/ jueves 27 de agosto de 2020

La PEP, cuña del fraude en el STASE

Sin duda, la arremetida de la Policía Estatal Preventiva que recibe órdenes de la superioridad, -Gobierno del Estado-, en contra de los opositores de Gabriel Ballardo Valdez y su candidata oficial Teresa de Jesús Ochoa, develó que en las elecciones para renovar la dirigencia de la burocracia organizada la consigna era arrollar a como diera lugar. “Por las buena o por las malas”.

Aun cuando se evidenció que el proceso electoral fue uno de los más purulentos e ilegales de la historia del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado, desde el primer día, la compra de votos, el acarreo y la manipulación de los apoyos sociales y financieros, salpicaron los comicios.

No hubo pundonor.

La administración estatal signó un pacto no escrito para hacer todo lo que estuviera a su alcance. El objetivo, seguir en lo que resta del periodo gubernamental con un titular del STASE a modo, que defienda a los patrones y aplaste a la clase trabajadora.

Desde antes a la reprogramación de las votaciones del 25 que “abortaron” por las anomalías que salieron a la luz pública, los jefes de la PEP supieron que acudirían no a cumplir con su labor de prevenir los delitos, sino a desatar la represión en la humanidad de los contrincantes.

Para eso alistaron el escenario con tiempo y llevaron provocadores que nada tenían que ver con los socios del organismo.

Fue muy rápida la acción contra Mario Barraza. La orden era de encarcelar a quien no le pareciera la forma en que se maquinaban las cosas. Le brincaron y lo inmovilizaron.

¿Por qué tanta fuerza y tanta eficacia de los elementos policiales?

Porque había que desvanecer todo intento de inconformidad para imponer a la abanderada del grupúsculo dominante en la agrupación sindical.

¿Y por qué neutralizar al ex secretario de Comunicación Social de la organización gremial?

Porque este periodista conoció los pasajes oscuros y las profundas entrañas del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado. Como pieza clave del mismo, pulsó los métodos de escoria que Gabriel Ballardo usaría para continuar con el control, a través de quien anunció, sería su sucesora.

Esa es la causa de que el comunicador se negara a seguir el juego.

El reportero, se enteró mucho antes del malévolo plan que se trazó para ignorar a las bases y cerrar el paso al resto de los abanderados.

Independientemente, de las irregularidades que se asegura, quedaron como un rastro que conduce hacia el deterioro del patrimonio sindical.

Para esto los agentes de la policía sinaloense, llegaron a poner la bota al cuello de los manifestantes que denunciaron el desaseo del suceso electivo.

Solo falta que a quienes encabezaron las planillas, los tengan bajo amenaza para que no impugnen la nulidad de las elecciones.

Sería muy grave para alrededor de 10 mil socios que yacen en la indefensión, porque tienen contra a su patrón a quien debiera defender los intereses de esa colectividad.

Probada la fortaleza del alcalde de Navolato.

De acuerdo a lo aquí previsto, el alcalde de Navolato Eliazar Gutiérrez Ángulo comprobó su fortaleza política y la de su estado de salud al salir airoso del hospital en el que se internó voluntariamente casi 15 días a causa del Covid-19 que lo quiso arrodillar.

El edil regresó al seno de su hogar para continuar con un periodo de reposo y desde ese lugar, reajustará con sus manos las riendas que en realidad nunca soltó a pesar del padecimiento que lo alejó de las calles y de su despacho. Nunca dejó de operar como autoridad.

Sin duda, la arremetida de la Policía Estatal Preventiva que recibe órdenes de la superioridad, -Gobierno del Estado-, en contra de los opositores de Gabriel Ballardo Valdez y su candidata oficial Teresa de Jesús Ochoa, develó que en las elecciones para renovar la dirigencia de la burocracia organizada la consigna era arrollar a como diera lugar. “Por las buena o por las malas”.

Aun cuando se evidenció que el proceso electoral fue uno de los más purulentos e ilegales de la historia del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado, desde el primer día, la compra de votos, el acarreo y la manipulación de los apoyos sociales y financieros, salpicaron los comicios.

No hubo pundonor.

La administración estatal signó un pacto no escrito para hacer todo lo que estuviera a su alcance. El objetivo, seguir en lo que resta del periodo gubernamental con un titular del STASE a modo, que defienda a los patrones y aplaste a la clase trabajadora.

Desde antes a la reprogramación de las votaciones del 25 que “abortaron” por las anomalías que salieron a la luz pública, los jefes de la PEP supieron que acudirían no a cumplir con su labor de prevenir los delitos, sino a desatar la represión en la humanidad de los contrincantes.

Para eso alistaron el escenario con tiempo y llevaron provocadores que nada tenían que ver con los socios del organismo.

Fue muy rápida la acción contra Mario Barraza. La orden era de encarcelar a quien no le pareciera la forma en que se maquinaban las cosas. Le brincaron y lo inmovilizaron.

¿Por qué tanta fuerza y tanta eficacia de los elementos policiales?

Porque había que desvanecer todo intento de inconformidad para imponer a la abanderada del grupúsculo dominante en la agrupación sindical.

¿Y por qué neutralizar al ex secretario de Comunicación Social de la organización gremial?

Porque este periodista conoció los pasajes oscuros y las profundas entrañas del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado. Como pieza clave del mismo, pulsó los métodos de escoria que Gabriel Ballardo usaría para continuar con el control, a través de quien anunció, sería su sucesora.

Esa es la causa de que el comunicador se negara a seguir el juego.

El reportero, se enteró mucho antes del malévolo plan que se trazó para ignorar a las bases y cerrar el paso al resto de los abanderados.

Independientemente, de las irregularidades que se asegura, quedaron como un rastro que conduce hacia el deterioro del patrimonio sindical.

Para esto los agentes de la policía sinaloense, llegaron a poner la bota al cuello de los manifestantes que denunciaron el desaseo del suceso electivo.

Solo falta que a quienes encabezaron las planillas, los tengan bajo amenaza para que no impugnen la nulidad de las elecciones.

Sería muy grave para alrededor de 10 mil socios que yacen en la indefensión, porque tienen contra a su patrón a quien debiera defender los intereses de esa colectividad.

Probada la fortaleza del alcalde de Navolato.

De acuerdo a lo aquí previsto, el alcalde de Navolato Eliazar Gutiérrez Ángulo comprobó su fortaleza política y la de su estado de salud al salir airoso del hospital en el que se internó voluntariamente casi 15 días a causa del Covid-19 que lo quiso arrodillar.

El edil regresó al seno de su hogar para continuar con un periodo de reposo y desde ese lugar, reajustará con sus manos las riendas que en realidad nunca soltó a pesar del padecimiento que lo alejó de las calles y de su despacho. Nunca dejó de operar como autoridad.