos y pueda construir un mejorar su entorno.

En medio de esa plegaria pública que demanda castigo para los responsables, transcurren sin lograr mucho, los homicidios de Javier Valdez, Oscar Rivera, Gregorio Hernández, Humberto Millán, Antonio Gamboa y muchos otros.

También en ese ambiente doloroso y pandémico en el que se mueve la procuración de justicia y la administración de la misma, se hunden en el lodo del olvido las investigaciones burocráticas que acostumbran a dejar que “el tiempo vuele” para que el mundo olvide.

Que solo les sirven a las autoridades para engordar los archivos judiciales, justificándose que son parte del proceso impune al dar vueltas con los expedientes en mano, en el carrusel del engaño.

Desde hace mucho que en Sinaloa y en México, no hay nada que celebrar.

Desde que arribó la pandemia de la impunidad y el crimen, a un territorio en el que la autoridad no actúa y las vacunas no sirven para protegerse.

Faustino se encamina a ser candidato.

En Culiacán, a quien no paralizó la contingencia es al diputado local priista, Faustino Hernández Alvarez. Rechazó el paquete de despensas alimenticias que le entregaría el Congreso del Estado para apoyar a las familias que sobreviven en condiciones precarias. Expuso razones que a su juicio son muy válidas.

Por su propia cuenta, llevó auxilio alimenticio a varias de las comunidades en las que tiene ascendencia.

Como trae proyecto por la presidencia municipal de Culiacán para el 202, amarró estratégicamente a Julio Osuna para que quedara de delegado del Partido Revolucionario Institucional en la capital sinaloense.

El logro, le allana una parte del camino que debe recorrer para erigirse como candidato a la alcaldía más poderosa del estado.

La jugada le suma un brazo más a la fuerza que ejerce como Presidente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de la entidad. Embonándose igualmente a la de ser uno de los más combativos legisladores del PRI en la Cámara Local.

O de dejar constancia de las luchas que continuamente tiene con los malos empresarios del ramo agrícola, que le regatean el pago a los ejidatarios, que con mucho esfuerzo labran sus tierras hasta producir alimentos.

Además de que no para de recorrer los asentamientos humanos populares y rurales que conforman el distrito electoral que representa.


Este domingo, Día de la Libertad de Expresión, -como otros tantos- los periodistas siguieron de frente en su misión de informar a la sociedad sobre lo que pasa en medio de la contingencia sanitaria. Y en esa travesía en la que acatan protocolos preventivos de la autoridad y los difunden, padecen el contagio de por vida que condensa la frialdad de la otra pandemia humana: la del asesinato, la impunidad y el abuso, mal del que no pueden guarecerse.

Y para los que parece que los gobiernos de todos los niveles, jamás encontrarán justicia.

Es más práctico asegurar que la fecha de ayer, es la que se estila por los verdaderos comunicadores aprovechar para recordar que algo se celebra, aunque en los últimos decretos se “reajustó” el calendario y se dejó en el tres de mayo, aplastándose irónicamente el principio legislativo de que “las costumbres se hacen leyes”. Aun cuando son fuentes del derecho.

Sin embargo, los años se incorporan como hechos con cuentas de madera a una especie de hilo en el que se crea un Rosario Bendito, pero no hay castigo para los crímenes contra un sector que no hace más que dar a conocer lo que acontece para que la colectividad tenga elementos y pueda construir un mejorar su entorno.

En medio de esa plegaria pública que demanda castigo para los responsables, transcurren sin lograr mucho, los homicidios de Javier Valdez, Oscar Rivera, Gregorio Hernández, Humberto Millán, Antonio Gamboa y muchos otros.

También en ese ambiente doloroso y pandémico en el que se mueve la procuración de justicia y la administración de la misma, se hunden en el lodo del olvido las investigaciones burocráticas que acostumbran a dejar que “el tiempo vuele” para que el mundo olvide.

Que solo les sirven a las autoridades para engordar los archivos judiciales, justificándose que son parte del proceso impune al dar vueltas con los expedientes en mano, en el carrusel del engaño.

Desde hace mucho que en Sinaloa y en México, no hay nada que celebrar.

Desde que arribó la pandemia de la impunidad y el crimen, a un territorio en el que la autoridad no actúa y las vacunas no sirven para protegerse.

Faustino se encamina a ser candidato.

En Culiacán, a quien no paralizó la contingencia es al diputado local priista, Faustino Hernández Alvarez. Rechazó el paquete de despensas alimenticias que le entregaría el Congreso del Estado para apoyar a las familias que sobreviven en condiciones precarias. Expuso razones que a su juicio son muy válidas.

Por su propia cuenta, llevó auxilio alimenticio a varias de las comunidades en las que tiene ascendencia.

Como trae proyecto por la presidencia municipal de Culiacán para el 202, amarró estratégicamente a Julio Osuna para que quedara de delegado del Partido Revolucionario Institucional en la capital sinaloense.

El logro, le allana una parte del camino que debe recorrer para erigirse como candidato a la alcaldía más poderosa del estado.

La jugada le suma un brazo más a la fuerza que ejerce como Presidente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de la entidad. Embonándose igualmente a la de ser uno de los más combativos legisladores del PRI en la Cámara Local.

O de dejar constancia de las luchas que continuamente tiene con los malos empresarios del ramo agrícola, que le regatean el pago a los ejidatarios, que con mucho esfuerzo labran sus tierras hasta producir alimentos.

Además de que no para de recorrer los asentamientos humanos populares y rurales que conforman el distrito electoral que representa.