/ lunes 4 de abril de 2022

Índice de desarrollo democrático en Sinaloa

A inicios del mes pasado, el Instituto Nacional Electoral (INE) y la Fundación Konrad Adenauer dieron a conocer el ya tradicional Indice de Desarrollo Democrático de México (IDD-Mex) edición 2021, un valioso análisis del desarrollo democrático nacional segmentado por entidad federativa, donde podemos apreciar el avance de los estados de la república tanto en aspectos económicos y sociales, como en el ejercicio de los derechos y las libertades políticas.

Oficialmente, “el índice evalúa el comportamiento de la democracia y el desarrollo democrático en cada uno de los 32 estados del país. Es una contribución para que los tomadores de decisiones puedan analizar en profundidad el estado de la democracia mexicana en su vasta geografía, como punto de partida hacia un camino de mejoras que sean verificables en el tiempo por medio de indicadores objetivos.”

El índice mide 24 indicadores socioeconómicos y políticos, presentados en las siguientes cuatro dimensiones:

I. Democracia de los ciudadanos: Se refieren al ejercicio efectivo de los derechos ciudadanos y de las situaciones que los violentan.

II.Democracia de las instituciones: Se refieren a la calidad de las instituciones y la eficiencia del sistema político para lograr avances democráticos.

III.Democracia Social: Miden la gestión del gobierno para lograr mejores condiciones de desarrollo social y humano.

IV.Democracia Económica: Evalúan el desarrollo económico en la generación de mayores oportunidades y mayor equidad.

Al igual que cada año, el estudio es muy extenso y rico en estadísticas regionales, desglosadas por entidad federativa. Un total de 232 páginas, que en esta edición su conclusión general es que el desarrollo democrático de México tuvo una seria afectación en el 2021, provocada por la pandemia y sus consecuencias como la pobreza, pero también por la violencia, la impunidad, la corrupción y la polarización social.

Si bien la puntuación en general fue a la baja para todos, al momento de definir el ranking sólo dos estados son considerados en esta ocasión como de “alto desarrollo democrático”, Yucatán (repitiendo como líder) e Hildago, y en las antípodas, en la parte más baja de apreciación repite nuevamente (por quinto año consecutivo) el estado de Guerrero.

Sinaloa obtiene una de sus mejores posicionamientos, al aparece en el cuarto lugar nacional, casi a la cabeza de los estados de media tabla. De hecho es la octava vez que Sinaloa califica con un valor de desarrollo democrático medio, excepto en 2020, año en que calificó con mínimo desarrollo democrático. Los estados que acompañan a nuestro estado en esta parte media del ranking son: Querétaro, Aguascalientes, Nuevo León, Baja California Sur, Coahuila, Ciudad de México, Durango, Nayarit y San Luis Potosí.

Al final del análisis específico de Sinaloa, el estudio identifica las siguientes diez “oportunidades para mejorar el desarrollo democrático” de nuestro estado:

1. Desarrollar estrategias para una mayor participación ciudadana en el ámbito electoral.

2. Avanzar hacia una mayor construcción de ciudadanía para fortalecer el respeto de los derechos políticos y las libertades civiles.

3. Profundizar la lucha contra el delito común y la delincuencia organizada.

4. Combatir los feminicidios.

5. Implementar procesos de control de la corrupción.

6. Sistematizar la atención de las demandas de los grupos sociales excluidos para responderles satisfactoriamente.

7. Asignar mayores recursos para la educación y la salud, y lograr eficacia en su administración.

8. Promover el desarrollo e incrementar el PIB per cápita.

9. Desarrollar una mejor complementariedad entre Estado y sociedad.

10. Optimizar la recaudación fiscal para disfrutar de mayor autonomía.

Es innegable que los dos años de pandemia han afectado el ánimo de muchos ciudadanos y de ahí la baja puntuación en general de todos los apartados del estudio. Ciertamente el virus SARS-CoV-2 no creó los probemas analizados pero sin duda vino a agravar varios, sobre todo los de pobreza y desigualdad. Pero el punto de partida para salir adelante siempre vendrá del análisis serio de los problemas, con diagnósticos fundados en bases científicas. Esa es la ruta y por eso hay que abrevar siempre de toda la investigación profesional que tengamos a la mano.

*Secretario de Salud del Estado de Sinaloa.

A inicios del mes pasado, el Instituto Nacional Electoral (INE) y la Fundación Konrad Adenauer dieron a conocer el ya tradicional Indice de Desarrollo Democrático de México (IDD-Mex) edición 2021, un valioso análisis del desarrollo democrático nacional segmentado por entidad federativa, donde podemos apreciar el avance de los estados de la república tanto en aspectos económicos y sociales, como en el ejercicio de los derechos y las libertades políticas.

Oficialmente, “el índice evalúa el comportamiento de la democracia y el desarrollo democrático en cada uno de los 32 estados del país. Es una contribución para que los tomadores de decisiones puedan analizar en profundidad el estado de la democracia mexicana en su vasta geografía, como punto de partida hacia un camino de mejoras que sean verificables en el tiempo por medio de indicadores objetivos.”

El índice mide 24 indicadores socioeconómicos y políticos, presentados en las siguientes cuatro dimensiones:

I. Democracia de los ciudadanos: Se refieren al ejercicio efectivo de los derechos ciudadanos y de las situaciones que los violentan.

II.Democracia de las instituciones: Se refieren a la calidad de las instituciones y la eficiencia del sistema político para lograr avances democráticos.

III.Democracia Social: Miden la gestión del gobierno para lograr mejores condiciones de desarrollo social y humano.

IV.Democracia Económica: Evalúan el desarrollo económico en la generación de mayores oportunidades y mayor equidad.

Al igual que cada año, el estudio es muy extenso y rico en estadísticas regionales, desglosadas por entidad federativa. Un total de 232 páginas, que en esta edición su conclusión general es que el desarrollo democrático de México tuvo una seria afectación en el 2021, provocada por la pandemia y sus consecuencias como la pobreza, pero también por la violencia, la impunidad, la corrupción y la polarización social.

Si bien la puntuación en general fue a la baja para todos, al momento de definir el ranking sólo dos estados son considerados en esta ocasión como de “alto desarrollo democrático”, Yucatán (repitiendo como líder) e Hildago, y en las antípodas, en la parte más baja de apreciación repite nuevamente (por quinto año consecutivo) el estado de Guerrero.

Sinaloa obtiene una de sus mejores posicionamientos, al aparece en el cuarto lugar nacional, casi a la cabeza de los estados de media tabla. De hecho es la octava vez que Sinaloa califica con un valor de desarrollo democrático medio, excepto en 2020, año en que calificó con mínimo desarrollo democrático. Los estados que acompañan a nuestro estado en esta parte media del ranking son: Querétaro, Aguascalientes, Nuevo León, Baja California Sur, Coahuila, Ciudad de México, Durango, Nayarit y San Luis Potosí.

Al final del análisis específico de Sinaloa, el estudio identifica las siguientes diez “oportunidades para mejorar el desarrollo democrático” de nuestro estado:

1. Desarrollar estrategias para una mayor participación ciudadana en el ámbito electoral.

2. Avanzar hacia una mayor construcción de ciudadanía para fortalecer el respeto de los derechos políticos y las libertades civiles.

3. Profundizar la lucha contra el delito común y la delincuencia organizada.

4. Combatir los feminicidios.

5. Implementar procesos de control de la corrupción.

6. Sistematizar la atención de las demandas de los grupos sociales excluidos para responderles satisfactoriamente.

7. Asignar mayores recursos para la educación y la salud, y lograr eficacia en su administración.

8. Promover el desarrollo e incrementar el PIB per cápita.

9. Desarrollar una mejor complementariedad entre Estado y sociedad.

10. Optimizar la recaudación fiscal para disfrutar de mayor autonomía.

Es innegable que los dos años de pandemia han afectado el ánimo de muchos ciudadanos y de ahí la baja puntuación en general de todos los apartados del estudio. Ciertamente el virus SARS-CoV-2 no creó los probemas analizados pero sin duda vino a agravar varios, sobre todo los de pobreza y desigualdad. Pero el punto de partida para salir adelante siempre vendrá del análisis serio de los problemas, con diagnósticos fundados en bases científicas. Esa es la ruta y por eso hay que abrevar siempre de toda la investigación profesional que tengamos a la mano.

*Secretario de Salud del Estado de Sinaloa.