/ jueves 25 de abril de 2019

Final a la vista

Pues nada. Nuevamente Diego Armando Maradona, casi como una copia fiel de la campaña anterior, llegó muy a tiempo para rescatar al equipo del infierno. Ya lo tiene nuevamente en la antesala de una final más consecutiva, luego del triunfo contundente, no solo por el marcador que pudo ser mucho más amplio, sino por lo demostrado en la cancha cuyo accionar no dejó lugar a dudas del porque se le señaló favorito ante Mineros, pese a que este fue el sublíder de la temporada regular.

Comentamos previo al partido, de la dificultad del equipo zacatecano para llegar con peligro y efectividad a la meta rival, sus pocos goles en el rol regular, pero también señalamos lo difícil que era anotarle producto de su sistema de juego. Pensamos en un marcador incluso muy ajustado, pero sin duda alguna que una vez más se cumple lo que en el fútbol no pierde vigencia: el gol es el mejor táctico.

No estaba en los planes de Mineros, recibir un gol en los albores del partido, situación que cambió diametralmente las estrategias de ambos equipos. Dorados sin duda alguna, con su claro esquema de 4-3-3, favorito de Maradona y su filosofía de proponer siempre al ataque, salió desde el silbatazo a buscar la anotación, una vez conseguida la guerra de estrategias empezó en las dos bancas.

Mire usted, todos los equipos profesionales, acostumbran entrenar a puerta cerrada. Razones hay varias, entre ellas que no haya distractores de ninguna índole, nos referimos a prensa y aficionados y desde luego a espías del rival. Aun cuando los técnicos saben perfectamente cual es la propuesta de su rival, en todos los casos los responsables de las estrategias no solo se avocan a perfeccionar su sistema base, también entrenan para afrontar diversos panoramas, nos referimos a que si van al frente del marcador, si van abajo, si están empatados y si en calidad de visitante requieren de por lo menos una unidad, en fin podríamos enumerar más factores que obligan a los técnicos a modificar su cuadro mediante los relevos y pasar de un esquema a otro.

Pues bien, el miércoles, tras el primer gol de Dorados y sabiendo de las deficiencias del rival, de sus puntos débiles, el equipo cedió la pelota a loa zacatecanos, pero de media cancha hacia atrás el Gran Pez guardó enérgico orden defensivo para cortar todos los circuitos del rival quitarle la pelota y lanzar rafagazos en busca de otra anotación. Si ésta no llegó en la primera parte fue porque Escoto y Bordagaray, fallaron sendos remates de cabeza solos frente al marco.

Para la segunda parte, Dorados inicio tal cual la primera mitad, buscando el segundo, gastó un poco de energía y nuevamente cedió terreno para recurrir otras vez al contragolpe, esta vez le redituó con la segunda anotación y parecía que vendría una goleada, pero un penal por una balón que golpeó el brazo del defensor dorado cambió otra vez el panorama, pero a favor del espectáculo.

¿Porque?. Muy sencillo, Dorados, dijo basta ya, se plantó en la cancha con el hacha en la mano se fue al ataque y le redituó una tercera anotación. Maradona refrescó al equipo poco a poco, primero para mantener tres al frente y luego para reforzar la media cancha con la intención de no permitir libertad a un rival que trató de irse al frente con más ganas que efectividad. Su jugador clave Roberto Nurse, totalmente opacado, dio muestras de que la edad ya no le dará para más, de ahí que no se notó la ausencia de Víctor Torres, quien suponíamos alinearía para competir con la estatura del panameño. Es decir, Dorados cuando se propuso hizo sus anotaciones en menos claves. Bien pudieron ser por lo menos dos más.

De acuerdo a todo lo anterior y si no hay situaciones sumamente irregulares, Dorados estará en la final ante un San Luis que empató en casa de Venados y que en sus últimas presentaciones ha batallado en serio para salir adelante.

Nos vemos mañana.

Pues nada. Nuevamente Diego Armando Maradona, casi como una copia fiel de la campaña anterior, llegó muy a tiempo para rescatar al equipo del infierno. Ya lo tiene nuevamente en la antesala de una final más consecutiva, luego del triunfo contundente, no solo por el marcador que pudo ser mucho más amplio, sino por lo demostrado en la cancha cuyo accionar no dejó lugar a dudas del porque se le señaló favorito ante Mineros, pese a que este fue el sublíder de la temporada regular.

Comentamos previo al partido, de la dificultad del equipo zacatecano para llegar con peligro y efectividad a la meta rival, sus pocos goles en el rol regular, pero también señalamos lo difícil que era anotarle producto de su sistema de juego. Pensamos en un marcador incluso muy ajustado, pero sin duda alguna que una vez más se cumple lo que en el fútbol no pierde vigencia: el gol es el mejor táctico.

No estaba en los planes de Mineros, recibir un gol en los albores del partido, situación que cambió diametralmente las estrategias de ambos equipos. Dorados sin duda alguna, con su claro esquema de 4-3-3, favorito de Maradona y su filosofía de proponer siempre al ataque, salió desde el silbatazo a buscar la anotación, una vez conseguida la guerra de estrategias empezó en las dos bancas.

Mire usted, todos los equipos profesionales, acostumbran entrenar a puerta cerrada. Razones hay varias, entre ellas que no haya distractores de ninguna índole, nos referimos a prensa y aficionados y desde luego a espías del rival. Aun cuando los técnicos saben perfectamente cual es la propuesta de su rival, en todos los casos los responsables de las estrategias no solo se avocan a perfeccionar su sistema base, también entrenan para afrontar diversos panoramas, nos referimos a que si van al frente del marcador, si van abajo, si están empatados y si en calidad de visitante requieren de por lo menos una unidad, en fin podríamos enumerar más factores que obligan a los técnicos a modificar su cuadro mediante los relevos y pasar de un esquema a otro.

Pues bien, el miércoles, tras el primer gol de Dorados y sabiendo de las deficiencias del rival, de sus puntos débiles, el equipo cedió la pelota a loa zacatecanos, pero de media cancha hacia atrás el Gran Pez guardó enérgico orden defensivo para cortar todos los circuitos del rival quitarle la pelota y lanzar rafagazos en busca de otra anotación. Si ésta no llegó en la primera parte fue porque Escoto y Bordagaray, fallaron sendos remates de cabeza solos frente al marco.

Para la segunda parte, Dorados inicio tal cual la primera mitad, buscando el segundo, gastó un poco de energía y nuevamente cedió terreno para recurrir otras vez al contragolpe, esta vez le redituó con la segunda anotación y parecía que vendría una goleada, pero un penal por una balón que golpeó el brazo del defensor dorado cambió otra vez el panorama, pero a favor del espectáculo.

¿Porque?. Muy sencillo, Dorados, dijo basta ya, se plantó en la cancha con el hacha en la mano se fue al ataque y le redituó una tercera anotación. Maradona refrescó al equipo poco a poco, primero para mantener tres al frente y luego para reforzar la media cancha con la intención de no permitir libertad a un rival que trató de irse al frente con más ganas que efectividad. Su jugador clave Roberto Nurse, totalmente opacado, dio muestras de que la edad ya no le dará para más, de ahí que no se notó la ausencia de Víctor Torres, quien suponíamos alinearía para competir con la estatura del panameño. Es decir, Dorados cuando se propuso hizo sus anotaciones en menos claves. Bien pudieron ser por lo menos dos más.

De acuerdo a todo lo anterior y si no hay situaciones sumamente irregulares, Dorados estará en la final ante un San Luis que empató en casa de Venados y que en sus últimas presentaciones ha batallado en serio para salir adelante.

Nos vemos mañana.