El alcalde Luis Guillermo Benítez Torres sigue sin dar su brazo a torcer en cuestión de su próximo gabinete, y sigue evitando dar nombres o asegurar quién de los que están repetirán.
En relación a las declaraciones tanto del maestro Héctor Melesio Cuén Ojeda como de la diputada Angélica Díaz de Cuén, sobre no ser malagradecido, ya que el alcalde porteño llegó por las siglas del Partido Sinaloense, el Presidente Municipal aclaró: “Yo no tengo absolutamente nada con el maestro, en absoluto, ni con la diputada o señora, yo los respeto mucho, nada qué ver”.
De los acuerdos, dijo: “De ese tema prefiero no opinar, yo soy respetuoso de los amigos, de las amigas, de la gente que vinimos en este proyecto”.
Informó que está invitando a ciudadanos “big liguer” para integrar a su próximo gabinete, porque tienen que ser funcionarios “liga mayoristas” que le ayuden a gobernar la ciudad, y ya ha revisado a algunos perfiles.
Y sobre la permanencia de la señora Gabriela Peña Chico al frente del DIF, donde en su último informe pareciera que se despidió de la administración, el alcalde Benítez Torres se salió por la tangente: “Pregúntenle a ella, yo no puedo hablar por ella”.
“Si ella no quisiera, se pudiera buscar un presidente o presidenta, nadie de las personas que estamos aquí en el Ayuntamiento, todos somos sustituibles, todos por igual, incluyendo al alcalde”, manifestó.
PERMISOS A DIESTRA Y SINESTRA
A poco más de un mes de concluir la actual administración municipal, el director de Planeación y Desarrollo Urbano, Jorge Estavillo Kelly, destacó que se han logrado muchos proyectos, fraccionamientos que están en trámite, torres de condominios y hoteles.
Dio a conocer que hasta el mes de agosto, el permiso para construcción creció en un 31 por ciento en comparación al año pasado, tomando en cuenta que en su segundo Informe de Gobierno, el año pasado, "el químico" dijo que se habían otorgado 900 permisos, para este año la cifra será más elevada.
El pasado fenómeno meteorológico que pasó por la costa del puerto, dejó ver la ineficiencia de la infraestructura hidrosanitaria y de servicios públicos en la ciudad; desabastecimiento de agua potable, alcantarillas rebosando, cinco mil luminarias fundidas, decenas de semáforos fuera de servicio y obras que por las lluvias, no se pueden terminar, cuándo ya llevan meses en construcción.
La calidad de vida de los mazatlecos pasa a segundo plano, lo importante son los ingresos económicos que estos permisos están dejando, aunque cuando se trata de reparar los desperfectos o de brindar los apoyos, los recursos, dicen, son limitados.
En pocas palabras, el funcionario dijo que la pandemia por el Covid-19 le hizo "cosquillas" al sector inmobiliario en Mazatlán. Con todas las facilidades que el municipio otorga, donde primero se construye y luego se pide permiso. ¿Quién no va a querer invertir en Mazatlán?
