/ lunes 3 de agosto de 2020

En lugar seguro el ciclo escolar de la UAS



Sin mayores problemas, la Universidad Autónoma de Sinaloa libró en tiempo y forma la posible dificultad que le impuso como amenaza latente la estancia de la pandemia del Covid-19 con “hacer bolas” el proceso hacia el ciclo educativo 2020-2021, que requiere de miles de trámites y movimientos burocráticos. Y que mantuvo “con el Jesús en la boca” a estudiantes y a aspirantes que buscan cursar sus carreras o bachilleratos.

El rector de la UAS, Juan Eulogio Guerra disipó la brumosa duda que también agobió a los padres de familia. Dio el 28 y 29 de agosto como las fechas para la aplicación de los exámenes del Ceneval que se estilan para admitir a los prospectos de los aproximadamente 170 mil alumnos que recibirá en sus aulas virtuales.

La prueba que deberán presentar durante esos dos días, será en línea y lo podrán hacer desde casa.

Una de las ventajas, es que aquellos que quieran ingresar a las preparatorias no tendrán necesidad de someterse a este esquema. El acceso será automático con solo cumplir con las exigencias de la inscripción. Es decir, la casa de estudios los recibirá a todos al aplicar la cobertura sin límites.

Para cumplir con este objetivo, el secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa-Sección Académicos, José Carlos Aceves Tamayo, impulsó la capacitación de los profesores para el uso de las nuevas herramientas tecnológicas.

E incluso, se adelantó el Suntuas docente cuando al término del periodo lectivo pasado, por la contingencia tuvieron que abandonar las aulas para proteger la salud del profesorado y de la comunidad escolar, sin que la academia ni la investigación se suspendieran.

En resumen, tuvieron un buen fin y con los esfuerzos, le apuestan a un buen principio.

El circo del uso político al arresto de El Marro.

Por cuestión de instantes, Diego Sinhúe Rodríguez, gobernador de Acción Nacional en Guanajuato, quiso ganar al Gobierno Federal la capitalización política del operativo en que se detuvo a José Antonio Yépez, “El Marro”. En su angustioso apuro por acreditarse el resultado, humilló la labor de los elementos de las secretarías de la Defensa y de la Armada de México.

Luego el secretario federal de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo salió a reafirmar en las redes sociales que fueron las Fuerzas Armadas las que encabezaron el arresto. Y le dio diplomáticamente su lugar en las acciones que se desplegaron a la Fiscalía local guanajuatense.

Tras esa jugada política, líderes y diputados federales panistas soltaron declaraciones y reconocimientos en favor del mandatario con la intención de cerrar el círculo de su farsa. No lo lograron porque las cosas caen por su propio peso.

¿Por qué el arresto del delincuente no se registró antes sin la colaboración de los elementos federales, si a como se manejaron las cosas, las autoridades estatales sin necesidad “de chichi” podían capturarlo?

Por la franca relación de corrupción que existe entre el grupo criminal y algunos integrantes de la esfera del Ejecutivo guanajuatense.

Y además, en primer lugar, porque en todos las operaciones de ese nivel a las que gobiernos locales se niegan a entrarle con el pretexto de que no son de su competencia legal, las tareas van al mando del Ejército Mexicano y la Marina.

En segundo, porque los gobiernos panistas con más de 30 años en el poder en esa entidad, dejaron crecer a la delincuencia organizada y no la combatieron. A tal grado que el número de asesinatos y otros delitos crecieron exponencialmente. No había voluntad.

La casi segura detención del maleante, estaba prevista. La visita presidencial contenía un pronóstico y un propósito relevante en el caso.

Es evidente que le “echaron el guante” al huachicolero, porque los militares y los marineros se fueron por delante.

Desde hace décadas, cuando se descubrió el binomio indestructible policías-delincuentes, las Fuerzas Armadas suplieron las funciones de seguridad pública, y entonces desde allí son los que encabezan la lucha.

Este fin de semana, le pretendieron minimizar su uniforme, pero no pudieron porque siguen como dos de las instituciones las más confiables y respetables, incluso, políticamente.



Sin mayores problemas, la Universidad Autónoma de Sinaloa libró en tiempo y forma la posible dificultad que le impuso como amenaza latente la estancia de la pandemia del Covid-19 con “hacer bolas” el proceso hacia el ciclo educativo 2020-2021, que requiere de miles de trámites y movimientos burocráticos. Y que mantuvo “con el Jesús en la boca” a estudiantes y a aspirantes que buscan cursar sus carreras o bachilleratos.

El rector de la UAS, Juan Eulogio Guerra disipó la brumosa duda que también agobió a los padres de familia. Dio el 28 y 29 de agosto como las fechas para la aplicación de los exámenes del Ceneval que se estilan para admitir a los prospectos de los aproximadamente 170 mil alumnos que recibirá en sus aulas virtuales.

La prueba que deberán presentar durante esos dos días, será en línea y lo podrán hacer desde casa.

Una de las ventajas, es que aquellos que quieran ingresar a las preparatorias no tendrán necesidad de someterse a este esquema. El acceso será automático con solo cumplir con las exigencias de la inscripción. Es decir, la casa de estudios los recibirá a todos al aplicar la cobertura sin límites.

Para cumplir con este objetivo, el secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa-Sección Académicos, José Carlos Aceves Tamayo, impulsó la capacitación de los profesores para el uso de las nuevas herramientas tecnológicas.

E incluso, se adelantó el Suntuas docente cuando al término del periodo lectivo pasado, por la contingencia tuvieron que abandonar las aulas para proteger la salud del profesorado y de la comunidad escolar, sin que la academia ni la investigación se suspendieran.

En resumen, tuvieron un buen fin y con los esfuerzos, le apuestan a un buen principio.

El circo del uso político al arresto de El Marro.

Por cuestión de instantes, Diego Sinhúe Rodríguez, gobernador de Acción Nacional en Guanajuato, quiso ganar al Gobierno Federal la capitalización política del operativo en que se detuvo a José Antonio Yépez, “El Marro”. En su angustioso apuro por acreditarse el resultado, humilló la labor de los elementos de las secretarías de la Defensa y de la Armada de México.

Luego el secretario federal de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo salió a reafirmar en las redes sociales que fueron las Fuerzas Armadas las que encabezaron el arresto. Y le dio diplomáticamente su lugar en las acciones que se desplegaron a la Fiscalía local guanajuatense.

Tras esa jugada política, líderes y diputados federales panistas soltaron declaraciones y reconocimientos en favor del mandatario con la intención de cerrar el círculo de su farsa. No lo lograron porque las cosas caen por su propio peso.

¿Por qué el arresto del delincuente no se registró antes sin la colaboración de los elementos federales, si a como se manejaron las cosas, las autoridades estatales sin necesidad “de chichi” podían capturarlo?

Por la franca relación de corrupción que existe entre el grupo criminal y algunos integrantes de la esfera del Ejecutivo guanajuatense.

Y además, en primer lugar, porque en todos las operaciones de ese nivel a las que gobiernos locales se niegan a entrarle con el pretexto de que no son de su competencia legal, las tareas van al mando del Ejército Mexicano y la Marina.

En segundo, porque los gobiernos panistas con más de 30 años en el poder en esa entidad, dejaron crecer a la delincuencia organizada y no la combatieron. A tal grado que el número de asesinatos y otros delitos crecieron exponencialmente. No había voluntad.

La casi segura detención del maleante, estaba prevista. La visita presidencial contenía un pronóstico y un propósito relevante en el caso.

Es evidente que le “echaron el guante” al huachicolero, porque los militares y los marineros se fueron por delante.

Desde hace décadas, cuando se descubrió el binomio indestructible policías-delincuentes, las Fuerzas Armadas suplieron las funciones de seguridad pública, y entonces desde allí son los que encabezan la lucha.

Este fin de semana, le pretendieron minimizar su uniforme, pero no pudieron porque siguen como dos de las instituciones las más confiables y respetables, incluso, políticamente.