/ viernes 21 de mayo de 2021

Errores y Horrores de Mario y Rubén

Las campañas raramente se ganan, casi siempre se pierden. Los ganadores en una elección son los que cometen menos errores a la hora de pedir el voto. Hay pocos aciertos en las contiendas electorales, pero los errores abundan como agua de mar. La política no es para genios y eso se nota.

La política es una actividad bastante rupestre; eso se refleja en la materia prima que ofrecen: los candidatos. Es motivo de esta entrega señalar alguno de los errores de las campañas cometidos por los punteros.

Rubén Rocha comenzó por tragarse sus propias palabras al concretarse la alianza con el PAS. La alianza en sí misma no es un error, pero si la forma en la que fue procesada. No hubo una operación cicatriz; lo único que pudo argumentar Rocha, sobre acusaciones anteriores de corrupción al líder del PAS, es que se trataban de calenturas de campañas (¿También miente en esta elección al calor de la campaña cundo dice combatir la corrupción?). Nunca encontró una narrativa mediamente aceptable a los ojos de sus seguidores. Las fracturas ahí están, aunque las quieran tapar con algo de enjarre.

Otro error garrafal de la campaña de Rubén Rocha Moya viene de fuego amigo, más precisamente de sus propios colaboradores. Al ex rector se la ha construido una imagen poca vigorosa y que carga con el peso de la edad. Sus publicaciones en redes sociales no cuidan la imagen del candidato. En más de una ocasión han mostrado a un Rocha cansado, dormido y extraviado. Todo esto ayudó a los contrincantes a fortalecer la narrita de Rocha como un líder en decadencia física.

No hay que olvidar el altercado que tuvo con una periodista en Mochis. Fiel a la retórica obradorista, Rocha se suma a descalificar a las personas, no a confrontar la idea. Prefirió ver a una emisaria del régimen de corrupción a contestar de manera inteligente un cuestionamiento legítimo. Rubén Rocha fue otra víctima más de la enfermedad de los conspiranoicos .

Los debates (el del IEES y el del Debate) fueron menospreciados por Rocha. No se preparó. Creyó que con repetir las frases de sus eventos de campaña serían más que suficiente; desde luego que no es así. Rubén se mostró nervioso, molesto e incómodo. Nunca brillo en sus intervenciones. Si le hubiera dedicado un par de días de preparación las cosas pudieron ser destinas, pero no lo hizo. Los debates solo reforzaron la imagen de un candidato de MORENA de reflejos lentos.

El error más reciente tiene que ver con la “declinación” de Tomas Saucedo (ex candidato del PVEM) a la campaña de MORENA. No hubo operación política. El dirigente nacional reaccionó iracundo en contra de Rocha y lo llamó corrupto. Ni siquiera esperaron un día más para impedir que el PVEM se quedará sin candidato. Unas cuantas horas después el Verde tenia sustituto. De haber aguantado un día más, ese partido se quedaba sin la posibilidad legal de poner a alguien más. Los poco que pudo sumar Rocha con la adhesión de Saucedo lo perdió con las reacciones adversas del resto del PVEM. Las ganas por una foto y un par de encabezados hicieron perder el objetivo de esa acción.

Por su parte, el candidato de la Alianza Va X Sinaloa, Mario Zamora también tiene una campaña plagada de errores. Comenzando con los propios tiempos de nominación. La alianza decidió muy tarde las candidaturas y los procesos de selección para ellos. A eso se le suma lo soberbia y desprecio con el que trataron a personajes importantes en sus partidos, como fue el caso de Rosa Elena Millán quien terminó por abandonarlos.

Mario fue incapaz de hacer frente con firmeza a las políticas de López Obrador. Creyó que mantener una postura neutral con la presidencia de la república impedía que fuera perseguido y, en el onanismo de la psique más ilusa de un candidato, creyó que algunos seguidores de la 4t podrían acercarse a él por el hecho de no atacar a su amado líder. Nunca entendió que su fortaleza opositora partía de pintar cara al presidente. Lo único que consiguió fue alejar a las clases medias de la contienda y, eventualmente, convencerlas para salir a votar ese día.

Un error costoso fue menospreciar las acusonas de malos manejos cundo estuvo a cargo de la Financiera Rural. Técnicamente, sus hechos no representan ilegalidades, pero, políticamente, debió tener preparado un plan de contingencia para responder con mayor prontitud y contundencia esas acusaciones. Respondió atropellado y perdió los estribos en el conversatorio del Debate como consecuencia de ese error.

Mario pecó en confiar en los partidos; sobre todo en sus dirigentes. PRI, PAN y PRD son marcas desgastadas. Sus dirigentes no representan a la sociedad, representan a una militancia perdida y sin penetración social. El candidato de la alianza buscó muy tarde a los líderes sociales para incorporarlos a la campaña. Jesús Valdez y Juan Carlos Estrada tienen su propia agenda, poco o nada tiene que ver con las metas de la Alianza.

Incorporar a asesores y operadores del actual gobierno del estado terminó por jugarle en contra. Es entendible que Mario buscará el apoyo del gobernador, pero la participación de estos personajes políticos restó mucha operatividad en la campaña: Muchos generales malos y sin tropa dan ordenes por todos lados. Es notorio como la inexperiencia y la falta de talento terminaron enredar más lo que ya venía hecho bolas

De los partidos pequeños podemos decir que el error es recoger sobras y no tener plataformas ideológicas que aglutinen a grupos con vocación. La prontitud política los condenará a aperder el registro.

Faltan pocos días para la votación; sin embargo, es tiempo suficiente para esperar algunos errores más. Mario puede darse el lujo de intentar cosas nuevas. Puede equivocarse en la búsqueda del triunfo. Rubén Rocha debería quedarse en su casa; hablar lo menos posible, así evitaría poner en riesgo su ventaja…. ya vimos que los errores van de la mano de la soberbia

Las campañas raramente se ganan, casi siempre se pierden. Los ganadores en una elección son los que cometen menos errores a la hora de pedir el voto. Hay pocos aciertos en las contiendas electorales, pero los errores abundan como agua de mar. La política no es para genios y eso se nota.

La política es una actividad bastante rupestre; eso se refleja en la materia prima que ofrecen: los candidatos. Es motivo de esta entrega señalar alguno de los errores de las campañas cometidos por los punteros.

Rubén Rocha comenzó por tragarse sus propias palabras al concretarse la alianza con el PAS. La alianza en sí misma no es un error, pero si la forma en la que fue procesada. No hubo una operación cicatriz; lo único que pudo argumentar Rocha, sobre acusaciones anteriores de corrupción al líder del PAS, es que se trataban de calenturas de campañas (¿También miente en esta elección al calor de la campaña cundo dice combatir la corrupción?). Nunca encontró una narrativa mediamente aceptable a los ojos de sus seguidores. Las fracturas ahí están, aunque las quieran tapar con algo de enjarre.

Otro error garrafal de la campaña de Rubén Rocha Moya viene de fuego amigo, más precisamente de sus propios colaboradores. Al ex rector se la ha construido una imagen poca vigorosa y que carga con el peso de la edad. Sus publicaciones en redes sociales no cuidan la imagen del candidato. En más de una ocasión han mostrado a un Rocha cansado, dormido y extraviado. Todo esto ayudó a los contrincantes a fortalecer la narrita de Rocha como un líder en decadencia física.

No hay que olvidar el altercado que tuvo con una periodista en Mochis. Fiel a la retórica obradorista, Rocha se suma a descalificar a las personas, no a confrontar la idea. Prefirió ver a una emisaria del régimen de corrupción a contestar de manera inteligente un cuestionamiento legítimo. Rubén Rocha fue otra víctima más de la enfermedad de los conspiranoicos .

Los debates (el del IEES y el del Debate) fueron menospreciados por Rocha. No se preparó. Creyó que con repetir las frases de sus eventos de campaña serían más que suficiente; desde luego que no es así. Rubén se mostró nervioso, molesto e incómodo. Nunca brillo en sus intervenciones. Si le hubiera dedicado un par de días de preparación las cosas pudieron ser destinas, pero no lo hizo. Los debates solo reforzaron la imagen de un candidato de MORENA de reflejos lentos.

El error más reciente tiene que ver con la “declinación” de Tomas Saucedo (ex candidato del PVEM) a la campaña de MORENA. No hubo operación política. El dirigente nacional reaccionó iracundo en contra de Rocha y lo llamó corrupto. Ni siquiera esperaron un día más para impedir que el PVEM se quedará sin candidato. Unas cuantas horas después el Verde tenia sustituto. De haber aguantado un día más, ese partido se quedaba sin la posibilidad legal de poner a alguien más. Los poco que pudo sumar Rocha con la adhesión de Saucedo lo perdió con las reacciones adversas del resto del PVEM. Las ganas por una foto y un par de encabezados hicieron perder el objetivo de esa acción.

Por su parte, el candidato de la Alianza Va X Sinaloa, Mario Zamora también tiene una campaña plagada de errores. Comenzando con los propios tiempos de nominación. La alianza decidió muy tarde las candidaturas y los procesos de selección para ellos. A eso se le suma lo soberbia y desprecio con el que trataron a personajes importantes en sus partidos, como fue el caso de Rosa Elena Millán quien terminó por abandonarlos.

Mario fue incapaz de hacer frente con firmeza a las políticas de López Obrador. Creyó que mantener una postura neutral con la presidencia de la república impedía que fuera perseguido y, en el onanismo de la psique más ilusa de un candidato, creyó que algunos seguidores de la 4t podrían acercarse a él por el hecho de no atacar a su amado líder. Nunca entendió que su fortaleza opositora partía de pintar cara al presidente. Lo único que consiguió fue alejar a las clases medias de la contienda y, eventualmente, convencerlas para salir a votar ese día.

Un error costoso fue menospreciar las acusonas de malos manejos cundo estuvo a cargo de la Financiera Rural. Técnicamente, sus hechos no representan ilegalidades, pero, políticamente, debió tener preparado un plan de contingencia para responder con mayor prontitud y contundencia esas acusaciones. Respondió atropellado y perdió los estribos en el conversatorio del Debate como consecuencia de ese error.

Mario pecó en confiar en los partidos; sobre todo en sus dirigentes. PRI, PAN y PRD son marcas desgastadas. Sus dirigentes no representan a la sociedad, representan a una militancia perdida y sin penetración social. El candidato de la alianza buscó muy tarde a los líderes sociales para incorporarlos a la campaña. Jesús Valdez y Juan Carlos Estrada tienen su propia agenda, poco o nada tiene que ver con las metas de la Alianza.

Incorporar a asesores y operadores del actual gobierno del estado terminó por jugarle en contra. Es entendible que Mario buscará el apoyo del gobernador, pero la participación de estos personajes políticos restó mucha operatividad en la campaña: Muchos generales malos y sin tropa dan ordenes por todos lados. Es notorio como la inexperiencia y la falta de talento terminaron enredar más lo que ya venía hecho bolas

De los partidos pequeños podemos decir que el error es recoger sobras y no tener plataformas ideológicas que aglutinen a grupos con vocación. La prontitud política los condenará a aperder el registro.

Faltan pocos días para la votación; sin embargo, es tiempo suficiente para esperar algunos errores más. Mario puede darse el lujo de intentar cosas nuevas. Puede equivocarse en la búsqueda del triunfo. Rubén Rocha debería quedarse en su casa; hablar lo menos posible, así evitaría poner en riesgo su ventaja…. ya vimos que los errores van de la mano de la soberbia