/ martes 12 de febrero de 2019

Las guarderías

El gobierno de la república, con AMLO a la cabeza, la semana pasada se aventó una joya más de sus desatinos políticos, tal fue el caso de reducir casi en un 50% el presupuesto de más de 4 mil millones que se venía destinando desde 2007 para el programa nacional de guarderías, que se creó en el gobierno de Felipe Calderón, como válvula de escape a la crisis que vivió el sistema de guarderías del IMSS que fueron rebasadas y rebajadas en sus servicios.

El programa nace como un plan de emergencia con aristas muy positivas, como el empleo para mujeres y la ampliación de la cobertura a casi todos los sectores de la población.

El boom del rol de la mujer en la vida económica del país ya alcanzó el 30% en la participación de la fuerza laboral en México y avanza a pasos agigantados, tanto que en el sector de los servicios supera con creces la participación de los hombres, otro tanto sucede también en la agricultura, sobre todo en la recolección de la producción y así, poco a poco, las mujeres cada vez son más activas en todo y para ello son vitales los servicios de guardería, ya sean del IMSS, del programa SEDESOL, los de las empresas e instituciones que le dan servicios a sus trabajadores, los de los campos agrícolas y tantos sistemas más, que la cobertura del servicio de guarderías merece mucha más atención que el escándalo que ahora desata el presidente López Obrador, con otra de sus ocurrencias.

¿Por qué digo ocurrencias? Por la sencilla razón de que las guarderías son un servicio vital para las mujeres del país, en segundo lugar es parte sustancial en el desarrollo de los niños, y en tercer lugar es eslabón clave en la cadera del sistema de educación básica del país.

En la historia reciente de la educación, más allá de la reforma educativa de Peña Nieto, en el sexenio de Vicente Fox se reformó la constitución para incorporar al sistema de educación básica el sistema de educación preescolar, ampliando de 9 a 12 años la educación básica de los niños y adolescentes, y luego más tarde, ya con Felipe Calderón, se amplió a 15 años con la incorporación del bachillerato, con un presupuesto de 60 mil millones de pesos al año para el mismo.

Las guarderías reciben a los bebes desde el primer mes de nacimiento y con ello se garantiza que el Estado se hace cargo de los niños y jóvenes desde que nacen hasta los 18 años que adquieren la mayoría de edad, cuestión clave para el desarrollo humano de la población y el de las libertades que el Estado debe garantizar.

¿Cuál es la razón del gobierno amlovista para recortar el presupuesto a las guarderías? ¿Que existen irregularidades? ¿Cuáles? ¿Dónde? O que ya son inviables por inseguras, inadecuadas e ineficientes, pues que se diga lo que se tenga que decir y procédase con lo que se tenga que proceder.

Si ameritan reestructuración que se haga, si merecen las irregularidades que las guarderías tengan alguna sanción, pues que se aplique; si el programa se requiere reformular y que SEDESOL ya no lo administre pues que se proponga y tomen las medidas conducentes.

Pero simplemente recortar dinero sin explicación, procedimientos legales y soluciones alternativas parece ya mera ocurrencia, como la del secretario de hacienda que propone a los abuelitos que cuiden a sus nietos.

Y finalmente ¿Se tratará de otra movida de los famosos grupos “próvida” que pretenden que la educación privada sustituya a la educación pública? Puede ser, hacen cada cosa.

El gobierno de la república, con AMLO a la cabeza, la semana pasada se aventó una joya más de sus desatinos políticos, tal fue el caso de reducir casi en un 50% el presupuesto de más de 4 mil millones que se venía destinando desde 2007 para el programa nacional de guarderías, que se creó en el gobierno de Felipe Calderón, como válvula de escape a la crisis que vivió el sistema de guarderías del IMSS que fueron rebasadas y rebajadas en sus servicios.

El programa nace como un plan de emergencia con aristas muy positivas, como el empleo para mujeres y la ampliación de la cobertura a casi todos los sectores de la población.

El boom del rol de la mujer en la vida económica del país ya alcanzó el 30% en la participación de la fuerza laboral en México y avanza a pasos agigantados, tanto que en el sector de los servicios supera con creces la participación de los hombres, otro tanto sucede también en la agricultura, sobre todo en la recolección de la producción y así, poco a poco, las mujeres cada vez son más activas en todo y para ello son vitales los servicios de guardería, ya sean del IMSS, del programa SEDESOL, los de las empresas e instituciones que le dan servicios a sus trabajadores, los de los campos agrícolas y tantos sistemas más, que la cobertura del servicio de guarderías merece mucha más atención que el escándalo que ahora desata el presidente López Obrador, con otra de sus ocurrencias.

¿Por qué digo ocurrencias? Por la sencilla razón de que las guarderías son un servicio vital para las mujeres del país, en segundo lugar es parte sustancial en el desarrollo de los niños, y en tercer lugar es eslabón clave en la cadera del sistema de educación básica del país.

En la historia reciente de la educación, más allá de la reforma educativa de Peña Nieto, en el sexenio de Vicente Fox se reformó la constitución para incorporar al sistema de educación básica el sistema de educación preescolar, ampliando de 9 a 12 años la educación básica de los niños y adolescentes, y luego más tarde, ya con Felipe Calderón, se amplió a 15 años con la incorporación del bachillerato, con un presupuesto de 60 mil millones de pesos al año para el mismo.

Las guarderías reciben a los bebes desde el primer mes de nacimiento y con ello se garantiza que el Estado se hace cargo de los niños y jóvenes desde que nacen hasta los 18 años que adquieren la mayoría de edad, cuestión clave para el desarrollo humano de la población y el de las libertades que el Estado debe garantizar.

¿Cuál es la razón del gobierno amlovista para recortar el presupuesto a las guarderías? ¿Que existen irregularidades? ¿Cuáles? ¿Dónde? O que ya son inviables por inseguras, inadecuadas e ineficientes, pues que se diga lo que se tenga que decir y procédase con lo que se tenga que proceder.

Si ameritan reestructuración que se haga, si merecen las irregularidades que las guarderías tengan alguna sanción, pues que se aplique; si el programa se requiere reformular y que SEDESOL ya no lo administre pues que se proponga y tomen las medidas conducentes.

Pero simplemente recortar dinero sin explicación, procedimientos legales y soluciones alternativas parece ya mera ocurrencia, como la del secretario de hacienda que propone a los abuelitos que cuiden a sus nietos.

Y finalmente ¿Se tratará de otra movida de los famosos grupos “próvida” que pretenden que la educación privada sustituya a la educación pública? Puede ser, hacen cada cosa.