/ sábado 10 de octubre de 2020

Imelda, la tercera pieza en discordia

Sin desgastarse mucho políticamente, Imelda Castro se acuerpa al interior de Morena, como la “tercera en discordia”. La llave que abriría la fuerza de las corrientes y de los militantes para alinearse en una sola. Y para que la disputa no llegue al grado de explosión y aviente añicos para todos lados.

Hay varios elementos y señales que así lo exponen.

El primero, es que al sigilo con que se mueve la senadora sin arrebatos protagonistas ni rebases a las normas en materia electoral, las principales cabezas del morenismo sinaloense y la militancia, le demostraron a Rubén Rocha Moya que no lo quieren. Menos que aparezca en las boletas electorales.

Porque no es activo real del Movimiento de Regeneración Nacional y porque salió de entre las puertas de atrás de los despachos de gobernadores priistas. Quien lo quiere hacer candidato a la gubernatura en realidad, es el exmandatario del tricolor Jesús Aguilar Padilla, a quien carga como una lápida marcada.

Otra muestra de repudio, es que hace más de un año cuando se quiso apropiar del partido, los de dentro no lo dejaron imponer a su amigo Juan de Dios Gámez ni tampoco cuando apoyó a la ex panista Alma Alcaraz.

No le perdonan que porte las siglas del PRI que le estamparon sus últimos cargos públicos en la frente, ni el desdén contra los morenistas y la soberbia, con la que los trató cuando lo buscaban para gestionar demandas.

A eso, le empezó a minar la imagen que quiso hacer crecer el ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, el rechazo ciudadano que le restriegan los sectores y los frentes que levantó en el bloque que encabeza el también aspirante a suceder a Quirino Ordaz Coppel, el alcalde de Mazatlán Guillermo Benitez “El Químico”.

Y que en una de sus últimas exposiciones afirmó que si no es él el abanderado, hará hasta lo imposible para que no sea el ex titular de la UAS. Prácticamente, expresó que sea cualquiera pero menos el badiraguatense con asiento en Culiacán.

Un aspecto más es que ante el acelere del ex coordinador de Asesores del actual Gobierno del Estado que se maneja casi como jefe del Poder Ejecutivo de Sinaloa, es el que un grupo que busca eliminarlo opera desde hace más de un mes en la entidad. Le busca cosas y obviamente le encontrará.

En otros flancos que abrió con los adversarios como Gerardo Vargas Landeros y Sergio Torres Félix lo tundieron a golpes y le dijeron sus verdades. El segundo le desenmascaró a su florero. Le imputó a su suplente en el senado y comisionado de Pesca local, Raúl Elenes, ser el “Matraquero Mayor”, porque todo le aplaude y le festeja mientras desatiende a los pescadores.

En contra parte, las señas que fortalecen las aspiraciones de la senadora Imelda Castro son más claras y contundentes.

Las simpatías que mantiene a la alza con la gente y con la militancia, le dieron revuelo gracias a su prudencia y respeto.

Fue la primera acompañante del presidente Andrés Manuel López Obrador, en la lucha y defensa de los intereses de la sociedad.

Su trabajo no deja lugar a dudas a lo largo de su trayectoria e incluso el que despliega en la Cámara Alta.

Pertenece a un segmento que se maneja en los altos círculos políticos del país y en el morenismo, que resolvió estar en las negociaciones y los acuerdos hacia el 2021. Resolvió tener un caballo –en este caso una potranca- para la carrera por la gubernatura.

¿Pero que más hay?

Que ese grupo ya pisó tierra en el estado y se reunió en un domicilio del sur de la ciudad con personajes anfitriones para anunciar que pelearán por lanzar a la senadora a la competencia.

El mismo que le sacó en limpio la Vicepresidencia en el Senado y mandó a Rubén Rocha Moya a que la propusiera para que se clavara la espada. Porque esos pactos se hacen entre los operadores de mayor altura.

Un indicativo más de que se encarrila hacia ese destino electoral, es que el probable dirigente mexicano de Morena, Mario Delgado, mencionó a Imelda Castro como una opción, cuando se supuso que vino a respaldar a Rubén Rocha Moya.

Hasta manifestó que a nivel país les hacen falta mujeres porque solo tienen para Sinaloa, Nuevo León y Baja California Sur, de las 15 que se disputarán.

A la senadora sinaloense, la distinguió en su momento, la diputada federal Tatiana Clouthier como la mejor para jugar aquí.

Y una estructura que no tiene Morena de obreros, clases populares, campesinos organizados y maestros, se alinean para cobijar a la ex regidora de la capital sinaloense, a la que la catapultan otras señales más que se registran en el escenario que le es muy favorable. Como el que solicitará licencia en diciembre para estar en la jugada.


Sin desgastarse mucho políticamente, Imelda Castro se acuerpa al interior de Morena, como la “tercera en discordia”. La llave que abriría la fuerza de las corrientes y de los militantes para alinearse en una sola. Y para que la disputa no llegue al grado de explosión y aviente añicos para todos lados.

Hay varios elementos y señales que así lo exponen.

El primero, es que al sigilo con que se mueve la senadora sin arrebatos protagonistas ni rebases a las normas en materia electoral, las principales cabezas del morenismo sinaloense y la militancia, le demostraron a Rubén Rocha Moya que no lo quieren. Menos que aparezca en las boletas electorales.

Porque no es activo real del Movimiento de Regeneración Nacional y porque salió de entre las puertas de atrás de los despachos de gobernadores priistas. Quien lo quiere hacer candidato a la gubernatura en realidad, es el exmandatario del tricolor Jesús Aguilar Padilla, a quien carga como una lápida marcada.

Otra muestra de repudio, es que hace más de un año cuando se quiso apropiar del partido, los de dentro no lo dejaron imponer a su amigo Juan de Dios Gámez ni tampoco cuando apoyó a la ex panista Alma Alcaraz.

No le perdonan que porte las siglas del PRI que le estamparon sus últimos cargos públicos en la frente, ni el desdén contra los morenistas y la soberbia, con la que los trató cuando lo buscaban para gestionar demandas.

A eso, le empezó a minar la imagen que quiso hacer crecer el ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, el rechazo ciudadano que le restriegan los sectores y los frentes que levantó en el bloque que encabeza el también aspirante a suceder a Quirino Ordaz Coppel, el alcalde de Mazatlán Guillermo Benitez “El Químico”.

Y que en una de sus últimas exposiciones afirmó que si no es él el abanderado, hará hasta lo imposible para que no sea el ex titular de la UAS. Prácticamente, expresó que sea cualquiera pero menos el badiraguatense con asiento en Culiacán.

Un aspecto más es que ante el acelere del ex coordinador de Asesores del actual Gobierno del Estado que se maneja casi como jefe del Poder Ejecutivo de Sinaloa, es el que un grupo que busca eliminarlo opera desde hace más de un mes en la entidad. Le busca cosas y obviamente le encontrará.

En otros flancos que abrió con los adversarios como Gerardo Vargas Landeros y Sergio Torres Félix lo tundieron a golpes y le dijeron sus verdades. El segundo le desenmascaró a su florero. Le imputó a su suplente en el senado y comisionado de Pesca local, Raúl Elenes, ser el “Matraquero Mayor”, porque todo le aplaude y le festeja mientras desatiende a los pescadores.

En contra parte, las señas que fortalecen las aspiraciones de la senadora Imelda Castro son más claras y contundentes.

Las simpatías que mantiene a la alza con la gente y con la militancia, le dieron revuelo gracias a su prudencia y respeto.

Fue la primera acompañante del presidente Andrés Manuel López Obrador, en la lucha y defensa de los intereses de la sociedad.

Su trabajo no deja lugar a dudas a lo largo de su trayectoria e incluso el que despliega en la Cámara Alta.

Pertenece a un segmento que se maneja en los altos círculos políticos del país y en el morenismo, que resolvió estar en las negociaciones y los acuerdos hacia el 2021. Resolvió tener un caballo –en este caso una potranca- para la carrera por la gubernatura.

¿Pero que más hay?

Que ese grupo ya pisó tierra en el estado y se reunió en un domicilio del sur de la ciudad con personajes anfitriones para anunciar que pelearán por lanzar a la senadora a la competencia.

El mismo que le sacó en limpio la Vicepresidencia en el Senado y mandó a Rubén Rocha Moya a que la propusiera para que se clavara la espada. Porque esos pactos se hacen entre los operadores de mayor altura.

Un indicativo más de que se encarrila hacia ese destino electoral, es que el probable dirigente mexicano de Morena, Mario Delgado, mencionó a Imelda Castro como una opción, cuando se supuso que vino a respaldar a Rubén Rocha Moya.

Hasta manifestó que a nivel país les hacen falta mujeres porque solo tienen para Sinaloa, Nuevo León y Baja California Sur, de las 15 que se disputarán.

A la senadora sinaloense, la distinguió en su momento, la diputada federal Tatiana Clouthier como la mejor para jugar aquí.

Y una estructura que no tiene Morena de obreros, clases populares, campesinos organizados y maestros, se alinean para cobijar a la ex regidora de la capital sinaloense, a la que la catapultan otras señales más que se registran en el escenario que le es muy favorable. Como el que solicitará licencia en diciembre para estar en la jugada.