/ miércoles 4 de septiembre de 2019

Gansito Feliz

Reza una frase popular: “De proyectos y buenas intenciones están llenos los caminos del infierno”… y a esto yo agregaría ¿De que país está hablando Andrés Manuel? en su “tercer informe de gobierno” (El primero a los 100 dias de mandato, el segundo fue el pasado primero de julio y el tercero, acontecido el dia de ayer). Con un escenario a modo y sin seguir el protocolo acostumbrado, AMLO llevó acabo el informe presidencial repleto de cuentas alegres y datos ambiguos.

El informe presidencial se mostró austero, más parecido a un promocional de la presidencia que a un acto oficial, cuentas alegres, carretadas de aplausos para el presidente… pues el pueblo está feliz, según los datos de López Obrador. Si grande es la espectativa del pueblo, mayor será la decepción, a nueve meses de gobierno, no se sabe hacia que rumbo se conduce MORENA, tanto en su representación nacional como estatal, no existe un proyecto claro de nación, un plan establecido que atienda las necesidades del pueblo.

Pareciera que se trata un experimiento que se lleva a cabo a prueba y error en el cual no se pronostican resultados concretos, donde todo el gabinete se encarga de entregarle “resultados” que el presidente espera y las cifras que él considera pertinentes, sin embargo, como bien lo anunciaba Andres Manuel en campaña: “el pueblo es sabio”… y a esto yo agregaría “dificil de engañar”

Como ejemplo traigo a relación el tema de seguridad, por alguna razón el presidente muestra que la política de seguridad consiste en reunirse todas las mañanas con sus funcionarios. Y piensa que eso debe ser presumido aunque la violencia está peor que nunca, haciendo de su politica un fracaso rotundo.

Como ciudadano que vive en uno de los estados mas violentos preferiría que todos ellos duerman hasta las 7, lleguen a trabajar a las 9 y se vean nada más cada semana, a ver si así pueden estar más despejados e idear estrategias que funcionen. Mientras me intriga saber de qué hablan ahí.

En el caso del Sinaloa, el mes de agosto cerró con 85 asesinatos, pero el presidente sigue con cuentas alegres como si estuviera hablando de otro país que se gobierna acompañado siempre del “himno de la alegría”, pues nuestro estado ni siquiera aparece en cifras oficiales como generador de violencia.

Otro tema importante es la Ciencia y Tecnólogia donde se otorgó unicamente el 33% comparado con el sexenio anterior, afectando a todas las areas del conocimiento, no se puede decir lo mismo de los programas sociales como “jovenes construyendo el futuro” y “becas Benito Juaréz” donde se ha destinado gran parte del presupuesto federal.

El “Gansito” está feliz, mientras el pueblo esté feliz, ¿De que país habla López Obrador? El país que le muestra su gabinete y allegados, aquellos que lo acompañan diariamente en las conferencias matutinas, frente a un cúmulo de periodistas que deben aguantarse las falacias que ahí se exponen, como una estrategia mas de control mediatico, donde AMLO más que dialogar se dedica a moderar las intervenciones y preguntas que el decide contestar y que le parecen adecuadas para mantener informado al pueblo de lo que según sus datos, acontece en México.

Reza una frase popular: “De proyectos y buenas intenciones están llenos los caminos del infierno”… y a esto yo agregaría ¿De que país está hablando Andrés Manuel? en su “tercer informe de gobierno” (El primero a los 100 dias de mandato, el segundo fue el pasado primero de julio y el tercero, acontecido el dia de ayer). Con un escenario a modo y sin seguir el protocolo acostumbrado, AMLO llevó acabo el informe presidencial repleto de cuentas alegres y datos ambiguos.

El informe presidencial se mostró austero, más parecido a un promocional de la presidencia que a un acto oficial, cuentas alegres, carretadas de aplausos para el presidente… pues el pueblo está feliz, según los datos de López Obrador. Si grande es la espectativa del pueblo, mayor será la decepción, a nueve meses de gobierno, no se sabe hacia que rumbo se conduce MORENA, tanto en su representación nacional como estatal, no existe un proyecto claro de nación, un plan establecido que atienda las necesidades del pueblo.

Pareciera que se trata un experimiento que se lleva a cabo a prueba y error en el cual no se pronostican resultados concretos, donde todo el gabinete se encarga de entregarle “resultados” que el presidente espera y las cifras que él considera pertinentes, sin embargo, como bien lo anunciaba Andres Manuel en campaña: “el pueblo es sabio”… y a esto yo agregaría “dificil de engañar”

Como ejemplo traigo a relación el tema de seguridad, por alguna razón el presidente muestra que la política de seguridad consiste en reunirse todas las mañanas con sus funcionarios. Y piensa que eso debe ser presumido aunque la violencia está peor que nunca, haciendo de su politica un fracaso rotundo.

Como ciudadano que vive en uno de los estados mas violentos preferiría que todos ellos duerman hasta las 7, lleguen a trabajar a las 9 y se vean nada más cada semana, a ver si así pueden estar más despejados e idear estrategias que funcionen. Mientras me intriga saber de qué hablan ahí.

En el caso del Sinaloa, el mes de agosto cerró con 85 asesinatos, pero el presidente sigue con cuentas alegres como si estuviera hablando de otro país que se gobierna acompañado siempre del “himno de la alegría”, pues nuestro estado ni siquiera aparece en cifras oficiales como generador de violencia.

Otro tema importante es la Ciencia y Tecnólogia donde se otorgó unicamente el 33% comparado con el sexenio anterior, afectando a todas las areas del conocimiento, no se puede decir lo mismo de los programas sociales como “jovenes construyendo el futuro” y “becas Benito Juaréz” donde se ha destinado gran parte del presupuesto federal.

El “Gansito” está feliz, mientras el pueblo esté feliz, ¿De que país habla López Obrador? El país que le muestra su gabinete y allegados, aquellos que lo acompañan diariamente en las conferencias matutinas, frente a un cúmulo de periodistas que deben aguantarse las falacias que ahí se exponen, como una estrategia mas de control mediatico, donde AMLO más que dialogar se dedica a moderar las intervenciones y preguntas que el decide contestar y que le parecen adecuadas para mantener informado al pueblo de lo que según sus datos, acontece en México.