/ martes 21 de mayo de 2019

¿Justicia a secas?

De acuerdo a estadísticas que nos hicieron llegar, nunca había llegado a la gran final del fútbol mexicano los dos primeros lugares de la tabla general, ambos, León y Tigres lo lograron gracias a su mejor ubicación al final del rol regular, situación en lo que a mi muy particular punto de vista debe de desaparecer por lo menos de la etapa semifinal.

La frase arriba citada ¿justicia a secas?, es precisamente por ese motivo. Simplemente la fiera y los de Nuevo León, fueron los mejores del torneo; el León por mucho y Tigres por muy poco arribita de su acérrimo rival, el Monterrey, equipo que a poco a no mucho le sirve haber ganado la Copa Concacaf de Campeones de Club, así represente su participación en un evento mundialista, pero que la verdad es de poca monta en comparación con ganar la liga mexicana. En este mismo casi está el América, ganador por de una devaluada copa, pero con las manos vacías en la liga.

Mire usted, de los cuatro equipos que disputaron la semifinal, nos parece que fue el América, el que más trató e hizo para lograr ganarse el derecho de disputar el título. Debemos de puntualizar la palabra trató. ¿La razón?, muy simple, fue su empeño, su esfuerzo y entrega, más que su labor como equipo, que logró maniatar al León, en los dos primeros tiempos de ambos partidos. Dejó escapar la oportunidad en esos dos primeros 45 minutos por la inoperancia de sus delanteros y el buen funcionamiento de la mejor zaga del torneo.

El América pues, cuenta con jugadores con determinadas habilidades, fue el esfuerzo personal el que le permitió por muchos momentos ser más peligroso. En la recta final del segundo partido, nos parece que Miguel Herrera reaccionó tarde con los cambios, llenó de centros delanteros su cuadro, dejó en la cancha a un estorbo llamado Nicolás Castillo, mientras que por el otro lado, Nacho Ambriz, casi contrario afianzó su cuadro bajo, esta vez apuntalado por un Iván Rodríguez, quien de plano, le dio otro sentido a la media cancha.

Podemos decir que tanto el León como Monterrey, decepcionaron, porque ambos no jugaron esta semifinal en el nivel que lo habían hecho, especialmente el León, porque los Rayados en realidad, habían jugador partidos similares durante el torneo pese a tener jugadores delante de gran calidad, nos parece que el técnico de los regios equivoco la estrategia y luego cuando quiso no pudo ante un Tigres que no se sale de su scrip, muy al estilo de su técnico, quienes se exige ganar sin importar el como. En general a los aficionados también.

Es cuestión de estrategias a Tigres le funcionó, mientras que al León también pero sobre todo porque el América no supo aprovechar sus buenos momentos, simplemente porque su disque mejor hombre de área, fue totalmente inoperante. En lo personal, la emoción de ambos juegos radicó en lo estrecho de los marcadores, porque en ambos juegos, a los visitantes les bastaba un solo gol más para sentenciar la serie, de ahí en fuera, dese mi punto de vista, todos quedaron a deber.

Ojalá que en la final veamos algo más digno. Se puede dar ya que en esta serie no cuenta más que ganar por marcador global, es decir, no cuenta ni la posición en la tabla ni el gol de visitante.

Nos vemos mañana.

De acuerdo a estadísticas que nos hicieron llegar, nunca había llegado a la gran final del fútbol mexicano los dos primeros lugares de la tabla general, ambos, León y Tigres lo lograron gracias a su mejor ubicación al final del rol regular, situación en lo que a mi muy particular punto de vista debe de desaparecer por lo menos de la etapa semifinal.

La frase arriba citada ¿justicia a secas?, es precisamente por ese motivo. Simplemente la fiera y los de Nuevo León, fueron los mejores del torneo; el León por mucho y Tigres por muy poco arribita de su acérrimo rival, el Monterrey, equipo que a poco a no mucho le sirve haber ganado la Copa Concacaf de Campeones de Club, así represente su participación en un evento mundialista, pero que la verdad es de poca monta en comparación con ganar la liga mexicana. En este mismo casi está el América, ganador por de una devaluada copa, pero con las manos vacías en la liga.

Mire usted, de los cuatro equipos que disputaron la semifinal, nos parece que fue el América, el que más trató e hizo para lograr ganarse el derecho de disputar el título. Debemos de puntualizar la palabra trató. ¿La razón?, muy simple, fue su empeño, su esfuerzo y entrega, más que su labor como equipo, que logró maniatar al León, en los dos primeros tiempos de ambos partidos. Dejó escapar la oportunidad en esos dos primeros 45 minutos por la inoperancia de sus delanteros y el buen funcionamiento de la mejor zaga del torneo.

El América pues, cuenta con jugadores con determinadas habilidades, fue el esfuerzo personal el que le permitió por muchos momentos ser más peligroso. En la recta final del segundo partido, nos parece que Miguel Herrera reaccionó tarde con los cambios, llenó de centros delanteros su cuadro, dejó en la cancha a un estorbo llamado Nicolás Castillo, mientras que por el otro lado, Nacho Ambriz, casi contrario afianzó su cuadro bajo, esta vez apuntalado por un Iván Rodríguez, quien de plano, le dio otro sentido a la media cancha.

Podemos decir que tanto el León como Monterrey, decepcionaron, porque ambos no jugaron esta semifinal en el nivel que lo habían hecho, especialmente el León, porque los Rayados en realidad, habían jugador partidos similares durante el torneo pese a tener jugadores delante de gran calidad, nos parece que el técnico de los regios equivoco la estrategia y luego cuando quiso no pudo ante un Tigres que no se sale de su scrip, muy al estilo de su técnico, quienes se exige ganar sin importar el como. En general a los aficionados también.

Es cuestión de estrategias a Tigres le funcionó, mientras que al León también pero sobre todo porque el América no supo aprovechar sus buenos momentos, simplemente porque su disque mejor hombre de área, fue totalmente inoperante. En lo personal, la emoción de ambos juegos radicó en lo estrecho de los marcadores, porque en ambos juegos, a los visitantes les bastaba un solo gol más para sentenciar la serie, de ahí en fuera, dese mi punto de vista, todos quedaron a deber.

Ojalá que en la final veamos algo más digno. Se puede dar ya que en esta serie no cuenta más que ganar por marcador global, es decir, no cuenta ni la posición en la tabla ni el gol de visitante.

Nos vemos mañana.