/ jueves 27 de febrero de 2020

La buena fe, signo del gobierno.

La economía moral es la premisa del presidente Andrés Manuel López Obrador, su discurso está orientado por la buena fe, por la paz, por la confianza, por buscar lo positivo de las personas.

En este día 26 de febrero de 2020, se mostró el primer acto de aplicación de la Ley de Fomento a la Confianza Ciudadana, que fue publicada el 20 de enero de este año, en el Diario Oficial de la Federación, con las dos primeras constancias de inscripción en el Padrón Único de Fomento a la Confianza Ciudadana.

El Padrón es el instrumento creado por la Ley citada, para fomentar la confianza ciudadana, otorgando beneficios y facilidades administrativas relacionadas con la actividad económica que desempeñen personas físicas o morales.

1. SUSPENDER VIGILANCIA E INSPECCIÓN

En palabras del Presidente, el principal objetivo es desterrar el concepto de inspección, y que se rescate la confianza ciudadana, para que los empresarios cumplan con sus responsabilidades sin necesidad de tener a inspectores que, en muchas ocasiones, extorsionan, piden mordidas o el famoso moche.

De tal forma que, quien tenga su constancia de estar inscrito en el Padrón, podrá exhibirlo de manera pública, para que no tengan molestias permanentes en sus centros de desarrollo económico.

La idea es desterrar las inspecciones, y que ahora se haga de manera aleatoria, y que en todo caso, cuando sea revisado un negocio y su propietario cumpla con todas sus responsabilidades reciba un reconocimiento por parte del gobierno.

2. LA CONFIANZA

Entonces el binomio buena fe y confianza, se conjuga entre ciudadanía y autoridades, como lo ha pedido y ha actuado en consecuencia el Presidente, con las becas de trabajo para los jóvenes que no estudian ni trabajan, con los apoyos a pequeños emprendedores, con la entrega directa, sin intermediarios, de los beneficios a diversos sectores.

De eso se ha hablado de manera permanente, y así se sigue actuando, es decir, menos coerción y más conciencia, más prevención y menos represión, aunque las críticas también han estado presentes.

Es claro que sólo con un discurso de confianza y de buena fe, sin contenido, es vano, pero si se observan las acciones de gobierno para el ataque a la corrupción y a la inseguridad, se nota que es una narrativa que tiene mucho de fondo y que a corto plazo habrá resultados más rotundos.

La Ley en comento, que es pequeña, de sólo diecisiete artículos, tiene una importancia capital, porque se habla de confianza, acompañada con la buena fe por parte de quienes se dedican a las empresas.

Los que se anoten en el Padrón recibirán estímulos, recompensas, y pocas posibilidades de estar sujetos a una vigilancia cuasi policial y de extorsión, siempre y cuando se comprometan a cumplir con sus obligaciones.

En caso de incumplimiento de sus responsabilidades la sanción será salir del Padrón, y con ello la suspensión de la confianza y de los beneficios.

También Sinaloa puede fomentar la confianza, con una ley local, la esperamos a la brevedad.

La economía moral es la premisa del presidente Andrés Manuel López Obrador, su discurso está orientado por la buena fe, por la paz, por la confianza, por buscar lo positivo de las personas.

En este día 26 de febrero de 2020, se mostró el primer acto de aplicación de la Ley de Fomento a la Confianza Ciudadana, que fue publicada el 20 de enero de este año, en el Diario Oficial de la Federación, con las dos primeras constancias de inscripción en el Padrón Único de Fomento a la Confianza Ciudadana.

El Padrón es el instrumento creado por la Ley citada, para fomentar la confianza ciudadana, otorgando beneficios y facilidades administrativas relacionadas con la actividad económica que desempeñen personas físicas o morales.

1. SUSPENDER VIGILANCIA E INSPECCIÓN

En palabras del Presidente, el principal objetivo es desterrar el concepto de inspección, y que se rescate la confianza ciudadana, para que los empresarios cumplan con sus responsabilidades sin necesidad de tener a inspectores que, en muchas ocasiones, extorsionan, piden mordidas o el famoso moche.

De tal forma que, quien tenga su constancia de estar inscrito en el Padrón, podrá exhibirlo de manera pública, para que no tengan molestias permanentes en sus centros de desarrollo económico.

La idea es desterrar las inspecciones, y que ahora se haga de manera aleatoria, y que en todo caso, cuando sea revisado un negocio y su propietario cumpla con todas sus responsabilidades reciba un reconocimiento por parte del gobierno.

2. LA CONFIANZA

Entonces el binomio buena fe y confianza, se conjuga entre ciudadanía y autoridades, como lo ha pedido y ha actuado en consecuencia el Presidente, con las becas de trabajo para los jóvenes que no estudian ni trabajan, con los apoyos a pequeños emprendedores, con la entrega directa, sin intermediarios, de los beneficios a diversos sectores.

De eso se ha hablado de manera permanente, y así se sigue actuando, es decir, menos coerción y más conciencia, más prevención y menos represión, aunque las críticas también han estado presentes.

Es claro que sólo con un discurso de confianza y de buena fe, sin contenido, es vano, pero si se observan las acciones de gobierno para el ataque a la corrupción y a la inseguridad, se nota que es una narrativa que tiene mucho de fondo y que a corto plazo habrá resultados más rotundos.

La Ley en comento, que es pequeña, de sólo diecisiete artículos, tiene una importancia capital, porque se habla de confianza, acompañada con la buena fe por parte de quienes se dedican a las empresas.

Los que se anoten en el Padrón recibirán estímulos, recompensas, y pocas posibilidades de estar sujetos a una vigilancia cuasi policial y de extorsión, siempre y cuando se comprometan a cumplir con sus obligaciones.

En caso de incumplimiento de sus responsabilidades la sanción será salir del Padrón, y con ello la suspensión de la confianza y de los beneficios.

También Sinaloa puede fomentar la confianza, con una ley local, la esperamos a la brevedad.