Cuenta la historia política de Escuinapa, que entre el 2014-2016, este municipio vivió una de las peores administraciones, a cargo del empresario manguero Bonifacio Bustamante Hernández.
Época recordada por dos hechos que se sangró a las arcas municipales y la necesidad de la gente, siendo principalmente el famoso saqueo a la tesorería municipal de más de un millón de pesos y la adquisición de un proyecto de tilapias de 3 millones de pesos, el cual se lo adjudicó la familia de la entonces regidora Fernanda Oceguera Burques.
Como que si la gente de Escuinapa no tuviera memoria, el grupo del "Bony" como se le conoce al ex alcalde, busca regresar a ocupar la presidencia municipal de la Perla Camaronera que en su momento la dejaron prácticamente "temblando" en materia financiera.
Decimos esto, ya que en el estira y afloja en el interior del PRI, el "Bony" logró adjudicar la candidatura para su grupo, mandando por delante a Fernanda Oceguera Burques, quien a consecuencia de quedarse con el proyecto pesquero de los 3 millones de pesos, se logró ganar el mote de "Lady Tilapias".
En la planilla, podemos ver que agregaron al "títere" Francisco Millán Belmonte, quien en la administración 2014 - 2016 fungió como regidor presidente de la comisión de Hacienda y quien nada hizo para esclarecer el asunto del hackeo, esta ocasión está anotado para buscar ser Síndico Procurador.
Con los dos cargos más importantes de un Ayuntamiento, como la presidencia municipal y síndico procurador en manos de gente de su grupo, vemos claro, como una vez más, el "Bony" pretende ser el "manda más" de la perla camaronera.
Eso lo veremos el próximo 6 de junio, en donde se espera que la gente recuerde el daño que este grupo priista le hizo daño a Escuinapa y los resultados se vean reflejados en votos.
Como PAS por su casa
En entrevistas que ha concedido a diferentes medios de comunicación, después de su presentación en las instalaciones del Partido Sinaloense de Mazatlán en la que se dio a conocer los integrantes de la planilla que lo acompañará en la contienda como candidato por la alcaldía de Mazatlán, en alianza con el PAS y Morena, el Químico Luis Guillermo Benítez Torres ha señalado que se sintió como en su casa al entrar a las instalaciones del PAS.
Esto pese a que una de las aspirantes a regidora, al hacer uso de la voz, se le haya olvidado el nombre del candidato de la alianza por la presidencia de Mazatlán, cuando trataba de enfatizar la unidad de la planilla.
América Carrasco Valenzuela nombró al precandidato como el Químico… Benítez, con ayuda de los presentes que le soplaron el primer apellido, pero no alcanzaron a repetirle el segundo, cuando ella prefirió disculparse y decir que estaba muy nerviosa.
El Químico la justificó, refiriendo que todos lo conocen como El Químico a secas y con eso basta.
Tan se siente como en su casa, que ahora Benítez Torres en vez de ostentar el logotipo de Morena en su camisa o saco, lleva el distintivo del PAS, como lo hizo el día de ayer al acudir al Instituto Estatal Electoral y aparecer al lado de Rubén Rocha Moya, quien acudió a registrarse como candidato de Morena, en alianza con el PAS, por la gubernatura de Sinaloa.
Al Químico ya se le olvidó las denostaciones que lanzó en contra del presidente del PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda, a quien acusó de corrupto y cacique de la UAS, tras ofrecerle disculpas, ya que “lo cortés no quita lo valiente y es de caballeros ofrecer disculpas”, como él mismo señaló recientemente, ahora dice estar en sintonía con el líder del PAS, inclusive de ser muy amigos, casi hermanos, por la afinidad que los une. Ambos son químicos, y en el argot de ellos su relación “es una reacción química irreversible, que no tiene regreso, va para adelante y nadie la para”.
Refiriere que al entrar a las instalaciones del PAS se sintió acobijado y como en su casa.
Y vaya que lo acobijaron, pues en los últimos meses, el partido Morena casi lo deja fuera de la contienda, al recibir y dar trámite una queja en su contra por el delito de violencia en razón de género que no prosperó.
En la política, asegura Benítez Torres, le ha tocado vivir de todo, aunque pareciera que sigue sin aprender de la experiencia.
