/ jueves 28 de abril de 2022

Estrada, el más buscado en el acto de Rocha

Ya advertido de lo que se cierne en su contra, el alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, en el acto de presentación del Plan Estatal de Desarrollo 2022-2027 que corrió a cargo del gobernador Rubén Rocha Moya, figuró como el personaje más buscado. Como se volvió muy escurridizo en las últimas horas se creyó que huyó del lugar al observar la “bola”, pero la realidad es que no quiso asistir al Museo de Arte de Sinaloa.

Razones hay de sobra, aunque las conjeturas y el morbo de políticos de los diversos niveles y dirigentes de organismos ciudadanos que estuvieron en el escenario, mecieron el péndulo oscilador.

Desde especulaciones que rayaron de “que el miedo no anda en burro” hasta que su ausencia respondió a que se dio a la fuga, circularon entre broma y serio.

Sin embargo, se reafirmó que algo influyó de lo primero porque sorpresivamente regidores de Morena, le pidieron al mandatario de la entidad, su intervención para frenar el juicio político que se aprobó por el Congreso del Estado.

Le solicitaron una segunda oportunidad para mejorar las condiciones de vida de los culiacanenses, cuando realmente ese es el pleito. La negativa del edil a hacer el bien por los demás y a lanzarse sobre los ciudadanos que lo eligieron a través del voto, como uno de los peores barbajanes de la historia.

Nocivo a más no poder.

Fue enseguida de esa petición de los integrantes de Cabildo, que en las afueras del edificio donde el Ejecutivo encabezó el evento, donde de entre los asistentes cuestionaron, el ¿por qué hasta hoy salieron a defender lo imposible?

Y no intentaron “meterlo en cintura” -al ser la máxima autoridad de la Comuna-, en algunas de las múltiples ocasiones en que se comportó prepotente, irónico y altanero con la gente.

Ni le reconvinieron su actuación violatoria de las leyes que lo comenzaron a acercar al banquillo de los acusados de manera irremediable, luego de que los legisladores locales, entre los que destacan los de Movimiento de Regeneración Nacional, resolvieron que lo enjuiciarán por trasgresión a la Constitución Política del Estado y de la República.

A Jesús Estrada Ferreiro lo buscaban este miércoles, los reporteros para una entrevista y los políticos para ver su cara y pulsar su ánimo. Muchos de estos últimos para esparcir su morbosidad y otros para regodearse por lo que le sucede.

Escrupulosamente exploraron todos los rincones con su vista, más no lograron escanear su humanidad porque no estaba. Aunque se preguntaron el por qué no llegó, seguro que sabían de los motivos.

Lo que se vertieron, fueron acusaciones contra directores y jefes de la administración municipal culiacanense, de obligar a la clase trabajadora a presionar para ayudar al alcalde, después de que le llegó la “lumbre a los aparejos”.

Y como en los pasillos del Poder Legislativo se escucha que van con todo, es probable que el acusado desaparezca, mínimo para concretar un viaje a la Ciudad de México para clamar el auxilio del Presidente Andrés Manuel López Obrador, de quien presume ser muy amigo.

Lecciones de cómo adaptarse al escenario político.

Entre los alcaldes que acudieron a la ceremonia en mención que presidió el gobernador Rubén Rocha Moya, el de Ahome, Gerardo Vargas Landeros se erigió como el que más se adapta a las circunstancias del momento.

Sin buscar friccionarse con alguno de sus iguales o con sus superiores, le dio exactas interpretaciones políticas a las propuestas del Ejecutivo sinaloense, que en la precampaña interna morenista fue se contrincante.

Sacudidos los “polvos de otros lodos”, el mochiteco resaltó que el PED garantiza que construirá el Gobierno del Estado, obra pública con un alto sentido de utilidad social, que dé soluciones en los servicios públicos y en otras demandas.

Que incluso para la transformación de territorio ahomense, se canalizarán 100 millones de pesos a través del Plan Estatal de Desarrollo para prevenir las inundaciones, que por años acabaron con la tranquilidad de muchas familias y las tienen en estado de alerta en época de lluvias.

Es un dato sustancioso del legajo que se leyó ayer.

Ya advertido de lo que se cierne en su contra, el alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, en el acto de presentación del Plan Estatal de Desarrollo 2022-2027 que corrió a cargo del gobernador Rubén Rocha Moya, figuró como el personaje más buscado. Como se volvió muy escurridizo en las últimas horas se creyó que huyó del lugar al observar la “bola”, pero la realidad es que no quiso asistir al Museo de Arte de Sinaloa.

Razones hay de sobra, aunque las conjeturas y el morbo de políticos de los diversos niveles y dirigentes de organismos ciudadanos que estuvieron en el escenario, mecieron el péndulo oscilador.

Desde especulaciones que rayaron de “que el miedo no anda en burro” hasta que su ausencia respondió a que se dio a la fuga, circularon entre broma y serio.

Sin embargo, se reafirmó que algo influyó de lo primero porque sorpresivamente regidores de Morena, le pidieron al mandatario de la entidad, su intervención para frenar el juicio político que se aprobó por el Congreso del Estado.

Le solicitaron una segunda oportunidad para mejorar las condiciones de vida de los culiacanenses, cuando realmente ese es el pleito. La negativa del edil a hacer el bien por los demás y a lanzarse sobre los ciudadanos que lo eligieron a través del voto, como uno de los peores barbajanes de la historia.

Nocivo a más no poder.

Fue enseguida de esa petición de los integrantes de Cabildo, que en las afueras del edificio donde el Ejecutivo encabezó el evento, donde de entre los asistentes cuestionaron, el ¿por qué hasta hoy salieron a defender lo imposible?

Y no intentaron “meterlo en cintura” -al ser la máxima autoridad de la Comuna-, en algunas de las múltiples ocasiones en que se comportó prepotente, irónico y altanero con la gente.

Ni le reconvinieron su actuación violatoria de las leyes que lo comenzaron a acercar al banquillo de los acusados de manera irremediable, luego de que los legisladores locales, entre los que destacan los de Movimiento de Regeneración Nacional, resolvieron que lo enjuiciarán por trasgresión a la Constitución Política del Estado y de la República.

A Jesús Estrada Ferreiro lo buscaban este miércoles, los reporteros para una entrevista y los políticos para ver su cara y pulsar su ánimo. Muchos de estos últimos para esparcir su morbosidad y otros para regodearse por lo que le sucede.

Escrupulosamente exploraron todos los rincones con su vista, más no lograron escanear su humanidad porque no estaba. Aunque se preguntaron el por qué no llegó, seguro que sabían de los motivos.

Lo que se vertieron, fueron acusaciones contra directores y jefes de la administración municipal culiacanense, de obligar a la clase trabajadora a presionar para ayudar al alcalde, después de que le llegó la “lumbre a los aparejos”.

Y como en los pasillos del Poder Legislativo se escucha que van con todo, es probable que el acusado desaparezca, mínimo para concretar un viaje a la Ciudad de México para clamar el auxilio del Presidente Andrés Manuel López Obrador, de quien presume ser muy amigo.

Lecciones de cómo adaptarse al escenario político.

Entre los alcaldes que acudieron a la ceremonia en mención que presidió el gobernador Rubén Rocha Moya, el de Ahome, Gerardo Vargas Landeros se erigió como el que más se adapta a las circunstancias del momento.

Sin buscar friccionarse con alguno de sus iguales o con sus superiores, le dio exactas interpretaciones políticas a las propuestas del Ejecutivo sinaloense, que en la precampaña interna morenista fue se contrincante.

Sacudidos los “polvos de otros lodos”, el mochiteco resaltó que el PED garantiza que construirá el Gobierno del Estado, obra pública con un alto sentido de utilidad social, que dé soluciones en los servicios públicos y en otras demandas.

Que incluso para la transformación de territorio ahomense, se canalizarán 100 millones de pesos a través del Plan Estatal de Desarrollo para prevenir las inundaciones, que por años acabaron con la tranquilidad de muchas familias y las tienen en estado de alerta en época de lluvias.

Es un dato sustancioso del legajo que se leyó ayer.