/ miércoles 14 de julio de 2021

La pobreza de CONCACAF

Más de una ocasión he comentado en este espacio el hecho de que mi afición por el fútbol, con el pretexto de contar con material suficiente para escribir sobre el tema, lo he llamado “masoquismo futbolero”, pero ¿saben qué?; tras ver el duelo entre México vs Trinidad y Tobago y otro más de los programados ese día, determinamos, por lo menos ya no ver más duelos salvo en los que participe nuestro equipo. La Copa de Oro, luego de ver la Eurocopa y la Copa América, no sabemos a ciencia cierta si la Copa Africana y otra donde participan los equipos asiáticos, es mejor o peor que la nuestra, no tenemos bases o argumentos para compararla, pero la de CONCACAF, estamos casi seguros qué, está entre las de más bajo nivel, ahora más que nunca.

Entre los estragos de la pandemia, los cambios generacionales, selecciones emergentes y el hecho de que algunos han decidido no llevar a sus mejores equipos, también México, porque en nuestro caso muchos olímpicos están considerados para el equipo mayor, el torneo llamado Copa de Oro, no llega ni siquiera a bronce, es más, ni a copa de latón.

Estaremos pendientes esta noche del duelo ante Guatemala y luego contra El Salvador, pero del resto, para nada, esperaremos la siguiente fase de eliminatoria directa que por lo menos nos pueda dejar alguna emoción tan solo por el hecho de que se supone que todos saldrán a morirse en la raya porque no hay un más allá.

De todos, sin duda alguna que el conjunto más completo, es el tricolor cuya presentación ante Trinidad y Tobago, dejó ver las mismas carencias de siempre, aunado a ello, dos notables ausencias: la de Andrés Guardado y ahora la del “Chuky” Lozano, cuya lesión producto de un caballazo de la defensa trinitaria, lo envió al hospital, ante la mirada incapaz tanto del silbante como del VAR, por no marco un claro penaltie, entre esta acción y tres oportunidades que tuvo el equipo frente a la portería, el panorama s e tornó sombrío.

Al equipo de Martino se le acabaron las ideas, la creatividad, no hubo en media cancha un jugador con la agudeza de cambiarle la cara al ataque. Sí mucha dinámica, podemos decir que excelente, mucha posesión de balón, lo que era lógico, pero casi cero de profundidad, de capacidad para lograr penetrar el mar de piernas de un rival que salió a eso, a echarse para atrás como lo hacen muchos otros.

México, ya cuenta con un centro delantero que genera confianza, pero caray, si no le llegan balones con ventaja y claridad, pues pasa lo de siempre: tener que moverse de zona de remate para tratar de venir de atrás en apoyo a los que lo surten, nada de malo, pero casi siempre sin ventaja porque cuando llega a su posición el rival ya está bien pertrechado. En México, luego de aquel Benjamín Galindo o de un Cuauhtémoc Blanco, no ha surgido otro jugador con sus características, no tenemos ese famoso 10 de haga la diferencia, aun así empatar con un equipo tan limitado, debe tener preocupado al Tata Martino.

Desde luego que de esta selección muchos se bajarán del camión, porque varios de los que están en la selección olímpica ya tienen apartado su lugar entre ellos el sinaloense Luis Romo. Cuando se fusionen para enfrentar la eliminatoria olímpica, seguro el equipo mejorará en algunos detalles que hoy son el dolor de cabeza del cuerpo técnico.

Hoy pues, veremos si despierta el tri, si juega mejor, gana y hasta golea a unos guatemaltecos, a quienes vimos igual o peor que los trinitarios. Es el equipo emergente porque Curazao, debido a la cantidad de infectados le tuvo que dejar su sitio.

Más de una ocasión he comentado en este espacio el hecho de que mi afición por el fútbol, con el pretexto de contar con material suficiente para escribir sobre el tema, lo he llamado “masoquismo futbolero”, pero ¿saben qué?; tras ver el duelo entre México vs Trinidad y Tobago y otro más de los programados ese día, determinamos, por lo menos ya no ver más duelos salvo en los que participe nuestro equipo. La Copa de Oro, luego de ver la Eurocopa y la Copa América, no sabemos a ciencia cierta si la Copa Africana y otra donde participan los equipos asiáticos, es mejor o peor que la nuestra, no tenemos bases o argumentos para compararla, pero la de CONCACAF, estamos casi seguros qué, está entre las de más bajo nivel, ahora más que nunca.

Entre los estragos de la pandemia, los cambios generacionales, selecciones emergentes y el hecho de que algunos han decidido no llevar a sus mejores equipos, también México, porque en nuestro caso muchos olímpicos están considerados para el equipo mayor, el torneo llamado Copa de Oro, no llega ni siquiera a bronce, es más, ni a copa de latón.

Estaremos pendientes esta noche del duelo ante Guatemala y luego contra El Salvador, pero del resto, para nada, esperaremos la siguiente fase de eliminatoria directa que por lo menos nos pueda dejar alguna emoción tan solo por el hecho de que se supone que todos saldrán a morirse en la raya porque no hay un más allá.

De todos, sin duda alguna que el conjunto más completo, es el tricolor cuya presentación ante Trinidad y Tobago, dejó ver las mismas carencias de siempre, aunado a ello, dos notables ausencias: la de Andrés Guardado y ahora la del “Chuky” Lozano, cuya lesión producto de un caballazo de la defensa trinitaria, lo envió al hospital, ante la mirada incapaz tanto del silbante como del VAR, por no marco un claro penaltie, entre esta acción y tres oportunidades que tuvo el equipo frente a la portería, el panorama s e tornó sombrío.

Al equipo de Martino se le acabaron las ideas, la creatividad, no hubo en media cancha un jugador con la agudeza de cambiarle la cara al ataque. Sí mucha dinámica, podemos decir que excelente, mucha posesión de balón, lo que era lógico, pero casi cero de profundidad, de capacidad para lograr penetrar el mar de piernas de un rival que salió a eso, a echarse para atrás como lo hacen muchos otros.

México, ya cuenta con un centro delantero que genera confianza, pero caray, si no le llegan balones con ventaja y claridad, pues pasa lo de siempre: tener que moverse de zona de remate para tratar de venir de atrás en apoyo a los que lo surten, nada de malo, pero casi siempre sin ventaja porque cuando llega a su posición el rival ya está bien pertrechado. En México, luego de aquel Benjamín Galindo o de un Cuauhtémoc Blanco, no ha surgido otro jugador con sus características, no tenemos ese famoso 10 de haga la diferencia, aun así empatar con un equipo tan limitado, debe tener preocupado al Tata Martino.

Desde luego que de esta selección muchos se bajarán del camión, porque varios de los que están en la selección olímpica ya tienen apartado su lugar entre ellos el sinaloense Luis Romo. Cuando se fusionen para enfrentar la eliminatoria olímpica, seguro el equipo mejorará en algunos detalles que hoy son el dolor de cabeza del cuerpo técnico.

Hoy pues, veremos si despierta el tri, si juega mejor, gana y hasta golea a unos guatemaltecos, a quienes vimos igual o peor que los trinitarios. Es el equipo emergente porque Curazao, debido a la cantidad de infectados le tuvo que dejar su sitio.