/ lunes 27 de abril de 2020

La despedida que podría paliar el duelo


Jazmín Ballesteros de El Sol de Sinaloa, se lanza a explorar entre las páginas del Diario Oficial de la Federación y descubre algo que pudiera cambiar favorablemente el proceso de crisis vital del duelo de las decenas de dolientes de los muertos por Coronavirus en el estado.

Rescata en el centro del caos, de entre esas hojas que dan luz a decretos, acuerdos o leyes, un paliativo para quienes además de sumirse en el dolor de saber que un pariente es víctima mortal de la pandemia mundial, resienten también que se altera el equilibrio de su sistema individual y familiar al perder a alguien.

En su oportuna nota informativa de este viernes 24 del mes en curso, revela elementos vitales o decisivos que respecto al procedimiento para estos casos en territorio sinaloense, es contrario. Hermético.

De inmediato complementa que en el documento Lineamientos de Actuación para el Manejo, Traslado y Destino Final de Cadáveres Confirmados o Sospechosos por Covid-19 en el Estado de Sinaloa, emitido el 12 de abril del 2020, sí se puede despedir a quienes fallecen por esta causa.

Luego enmarca lo que señala el mismo: “Antes de proceder a su traslado y una vez verificada su identidad, podrá permitirse el acceso de los familiares, restringiéndolo a los más próximos, sin que pueda existir contacto físico con el cadáver ni con las superficies. Las personas que accedan lo harán bajo su absoluta y estricta responsabilidad, limitando al mínimo esencial su estancia, y deberán tomar las precauciones para evitar la transmisión; entre otras, el uso de bata desechable, guantes y mascarilla quirúrgica

¿Qué significa ello?

Con sencillez la aportación de Jazmín Ballesteros, se simplifica a lo que señala en el primer párrafo de su nota:

“Los velorios a los decesos por Covid-19, son posibles, deben ser menor a cuatro horas, y con solo 20 personas. Con el ataúd cerrado y a sana distancia, según los lineamientos federales”.

O sea, siempre que se atiendan las medidas preventivas y de seguridad para evitar el contagio.

Y reconoce que, no obstante, la forma de proceder por la autoridad sinaloense, responde más bien a las inevitables aglomeraciones.

Sin embargo, las disposiciones son tan claras que incluyen el comportamiento y tratamiento que deben dar los empleados de las casas funerarias para impedir la propagación de la enfermedad.

Y hasta de que se tienen las opciones en un deceso, que son la de incinerarse o inhumarse los cuerpos, siempre y cuando se mantengan éstos en las bolsas en que se depositaron al salir de las clínicas o lugares donde perecieron.

Con ello, es visiblemente claro que los familiares sí le pueden dar el último adiós a quien dejó de existir por el padecimiento que agobia al mundo. Y transitar en ese viaje de duelo que en ocasiones cambia la identidad, el comportamiento y hasta el estilo de vida.

A levantar lo caído en Navolato.

Eliazar Gutiérrez Ángulo asume que “de que duele, duele”. Padece como alcalde de Navolato, la zozobra de que el Coronavirus le arrebató parte de lo que era su gabinete en activo.

Aunque no le alcance el tiempo ni las acciones diarias para sosegar su situación o el auxilio y protección al pueblo, porque la ley asi se lo demanda, deberá buscar a quien sustituirá a Salvador Padilla Guerra, secretario del Ayuntamiento, que emprendió al viaje sin retorno como consecuencia del Covid-19.

Necesita levantar las líneas que por desgracia, han caído.


Jazmín Ballesteros de El Sol de Sinaloa, se lanza a explorar entre las páginas del Diario Oficial de la Federación y descubre algo que pudiera cambiar favorablemente el proceso de crisis vital del duelo de las decenas de dolientes de los muertos por Coronavirus en el estado.

Rescata en el centro del caos, de entre esas hojas que dan luz a decretos, acuerdos o leyes, un paliativo para quienes además de sumirse en el dolor de saber que un pariente es víctima mortal de la pandemia mundial, resienten también que se altera el equilibrio de su sistema individual y familiar al perder a alguien.

En su oportuna nota informativa de este viernes 24 del mes en curso, revela elementos vitales o decisivos que respecto al procedimiento para estos casos en territorio sinaloense, es contrario. Hermético.

De inmediato complementa que en el documento Lineamientos de Actuación para el Manejo, Traslado y Destino Final de Cadáveres Confirmados o Sospechosos por Covid-19 en el Estado de Sinaloa, emitido el 12 de abril del 2020, sí se puede despedir a quienes fallecen por esta causa.

Luego enmarca lo que señala el mismo: “Antes de proceder a su traslado y una vez verificada su identidad, podrá permitirse el acceso de los familiares, restringiéndolo a los más próximos, sin que pueda existir contacto físico con el cadáver ni con las superficies. Las personas que accedan lo harán bajo su absoluta y estricta responsabilidad, limitando al mínimo esencial su estancia, y deberán tomar las precauciones para evitar la transmisión; entre otras, el uso de bata desechable, guantes y mascarilla quirúrgica

¿Qué significa ello?

Con sencillez la aportación de Jazmín Ballesteros, se simplifica a lo que señala en el primer párrafo de su nota:

“Los velorios a los decesos por Covid-19, son posibles, deben ser menor a cuatro horas, y con solo 20 personas. Con el ataúd cerrado y a sana distancia, según los lineamientos federales”.

O sea, siempre que se atiendan las medidas preventivas y de seguridad para evitar el contagio.

Y reconoce que, no obstante, la forma de proceder por la autoridad sinaloense, responde más bien a las inevitables aglomeraciones.

Sin embargo, las disposiciones son tan claras que incluyen el comportamiento y tratamiento que deben dar los empleados de las casas funerarias para impedir la propagación de la enfermedad.

Y hasta de que se tienen las opciones en un deceso, que son la de incinerarse o inhumarse los cuerpos, siempre y cuando se mantengan éstos en las bolsas en que se depositaron al salir de las clínicas o lugares donde perecieron.

Con ello, es visiblemente claro que los familiares sí le pueden dar el último adiós a quien dejó de existir por el padecimiento que agobia al mundo. Y transitar en ese viaje de duelo que en ocasiones cambia la identidad, el comportamiento y hasta el estilo de vida.

A levantar lo caído en Navolato.

Eliazar Gutiérrez Ángulo asume que “de que duele, duele”. Padece como alcalde de Navolato, la zozobra de que el Coronavirus le arrebató parte de lo que era su gabinete en activo.

Aunque no le alcance el tiempo ni las acciones diarias para sosegar su situación o el auxilio y protección al pueblo, porque la ley asi se lo demanda, deberá buscar a quien sustituirá a Salvador Padilla Guerra, secretario del Ayuntamiento, que emprendió al viaje sin retorno como consecuencia del Covid-19.

Necesita levantar las líneas que por desgracia, han caído.