/ lunes 24 de agosto de 2020

En el aire, anulación o revuelta en el STASE



Por las burdas maniobras que antecedieron al proceso electoral para la dirigencia del STSE, desde hace dos meses se sabía que la intentona de Gabriel Ballardo Valdez por dejar a Teresa de Jesús Ochoa como su sucesora, abortaría”, y seguramente, las mayorías no dejarán que se siente en la silla, luego de documentarse uno de los comicios más desaseados y vergonzosos de la historia.

De momento, el proceso reventó en Mazatlán, y ello operó como un mecanismo automático de cierre al triunfalismo estridente que en otras ocasiones el grupo en el poder acostumbró a dispersar a lo loco, porque no se abrieron las urnas finales para que se conocieran los resultados.

Al actual directivo que administra en la ilegalidad al vencerse su plazo, asesores del gobernador Quirino Ordaz Coppel, mucho antes le dijeron que sacara a como diera lugar la contienda, aunque se desconoce si le financiaron o le facilitaron la entrega de recursos para que desarrollara la estrategia por debajo del agua.

Sin embargo, hay rastros de que le abrieron la llave para expedir diferentes apoyos y préstamos que le sirvieron como método de coacción al voto. Le gestionaron a modo, planteamientos que al resto de los abanderados no les comentaron que había, siquiera.

A la participante de la Planilla Blanca, Irene Hidalgo Bueno, que aparecía en las encuestas – en las verdaderas y que no fueron pagadas a modo-, muy pareja con María Elena Armenta de la Rocha, de la Rosa, que se asumieron como punteras seguidas de Juan Gabriel Chinchillas, de la Amarilla, la presionaron para que se bajara de la carrera.

Se dio la instrucción de no dejar que llegara y el primer día de la justa comicial, renunció.

Hubo una siniestra intromisión de una fuerza estatal para cubrir a Teresa de Jesús Ochoa, la que siempre salió en los lugares de más abajo en los sondeos, pero se usó toda una maquinaria pesada y furtiva para inducir la voluntad de algunos de los socios del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado.

Desde el día 19 de los tres que sucederían a la competencia -20 y 21-, en la zona norte de la entidad, se registró un escandaloso acarreo de potenciales electores. Con un auténtico estilo priista, fueron por ellos a sus casas y los trasladaron hasta los puntos donde se colocaron las ánforas.

Equipo de los distintos abanderados, atestiguaron que les entregaron ayuda económica como una contraprestación. Llevaron a enfermos incluso de Covid-19 para engrosar las cajas con boletas a favor de la candidata del grupúsculo que se enquistó en la directiva, porque de otra forma no podrían sacarla adelante. Alli se observaron los primeros hechos fraudulentos con tendencia a disturbios.

En el centro de Sinaloa, ocurrió lo mismo y uno de los seis contendientes, denunció que revisaron y constataron que a través de la dirigencia se procesaron mil 500 empréstitos del Gobierno del Estado, que se permutaron por compromisos de sufragios.

Fue el puerto mazatleco, donde los votantes no soportaron más el cinismo con que se cometió el fraude. Se suspendió la elección tras destrozar la casilla, que sospechosamente, en manos de Gustavo Sánchez Morales, actual secretario de Organización, se preparaba un retaque de papeletas ya votadas.

No obstante, lo más seguro es que la culminación de la jornada que se reprogramó para mañana, no prosperará porque los miembros del gremio y algunas abanderadas a las que se agravió, comenzaron a conformar un bloque de resistencia para que se anulen las votaciones, o de lo contrario no permitirán una toma de protesta espuria. Todo apunta a que no habrá asunción.



Por las burdas maniobras que antecedieron al proceso electoral para la dirigencia del STSE, desde hace dos meses se sabía que la intentona de Gabriel Ballardo Valdez por dejar a Teresa de Jesús Ochoa como su sucesora, abortaría”, y seguramente, las mayorías no dejarán que se siente en la silla, luego de documentarse uno de los comicios más desaseados y vergonzosos de la historia.

De momento, el proceso reventó en Mazatlán, y ello operó como un mecanismo automático de cierre al triunfalismo estridente que en otras ocasiones el grupo en el poder acostumbró a dispersar a lo loco, porque no se abrieron las urnas finales para que se conocieran los resultados.

Al actual directivo que administra en la ilegalidad al vencerse su plazo, asesores del gobernador Quirino Ordaz Coppel, mucho antes le dijeron que sacara a como diera lugar la contienda, aunque se desconoce si le financiaron o le facilitaron la entrega de recursos para que desarrollara la estrategia por debajo del agua.

Sin embargo, hay rastros de que le abrieron la llave para expedir diferentes apoyos y préstamos que le sirvieron como método de coacción al voto. Le gestionaron a modo, planteamientos que al resto de los abanderados no les comentaron que había, siquiera.

A la participante de la Planilla Blanca, Irene Hidalgo Bueno, que aparecía en las encuestas – en las verdaderas y que no fueron pagadas a modo-, muy pareja con María Elena Armenta de la Rocha, de la Rosa, que se asumieron como punteras seguidas de Juan Gabriel Chinchillas, de la Amarilla, la presionaron para que se bajara de la carrera.

Se dio la instrucción de no dejar que llegara y el primer día de la justa comicial, renunció.

Hubo una siniestra intromisión de una fuerza estatal para cubrir a Teresa de Jesús Ochoa, la que siempre salió en los lugares de más abajo en los sondeos, pero se usó toda una maquinaria pesada y furtiva para inducir la voluntad de algunos de los socios del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado.

Desde el día 19 de los tres que sucederían a la competencia -20 y 21-, en la zona norte de la entidad, se registró un escandaloso acarreo de potenciales electores. Con un auténtico estilo priista, fueron por ellos a sus casas y los trasladaron hasta los puntos donde se colocaron las ánforas.

Equipo de los distintos abanderados, atestiguaron que les entregaron ayuda económica como una contraprestación. Llevaron a enfermos incluso de Covid-19 para engrosar las cajas con boletas a favor de la candidata del grupúsculo que se enquistó en la directiva, porque de otra forma no podrían sacarla adelante. Alli se observaron los primeros hechos fraudulentos con tendencia a disturbios.

En el centro de Sinaloa, ocurrió lo mismo y uno de los seis contendientes, denunció que revisaron y constataron que a través de la dirigencia se procesaron mil 500 empréstitos del Gobierno del Estado, que se permutaron por compromisos de sufragios.

Fue el puerto mazatleco, donde los votantes no soportaron más el cinismo con que se cometió el fraude. Se suspendió la elección tras destrozar la casilla, que sospechosamente, en manos de Gustavo Sánchez Morales, actual secretario de Organización, se preparaba un retaque de papeletas ya votadas.

No obstante, lo más seguro es que la culminación de la jornada que se reprogramó para mañana, no prosperará porque los miembros del gremio y algunas abanderadas a las que se agravió, comenzaron a conformar un bloque de resistencia para que se anulen las votaciones, o de lo contrario no permitirán una toma de protesta espuria. Todo apunta a que no habrá asunción.