/ jueves 12 de septiembre de 2019

Lección no aprendida

No es la primera ocasión que a la selección nacional le sucede lo que ayer ante Argentina, se trata de una lección aun no aprendida que a través de la historia y con cualquier técnico, sucede casi siempre y que va más allá de lo táctico y lo técnico, esto no quiere decir que esos dos detalles no intervengan, nos referimos a la mentalidad del jugador mexicano, al factor psicológico a las capacidades voltivas.

Al respecto, esta última palabra, de acuerdo a la Real Academia Española, la capacidad volitiva se refiere a la habilidad de una persona de actuar en función de lo que comprende, es decir, su capacidad de controlar sus actos. Esta situación, de la falla de sus capacidades volitivas permea a estas alturas en muchos jugadores mexicanos incluyendo a los que juegan en el extranjero.

El resultado en sí muy malo en cuanto al marcador, si usted analiza la situación no lo es tanto en razón de lo aprendido no solo por los jugadores sino por el director técnico, quien pretendiendo alegremente ir al ataque, salir siempre jugando desde zona defensiva, no tuvo en sus pupilos precisamente ese pequeño gran detalle de reponerse de sus propias fallas y además de modificar su estrategia para no continuar viéndose tan vulnerable en la zona baja.

De acuerdo a su alineación y a las características de sus jugadores de ataque, independientemente de las fallas garrafales de Araujo y Salcedo, desubicados y lentos, el solo hecho de jugar con solo tres en zona media con un solo recuperador, nos habla de que la estrategia tal vez debió ser contraria a su propuesta. No estamos para nada en que su filosofía sea en alto porcentaje ofensiva, en primero lugar porque tiene hombres muy capaces, rápidos y desequilibrantes, pero tanto Lozano como Corona, requieren para mostrarse como son, de espacios para moverse. Argentina los cerró todos en base a una presión altísima, misma arma utilizada por México ante Estados Unidos.

Argentina, diga usted si no, ganó caminando, simplemente aprovechó tres errores puntuales y un penal, es decir. No es que haya generado un fútbol netamente ofensivo, para nada, todo lo contrario, esperó al rival de media cancha para atrás y luego apretó aun más arriba viendo las dificultades que tenía México para salir, pero Argentina jamás tomó la batuta para ir al frente y dejar espacios atrás, no tuvieron esa necesidad por lo tempranero de los goles y porque se dieron cuenta que bastaba como lo estaban haciendo.

El alto mando mexicano, de este juego debe sacar buenas conclusiones, entre ellas, el hecho de que tener más la pelota no le da más ventaja para llegar a la meta rival; es decir, bien puede en ocasiones como esta ceder un poco de terreno, provocar al rival para que ataque, que se sumen los de atrás y entonces sí, crear espacios para las condiciones de sus jugadores.

Presumimos que Martino y su equipo de trabajo, tendrá mucho que escudriñar en razón de edades, porque faltan aun tres años para el mundial y varios jugadores estarán por arriba de los 30 años. Ayer el promedio era de 27 mientras que en Argentina fue de 23 a 24 años, así es que en general más dinámicos y veloces en todas las líneas, en cambio México en esa zona baja, en cuanto a ese detalle, sí que les pesó y mucho.

Creemos que México no está “tan peor” como se mostró con el 4-0, ni Argentina tan bien. Es la misma Argentina que hace poco recibió seis goles y que perdió con Venezuela, pero trabaja bien porque en el futuro se sumaran los que pesan más y con esos, entre ellos Messi, los equipos tendrán que pensar un poco más en aguantar atrás que en ir alegremente al ataque.

Nos vemos mañana.

No es la primera ocasión que a la selección nacional le sucede lo que ayer ante Argentina, se trata de una lección aun no aprendida que a través de la historia y con cualquier técnico, sucede casi siempre y que va más allá de lo táctico y lo técnico, esto no quiere decir que esos dos detalles no intervengan, nos referimos a la mentalidad del jugador mexicano, al factor psicológico a las capacidades voltivas.

Al respecto, esta última palabra, de acuerdo a la Real Academia Española, la capacidad volitiva se refiere a la habilidad de una persona de actuar en función de lo que comprende, es decir, su capacidad de controlar sus actos. Esta situación, de la falla de sus capacidades volitivas permea a estas alturas en muchos jugadores mexicanos incluyendo a los que juegan en el extranjero.

El resultado en sí muy malo en cuanto al marcador, si usted analiza la situación no lo es tanto en razón de lo aprendido no solo por los jugadores sino por el director técnico, quien pretendiendo alegremente ir al ataque, salir siempre jugando desde zona defensiva, no tuvo en sus pupilos precisamente ese pequeño gran detalle de reponerse de sus propias fallas y además de modificar su estrategia para no continuar viéndose tan vulnerable en la zona baja.

De acuerdo a su alineación y a las características de sus jugadores de ataque, independientemente de las fallas garrafales de Araujo y Salcedo, desubicados y lentos, el solo hecho de jugar con solo tres en zona media con un solo recuperador, nos habla de que la estrategia tal vez debió ser contraria a su propuesta. No estamos para nada en que su filosofía sea en alto porcentaje ofensiva, en primero lugar porque tiene hombres muy capaces, rápidos y desequilibrantes, pero tanto Lozano como Corona, requieren para mostrarse como son, de espacios para moverse. Argentina los cerró todos en base a una presión altísima, misma arma utilizada por México ante Estados Unidos.

Argentina, diga usted si no, ganó caminando, simplemente aprovechó tres errores puntuales y un penal, es decir. No es que haya generado un fútbol netamente ofensivo, para nada, todo lo contrario, esperó al rival de media cancha para atrás y luego apretó aun más arriba viendo las dificultades que tenía México para salir, pero Argentina jamás tomó la batuta para ir al frente y dejar espacios atrás, no tuvieron esa necesidad por lo tempranero de los goles y porque se dieron cuenta que bastaba como lo estaban haciendo.

El alto mando mexicano, de este juego debe sacar buenas conclusiones, entre ellas, el hecho de que tener más la pelota no le da más ventaja para llegar a la meta rival; es decir, bien puede en ocasiones como esta ceder un poco de terreno, provocar al rival para que ataque, que se sumen los de atrás y entonces sí, crear espacios para las condiciones de sus jugadores.

Presumimos que Martino y su equipo de trabajo, tendrá mucho que escudriñar en razón de edades, porque faltan aun tres años para el mundial y varios jugadores estarán por arriba de los 30 años. Ayer el promedio era de 27 mientras que en Argentina fue de 23 a 24 años, así es que en general más dinámicos y veloces en todas las líneas, en cambio México en esa zona baja, en cuanto a ese detalle, sí que les pesó y mucho.

Creemos que México no está “tan peor” como se mostró con el 4-0, ni Argentina tan bien. Es la misma Argentina que hace poco recibió seis goles y que perdió con Venezuela, pero trabaja bien porque en el futuro se sumaran los que pesan más y con esos, entre ellos Messi, los equipos tendrán que pensar un poco más en aguantar atrás que en ir alegremente al ataque.

Nos vemos mañana.