No tuvo sorpresas. El gabinete que reveló Rubén Rocha Moya este miércoles conservó los nombres que con días atrás se manejaron, pero lo moldeó con equilibrios de género. Seis mujeres y siete hombres, estarán en lo sucesivo en la mira de los sinaloenses como sucede con el Gobierno Federal, particularmente cuando la frase de batalla para echar a los opositores del poder de los morenistas, fue el combate a la corrupción.
¿Podrán soportar las tentaciones que destellan desde las paredes y las sillas del poderío de sus oficinas, esas damas y caballeros a los que el próximo mandatario escogió por su perfil de honestidad y transparencia, anteponiéndolo como primer requisito para estar en este aparato?
Estará por verse a partir del primero de noviembre.
De antemano, Enrique Inzunza Cázarez a quien lo envían como secretario general de Gobierno, tendrá que estar dispuesto a cambiar su comportamiento o a mejorarlo para enterrar aquellas acusaciones, de que colocó, como presidente del Supremo Tribunal de Justicia a familiares y amigos.
O de que acosó sexualmente e hizo hasta lo que no para que se archivara la acusación formal que interpuso en su contra una de sus subordinadas.
De la retina de la sociedad no se escaparán, incluso hasta quienes son de conducta y fama pública probada, porque los nuevos tiempos sembraron vigías por todas pares, a causa de los avances de la tecnología.
Deberán cuidarse para no convertirse en ricos después de pasar por la Administración Pública sinaloense, como se estiló por décadas, o acumular más dinero aquellos que ya lo tienen, Javier Gaxiola Coppel, Jaime Montes Salas, Héctor Melesio Cuén, José Luis Zavala, Cristóbal Castañeda Camarillo y Enrique Díaz Vega, que fueron nombrados como:
Secretarios, respectivamente, de Desarrollo Económico, Agricultura, Salud, Obras Públicas, Seguridad Pública y de Administración y Finanzas.
Y como la advertencia fue para todos, aunque cuenten con una hoja limpia, se obligarán a apegarse a ello, Ruth Díaz Gurría, María del Rosario Torres Noriega, María Teresa Guerra Ochoa y María Guadalupe Ramírez Zepeda, que despacharán en las Secretarías de Bienestar, Turismo, de la Mujer, y en Transparencia y Rendición de Cuentas, de acuerdo al mismo orden.
Graciela Domínguez Nava, que asumirá la Secretaría de Educación Pública y Cultura donde el relajamiento y la desconfianza es dominante, habrá que estar alerta para que no la desbanque una maestra que en breve rendirá protesta en una de las subsecretarías y que es parte de un grupo que trae proyecto político para el 2022 y el 2024.
En el caso de Flor Emilia Guerra Mena, que va como cabeza de la Secretaría de Pesca y Acuacultura, lo que le apurará disipar, es recorrer los lugares donde se generan los productos marinos, de que colores son y cómo viven y trabajan los pescadores. Su estancia en el plantel escolar CECAT del Mar en Mazatlán, se considera como insuficiente para desempeñar el cargo.
Desconcertó su designación al igual que la del director de Instituto Sinaloense del Deporte, que recayó en Julio César Cascajales, que a juicio de los ciudadanos no basta con ser el “ChangoOte”, que fungió como mascota del equipo de béisbol de los Tomateros de Culiacán.
Sin embargo, todos están a prueba.
En puerta la Asociación Ocadio García.
Para no dejar morir su trayectoria como activista y defensor de los intereses de los productores agrícolas del sector social, se constituirá la Asociación Civil Ocadio Valenzuela Espinoza, quien murió como diputado local activo de Morena el once de abril del 2019.
Este organismo que está en proceso de integración formal, reveló su hermano Marco García, será de corte estatal para continuar con la lucha en favor de mejores precios de comercialización para las cosechas de los campesinos, así como para la de insumos y para lograr créditos no tan leoninos o abusivos que sumen a las familias en la pobreza.
En el acta constitutiva, cuya asamblea se prevé para la segunda quincena de diciembre, se contemplará crear comités en los 18 municipios, que gestionarán también terrenos y vivienda para miles de familias que viven en condiciones de pobreza.
