/ jueves 8 de octubre de 2020

Julio Duarte, la gran decepción del STASAC

En unos días más, Julio Duarte Apan cumplirá cinco meses en que asumió la Secretaría General del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Culiacán, y paralelamente, comenzó a convertirse en la gran decepción entre la mayoría de los socios que le dieron su voto.

No hay en su haber una sola gestión importante y en cambio una serie de fallas marcan la trayectoria en lo que va del periodo que abrió el 2020 y que está en duda si llegará a su final administrativo el 2023.

Las expectativas iniciales, fueron que el muchacho pudo ser un buen candidato, sin embargo, envió las primeras señales muy negativas y de desencanto a los aproximadamente cuatro mil miembros del gremio.

Estas apuntan a que será un pésimo dirigente.

No pasó su primera prueba de fuego cuando el 18 de agosto organizó una protesta contra el alcalde Jesús Estrada Ferreiro, en reclamo al pago de diversas prestaciones y adeudos que se acumularon.

El cisma sindical le mandó desde el día de la elección un augurio contraproducente. De los mil 718 sufragios que captó, solamente se le reflejaron en la marcha, dos centenares de asistentes.

Es la pesada carga de un signo de debilidad que lo agobia.

Ello reveló que el ex secretario de Educación del mismo organismo, no tiene base social que lo respalde. El voto fue producto de un fenómeno político del momento que no implicó compromiso con la clase trabajadora.

Los burócratas municipales organizados, no vieron con buenos ojos que el nuevo titular del STASAC los encaminara por la vía de la confrontación con la autoridad en turno.

Y menos sin agotar en primer plano, la opción de la negociación y la diplomacia. Instrumento con el que cuentan los sindicatos para elevar las condiciones de vida de las familias a las que defienden.

Peor aún, cuando tienen en frente a un edil que busca la pugna para dificultar el avance de quienes atienden a los usuarios.

A la fecha, con la desilusión encima, los integrantes de la agrupación exponen que Julio Duarte Apan no dá una. Fuera de los trámites cotidianos menores, no existe una sola demanda resuelta que provenga de las bases.

Casos de ingenuidad laboral, política y jurídica hay varios. Como el que les implicó el recurso que se interpuso ante el Tribunal Municipal de Conciliación y Arbitraje. Para cubrir las formalidades se les dificultó porque no llevaban las copias del escrito original para entregar a las partes. Motivo por el que los funcionarios del juzgado, casi ni se lo recibían.

Entre otros muchos yerros que se registran, hay suficientes elementos para sostener que el nuevo directivo no muestra capacidad para desempeñar el cargo. Es hora que no logra ni los más básicos apoyos previstos en las leyes de la materia y tampoco conseguirá los complementarios.

Ya se perdieron los primeros 150 días y se desaprovecharan otros más del año, porque se atraviesan las elecciones del 2021, lo que para este sector trabajador, es una lástima.

¿Y los que deben materias en la UAS?

En donde los egresados de preparatoria miran que su futuro pende de un hilo, es en la Universidad Autónoma de Sinaloa. Muchos de los que se inscribieron en las carreras profesionales, que ya están en marcha, no saben cómo subsanar el adeudos de una o dos materias. Eso le impide asistir como alumnos regulares pero consideran injusto que no haya convocatorias para presentar exámenes extraordinarios o especiales que les permitan sacar limpio el kárdex de calificaciones.

Y por consiguiente, solicitar su certificado que deben entregar o subir a la plataforma digital de la facultad en que se inscribieron. Una pena más que raya en la angustia.

En unos días más, Julio Duarte Apan cumplirá cinco meses en que asumió la Secretaría General del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Culiacán, y paralelamente, comenzó a convertirse en la gran decepción entre la mayoría de los socios que le dieron su voto.

No hay en su haber una sola gestión importante y en cambio una serie de fallas marcan la trayectoria en lo que va del periodo que abrió el 2020 y que está en duda si llegará a su final administrativo el 2023.

Las expectativas iniciales, fueron que el muchacho pudo ser un buen candidato, sin embargo, envió las primeras señales muy negativas y de desencanto a los aproximadamente cuatro mil miembros del gremio.

Estas apuntan a que será un pésimo dirigente.

No pasó su primera prueba de fuego cuando el 18 de agosto organizó una protesta contra el alcalde Jesús Estrada Ferreiro, en reclamo al pago de diversas prestaciones y adeudos que se acumularon.

El cisma sindical le mandó desde el día de la elección un augurio contraproducente. De los mil 718 sufragios que captó, solamente se le reflejaron en la marcha, dos centenares de asistentes.

Es la pesada carga de un signo de debilidad que lo agobia.

Ello reveló que el ex secretario de Educación del mismo organismo, no tiene base social que lo respalde. El voto fue producto de un fenómeno político del momento que no implicó compromiso con la clase trabajadora.

Los burócratas municipales organizados, no vieron con buenos ojos que el nuevo titular del STASAC los encaminara por la vía de la confrontación con la autoridad en turno.

Y menos sin agotar en primer plano, la opción de la negociación y la diplomacia. Instrumento con el que cuentan los sindicatos para elevar las condiciones de vida de las familias a las que defienden.

Peor aún, cuando tienen en frente a un edil que busca la pugna para dificultar el avance de quienes atienden a los usuarios.

A la fecha, con la desilusión encima, los integrantes de la agrupación exponen que Julio Duarte Apan no dá una. Fuera de los trámites cotidianos menores, no existe una sola demanda resuelta que provenga de las bases.

Casos de ingenuidad laboral, política y jurídica hay varios. Como el que les implicó el recurso que se interpuso ante el Tribunal Municipal de Conciliación y Arbitraje. Para cubrir las formalidades se les dificultó porque no llevaban las copias del escrito original para entregar a las partes. Motivo por el que los funcionarios del juzgado, casi ni se lo recibían.

Entre otros muchos yerros que se registran, hay suficientes elementos para sostener que el nuevo directivo no muestra capacidad para desempeñar el cargo. Es hora que no logra ni los más básicos apoyos previstos en las leyes de la materia y tampoco conseguirá los complementarios.

Ya se perdieron los primeros 150 días y se desaprovecharan otros más del año, porque se atraviesan las elecciones del 2021, lo que para este sector trabajador, es una lástima.

¿Y los que deben materias en la UAS?

En donde los egresados de preparatoria miran que su futuro pende de un hilo, es en la Universidad Autónoma de Sinaloa. Muchos de los que se inscribieron en las carreras profesionales, que ya están en marcha, no saben cómo subsanar el adeudos de una o dos materias. Eso le impide asistir como alumnos regulares pero consideran injusto que no haya convocatorias para presentar exámenes extraordinarios o especiales que les permitan sacar limpio el kárdex de calificaciones.

Y por consiguiente, solicitar su certificado que deben entregar o subir a la plataforma digital de la facultad en que se inscribieron. Una pena más que raya en la angustia.