Sin un antecedente que permita asegurar que se rompió el círculo de la siniestra impunidad que priva en Sinaloa y en el país, Omar Iván Camacho Mascareño se acumuló a la tragedia de asesinatos de periodistas. El joven se convirtió en el segundo caso de homicidio que se registra durante el gobierno de Quirino Ordaz Coppel, después del de Javier Valdez Cárdenas, sobre el que hay una maraña de lamentables confusiones.
En tan poco tiempo del periodo gubernamental que lleva el mazatleco al frente del Gobierno, en realidad es mucho.
Y en medio del luto que ocasionó el caos entre la familia del reportero de Angostura y las demandas de justicia de los comunicadores de los diferentes puntos del estado, el mandatario sinaloense le otorga su voto de confianza al Fiscal General del Estado, Juan José Ríos Estavillo a quien la sociedad no le cree ni el Bendito.
En tanto, desde otros ángulos, hay quienes movidos por una “mano negra”, salieron a desacreditar a la víctima. Estrategia que llama la atención, porque es similar a la que utilizan las autoridades policiacas y procuradoras de justicia, cuando quieren evadir su función, aplastados por compromisos o por miedo.
Desde ese punto de inicio de la investigación, entre el gremio es difícil que surja el optimismo porque ya se conoce quienes están al frente de las instituciones responsables de perseguir y castigar estos sucesos. Y porque hay una historia que viene de atrás, de cómo se las gastan para desviar los aspectos centrales de un hecho tan condenable como el de este comunicador, que lo pretenden ubicar en el terreno donde se estaciona usualmente la impunidad.
Este agravio contra el periodismo y contra los sinaloenses, no deberá quedar en más de lo mismo. Sin embargo, aterra que los crímenes de Humberto Millán, Gregorio Hernández, Jorge Luis Romero, Antonio Gamboa y Oscar Rivera, siguen impunes. Mientras que el de Javier Valdez Cárdenas, está cubierto de una tela de dudas.
Pleito al estilo “Paquita la del Barrio”.
En una lucha que se antoja “aeropantanosa” el alcalde Culiacán Jesús Estrada Ferreiro acusó de querer ser “aviador” en la nómina del Ayuntamiento al dirigente estatal del Partido del Trabajo, Leobardo Alcántara. En su afán de defenderse o medir quién puede ofender más, este último bajó al munícipe a los niveles de la tierra o del lodo al señalarlo como sabandija.
Al estilo “Paquita la del Barrio” se dieron los primeros entres. La verdad, es que el edil de la capital sinaloense es muy claridoso y con frecuencia, hiriente contra quien se le pone en frente. Incluso, en ocasiones le pone de más, a lo que dice.
No se puede confirmar aún la intención del directivo petista que le regresó el dardo al primero, pero hay datos que hacen presumir que el titular del PT en Sinaloa, obligó prebendas que le entregan en otros municipios donde gobiernan alcaldes que alcanzaron la victoria, bajo esas siglas partidistas o con otros que se alió.
La ventaja de dirigir la Sedeso.
Flanqueado por funcionarios claves en la incorporación y activación de servicios que influyen en la salud, la vivienda y la obra pública, el Secretario de Desarrollo Social del Gobierno del Estado, Álvaro Ruelas Echave anunció que este jueves y el sábado el gobernador Quirino Ordaz Coppel llevará una doble jornada Puro Sinaloa en favor de los ciudadanos. Primero en san Ignacio y luego en Culiacán.
Dijo que en esta cruzada se rebasarán los 120 mil servicios otorgados a la comunidad. El titular de la Sedeso, maneja cifras muy significativas y anda muy movido. ¿Alguien le recordó que de esa oficina, salieron dos candidatos a gobernadores? A Jesús Aguilar Padilla le siguió Mario López Valdez.
¿Tendrá que ver con eso su dinamismo laboral?
