/ jueves 31 de octubre de 2019

Horario de verano: pros y contras

Empiezan los problemas de sueño, no podemos dormir bien, despertamos más temprano y todos estamos inconformes... Terminó el horario de verano

Ojalá mi sueño se sincronizara como lo hizo puntualmente el reloj del celular. Para este día de la semana ya todos retrasamos nuestro reloj una hora para regresar del horario de verano. Los cambios de horario nos dificultan la percepción del tiempo causando una sensación de conflicto para nosotros. Se adoptó para ahorrar energía junto con otras medidas como las Normas Oficiales Mexicanas (Características obligatorias de desempeño energético para equipos eléctricos que usamos). A partir de 1996 han entrado en vigor medidas que se aplican a equipos de refrigeración, iluminación, acondicionamiento de aire, bombeo de agua, lavado de ropa y energía en espera; se cambiaron más de 2.3 millones de lámparas, se sustituyeron equipos electrodomésticos y con el programa ahórrate una luz se regalaron en todo el país cerca de 39.8 millones de lámparas fluorescentes compactas.

Nosotros no percibimos el ahorro pero a nivel nacional y mundial si lo tiene. El documento titulado "Análisis de la evolución del consumo eléctrico del sector residencial entre 1982 y 2018 e impactos de ahorro de energía por políticas públicas" publicado el 26 de febrero de 2019 por la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía, muestra que el horario de verano en 2017 evitó una demanda de 582 GWh y 548 MW (que equivale a diferir la inversión de una planta termoeléctrica convencional) y se ha ahorrado un total de 25,655 GWh el período 1996-2018.

El cambio de horario tiene ventajas como aprovechamiento de la luz natural, reducción en la emisión de contaminantes en zonas en donde se genera la energía eléctrica (lo que conduce a una disminución el calentamiento de la tierra y la reducción de gases que provocan el efecto invernadero en la atmósfera), períodos de coincidencia con países con quienes mantenemos intercambios (como son comerciales, turísticos, aeronáuticos y financieros), reducción de la inseguridad pública por las tardes, menor consumo de energía eléctrica en los hogares (por iluminación), reducción en número de accidentes, mayor convivencia social, recreativa y familiar. Además los supermercados aumentan sus ventas por la tarde y los negocios relacionados con deportes también se benefician, pues muchos practicamos deportes al aire libre a esas horas. En tanto que las desventajas son afectaciones negativas en la salud, actividades escolares, actividades económicas, incremento de la inseguridad pública por las mañanas y ahorro económico no percibido en la factura eléctrica de los usuarios.

Los cambios de horario reducen la duración y la eficiencia del sueño. Nuestro reloj biológico se regula por estímulos como la luz (controlando células, sustancias y hormonas como la melatonina), que nos ayudan a dormir de manera natural durante la noche manteniéndonos saludables, con una mejor función corporal, formando vías para aprender, crear recuerdos e ideas nuevas. Dicho reloj, permite al organismo estar más alerta durante las horas del día y menos alerta durante las primeras horas de la mañana, lo que nos hace sentir descontrolados al inicio del cambio de horario. Pero también podemos tener dificultades para adaptarnos al viajar a través de las zonas horarias, observando luz y horas normalmente vespertinas y sintiendo sueño durante el día y dificultad para dormir por la noche, problemas de memoria, depresión poca concentración, confusión, náuseas y, en general, malestar e irritabilidad, accidentes o caídas. Incluso la falta crónica de sueño aumenta el riesgo de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares e infecciones. Incluso se dice que hay un aumento en ataques cardiacos al lunes siguiente del horario de verano y se reducen en el horario de invierno.

El instituto nacional de Salud de los Estados Unidos tiene consejos que podemos adoptar para dormir bien y recuperarnos del horario de verano. Se recomienda seguir un horario de sueño regular (dormir y levántate a la misma hora todos los días, incluso fines de semana), evitar siestas al final de la tarde o la noche, tener una rutina para acostarse (leer un libro, escuchar música relajante, tomar un baño tibio), tratar de no mirar televisión o usar su computadora, teléfono celular o tableta en el dormitorio (evitar programas o películas alarmantes, inquietantes y de terror), mantener la habitación a una temperatura cómoda y lo más silenciosa posible, usar poca luz por las tardes y mientras se prepara para la cama, hacer ejercicio a horas regulares todos los días (pero no 3 horas antes de acostarse), evitar comer comidas grandes antes de acostarse, evitar consumir cafeína al final del día (café, té, refrescos y chocolate) y finalmente evitar el alcohol.

Lo maravilloso de la naturaleza es que sin importar el horario "Todas las mañanas entra por mi ventana el Señor sol...", las aves cantan y por las tardes se seguirá viendo un hermosos atardecer en Culiacán.

Ricardo Parra es doctor en ciencias y catedrático universitario

Correo: ricardoparraund@yahoo.com.mx

Empiezan los problemas de sueño, no podemos dormir bien, despertamos más temprano y todos estamos inconformes... Terminó el horario de verano

Ojalá mi sueño se sincronizara como lo hizo puntualmente el reloj del celular. Para este día de la semana ya todos retrasamos nuestro reloj una hora para regresar del horario de verano. Los cambios de horario nos dificultan la percepción del tiempo causando una sensación de conflicto para nosotros. Se adoptó para ahorrar energía junto con otras medidas como las Normas Oficiales Mexicanas (Características obligatorias de desempeño energético para equipos eléctricos que usamos). A partir de 1996 han entrado en vigor medidas que se aplican a equipos de refrigeración, iluminación, acondicionamiento de aire, bombeo de agua, lavado de ropa y energía en espera; se cambiaron más de 2.3 millones de lámparas, se sustituyeron equipos electrodomésticos y con el programa ahórrate una luz se regalaron en todo el país cerca de 39.8 millones de lámparas fluorescentes compactas.

Nosotros no percibimos el ahorro pero a nivel nacional y mundial si lo tiene. El documento titulado "Análisis de la evolución del consumo eléctrico del sector residencial entre 1982 y 2018 e impactos de ahorro de energía por políticas públicas" publicado el 26 de febrero de 2019 por la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía, muestra que el horario de verano en 2017 evitó una demanda de 582 GWh y 548 MW (que equivale a diferir la inversión de una planta termoeléctrica convencional) y se ha ahorrado un total de 25,655 GWh el período 1996-2018.

El cambio de horario tiene ventajas como aprovechamiento de la luz natural, reducción en la emisión de contaminantes en zonas en donde se genera la energía eléctrica (lo que conduce a una disminución el calentamiento de la tierra y la reducción de gases que provocan el efecto invernadero en la atmósfera), períodos de coincidencia con países con quienes mantenemos intercambios (como son comerciales, turísticos, aeronáuticos y financieros), reducción de la inseguridad pública por las tardes, menor consumo de energía eléctrica en los hogares (por iluminación), reducción en número de accidentes, mayor convivencia social, recreativa y familiar. Además los supermercados aumentan sus ventas por la tarde y los negocios relacionados con deportes también se benefician, pues muchos practicamos deportes al aire libre a esas horas. En tanto que las desventajas son afectaciones negativas en la salud, actividades escolares, actividades económicas, incremento de la inseguridad pública por las mañanas y ahorro económico no percibido en la factura eléctrica de los usuarios.

Los cambios de horario reducen la duración y la eficiencia del sueño. Nuestro reloj biológico se regula por estímulos como la luz (controlando células, sustancias y hormonas como la melatonina), que nos ayudan a dormir de manera natural durante la noche manteniéndonos saludables, con una mejor función corporal, formando vías para aprender, crear recuerdos e ideas nuevas. Dicho reloj, permite al organismo estar más alerta durante las horas del día y menos alerta durante las primeras horas de la mañana, lo que nos hace sentir descontrolados al inicio del cambio de horario. Pero también podemos tener dificultades para adaptarnos al viajar a través de las zonas horarias, observando luz y horas normalmente vespertinas y sintiendo sueño durante el día y dificultad para dormir por la noche, problemas de memoria, depresión poca concentración, confusión, náuseas y, en general, malestar e irritabilidad, accidentes o caídas. Incluso la falta crónica de sueño aumenta el riesgo de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares e infecciones. Incluso se dice que hay un aumento en ataques cardiacos al lunes siguiente del horario de verano y se reducen en el horario de invierno.

El instituto nacional de Salud de los Estados Unidos tiene consejos que podemos adoptar para dormir bien y recuperarnos del horario de verano. Se recomienda seguir un horario de sueño regular (dormir y levántate a la misma hora todos los días, incluso fines de semana), evitar siestas al final de la tarde o la noche, tener una rutina para acostarse (leer un libro, escuchar música relajante, tomar un baño tibio), tratar de no mirar televisión o usar su computadora, teléfono celular o tableta en el dormitorio (evitar programas o películas alarmantes, inquietantes y de terror), mantener la habitación a una temperatura cómoda y lo más silenciosa posible, usar poca luz por las tardes y mientras se prepara para la cama, hacer ejercicio a horas regulares todos los días (pero no 3 horas antes de acostarse), evitar comer comidas grandes antes de acostarse, evitar consumir cafeína al final del día (café, té, refrescos y chocolate) y finalmente evitar el alcohol.

Lo maravilloso de la naturaleza es que sin importar el horario "Todas las mañanas entra por mi ventana el Señor sol...", las aves cantan y por las tardes se seguirá viendo un hermosos atardecer en Culiacán.

Ricardo Parra es doctor en ciencias y catedrático universitario

Correo: ricardoparraund@yahoo.com.mx