Es tan precario el desempeño del panista-neo priista Juan Alfonso Mejía que como secretario de Educación Pública y Cultura no pudo resolver el pago a los beneficiarios del Becasin que padecen una larga y ofensiva espera.
A pesar de las promesas frecuentes que se asemejan más a expresiones demagógicas.
Y está en puerta el inicio de las nuevas solicitudes o de refrendos para este sistema, que podría disminuir su lista en perjuicio de miles de becarios del ciclo escolar que recién inició.
El problema, es que igualmente el funcionario cumplirá un año al frente de la SEPyC, sin que se le observen avances en su ejercicio.
Difícilmente, podría ser aspirante a la gubernatura de Sinaloa, ante la falta de resultados, ilusión que comenzó a magnificar.
Más bien se trata de un personaje que acude a los eventos del gobernador Quirino Ordaz Coppel para llenar huecos de pasarelas.
Es de apreciarse de lejos, que no supo defender la permanencia de alrededor de 6 mil jóvenes a los que recortaron del padrón Becas de Sinaloa, por aparecer en alguno de los programas de este tipo que puso en marcha el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, cuya política incluyente –como en el caso de los adultos mayores- los extendió hasta a aquellas personas que gozan de pensiones de los regímenes del IMSS e ISSSTE.
Es decir, sin necesidad de cancelarles ese apoyo. Pero Juan Alfonso Mejía no entiende o no le interesa solucionar las demandas de la niñez, de la juventud y de los sinaloenses. Su prioridad es otra y la centra en sus ambiciones políticas. No más.
Los bloques de Morena
Otros que no componen nada son los morenistas. Por fijarse más en la lucha sucesoria por el poder sinaloense, el bloque que conforman el alcalde de Mazatlán, Guillermo Benitez, el coordinador de Programas Sociales del Gobierno de la República, Jaime Montes y las diputadas federal y estatal –madre e hija- Merary Villegas y Victoria Sánchez, se ocupan en otras cosas.
Como el impulsar el choque hacia su contraparte que integra el senador Rubén Rocha Moya con las legisladoras local y federal, Graciela Domínguez Nava y Yadira Marcos Santiago.
Apuntan sus armas en una aparatosa manipulación que no les permitió nombrar en cierto instante a Juan de Dios Gámez y a Alma Alcaraz. En breve, tronarán unos contra otros para procesar la elección de quien finalmente encabezará a Morena en la entidad.
Hay un “tiro” casado entre ambos segmentos que se atrincheraron con un solo fin: el de posicionarse con la precandidatura para el 2021 y acaparar la mayoría de las posiciones que se jugarán.
En ello radica la grave división que como proyecto general, los hace más débiles.
Aunque el edil mazatleco no es una “perita en dulce”, hay quienes afirman que de esa riña de odio y codicia, le vino la demanda del Congreso del Estado para que comparezca y explique las supuestas irregularidades en la construcción de unos departamentos.
Que le quieren meter zancadilla para que se tropiece.
Porque curiosamente, no le hicieron nada al munícipe de Ahome Manuel Chapman, cuando se tuvieron suficientes elementos para castigar sus atropellos. Y no se meten ni por asomo con el presidente municipal de la capital, Jesús Estrada Ferreiro, que no para sus abusos y ofensas. Todo queda en declaraciones.
Aunque el edil mazatleco no es una “perita en dulce”, hay quienes afirman que de esa riña de odio y codicia, le vino la demanda del Congreso del Estado para que comparezca y explique las supuestas irregularidades en la construcción de unos departamentos.
