/ lunes 2 de agosto de 2021

El Periodismo Sinaloense

"Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques": George Orwell.

Después que Morena, “un luchador social y un líder político”, han sido asesinados y se sabe quiénes los asesinó, sin hacer periodismo de investigación; así, más que la información y la opinión en la redacción del semanario Ríodoce, es lo que he leído después de estar fuera del estado Puro Sinaloa, pues como se recibió a Quirino con el asesinato de Javier Valdez, ahora se le despide con los asesinatos de Román Rubio y Esteban López, lo que parece no ser algo turbio y tan claro para las pesquisas de Ríodoce, la opinión sobre la información, para qué la investigación, puesto que en Sinaloa siempre se ha sabido desde siempre quiénes asesinan y quiénes son asesinados en lo verbal como en lo escrito, desde Heraclio Bernal a El Gitano con el gobernador Loaiza, como una muestra redacional de quién escribe la historia no son los vencedores, ni los vencidos, sino, los periodistas, en el caso del periodismo sinaloense, como cuando el actor Sean Penn hizo el papel de periodista con la actriz de La Reina del Sur-Kate del Castillo con El Chapo en el Mineral de Nuestra Señora en Cosalá, en una puesta de escena hollywoodesca y telenovelesca de Dos Machos y Una Hembra, no siendo mejor que la portada de proceso con Julio Scherer y El Mayo Zambada, que los buenos y los malos periodistas, de pacotilla y de pura envidia, le reprocharon a don Julio, quedándose el Noroeste, el Debate, el Sol de Sinaloa y el Ríodoce viendo para el Triángulo Dorado.

A consideración de las posesiones y las posiciones de los medios informativos y las redes sociales con la publicidad, la afluencia y la influencia informativa social compiten por un lector-usuario-consumidor mediadamente interesado en mantenerse informado en los asuntos públicos y en los problemas sociales sinaloenses, aunque la variedad es siempre la misma por recurrente, siendo lo mismo en los noticieros radiofónico y televisivo.

La libertad de expresión tiende a serse y hacerse asertiva, publipropagandística, medianamente incisiva y crítica, decorativa y pasiva, según los tiempos políticos y los espacios publicitarios, creyéndose la credibilidad y la independencia a manera de empresa meritoriamente condicionada a una ética periodística minimizada al salario empleado-reportero y al convenio del gobierno-los medios y al freelance de pagos externos, siendo las redes sociales con la monetización infomercial en la vaguedad informativa virtual.

L@s que están de más son siempre l@s colaboradores(as) con un protagonismo de opinólog@s doctorales en artículos de opinión y análisis, columnistas a favor o en contra de la ética periodística en la siembra y en la cosecha del chayote, el tomate y el maiceado Puro Sinaloa, así como aquell@s que defienden la empresa periodística como si fuera de ell@s, a reserva de quienes sí hacen el periodismo diario son los reporteros de la nota informativa en los actos y en los hechos reales sinaloenses, siendo el Noroeste el periodismo que no debe serse y hacerse en Sinaloa.

“Los Noticierit@s” que son como los de “La Mesa de Análisis” radiofónicos, no son lo mismo pero tampoco son lo diferente al estilo del intelectual Castañeda y el periodista Loret de Mola en relación al protagonismo periodístico al común y corriente, a nivel estatal y nacional en televisión en el país de las sombras espectrales, donde los asuntos públicos y los problemas sociales los tratan como temas de los temas sucedáneos al narcosicariato, al coronavirus y al feminicidio, sin dejar de obviar Las Mañaneras del Estado-Obrador con los subsecuentes comentarios a favor o en contra de quien representa la 4T presidencial, agendados al historicismo y al histerismo sin más esfuerzo que el ruido mediático con los escándalos estatales y nacionales, siendo para Sinaloa el mismo lugar común con los demás estados del Estado-nación-Obrador.

Las limitaciones y las imitaciones (de y en) el periodismo sinaloense es la empresa periodística y los periodistas en lo impreso, radiofónico, televisivo y digital; leyéndose, escuchándose y viéndose en lo diario-cotidiano sin más análisis que lo dicho por lo hecho o del dicho al hecho es el trecho lo más cercano con lo más lejano, guardando la distancia con el tapabocas y a bocajarro, porque en Sinaloa siempre se ha sabido qué es lo que viene como acontecido y sucedido, pues si no allí están lo del saludo a doña Consuelo y la dejada a Ovidio, la ferretería de Malova y el hotel de Quirino, en lo que llega Rocha Moya con la educación y la cultura y el Cuén y sus universitarios como siervos del estado uasmorenopaseño, esperándolos los pescadores, los agricultores y los ganaderos, porque los muertos del narcosicariato, del coronavirus y las muertas del feminicidio son la herencia transicional en el presente como acto y que se justifica con lo hecho en el pasado, porque no somos iguales a los de antes porque somos los diferentes de ahora.

"Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques": George Orwell.

Después que Morena, “un luchador social y un líder político”, han sido asesinados y se sabe quiénes los asesinó, sin hacer periodismo de investigación; así, más que la información y la opinión en la redacción del semanario Ríodoce, es lo que he leído después de estar fuera del estado Puro Sinaloa, pues como se recibió a Quirino con el asesinato de Javier Valdez, ahora se le despide con los asesinatos de Román Rubio y Esteban López, lo que parece no ser algo turbio y tan claro para las pesquisas de Ríodoce, la opinión sobre la información, para qué la investigación, puesto que en Sinaloa siempre se ha sabido desde siempre quiénes asesinan y quiénes son asesinados en lo verbal como en lo escrito, desde Heraclio Bernal a El Gitano con el gobernador Loaiza, como una muestra redacional de quién escribe la historia no son los vencedores, ni los vencidos, sino, los periodistas, en el caso del periodismo sinaloense, como cuando el actor Sean Penn hizo el papel de periodista con la actriz de La Reina del Sur-Kate del Castillo con El Chapo en el Mineral de Nuestra Señora en Cosalá, en una puesta de escena hollywoodesca y telenovelesca de Dos Machos y Una Hembra, no siendo mejor que la portada de proceso con Julio Scherer y El Mayo Zambada, que los buenos y los malos periodistas, de pacotilla y de pura envidia, le reprocharon a don Julio, quedándose el Noroeste, el Debate, el Sol de Sinaloa y el Ríodoce viendo para el Triángulo Dorado.

A consideración de las posesiones y las posiciones de los medios informativos y las redes sociales con la publicidad, la afluencia y la influencia informativa social compiten por un lector-usuario-consumidor mediadamente interesado en mantenerse informado en los asuntos públicos y en los problemas sociales sinaloenses, aunque la variedad es siempre la misma por recurrente, siendo lo mismo en los noticieros radiofónico y televisivo.

La libertad de expresión tiende a serse y hacerse asertiva, publipropagandística, medianamente incisiva y crítica, decorativa y pasiva, según los tiempos políticos y los espacios publicitarios, creyéndose la credibilidad y la independencia a manera de empresa meritoriamente condicionada a una ética periodística minimizada al salario empleado-reportero y al convenio del gobierno-los medios y al freelance de pagos externos, siendo las redes sociales con la monetización infomercial en la vaguedad informativa virtual.

L@s que están de más son siempre l@s colaboradores(as) con un protagonismo de opinólog@s doctorales en artículos de opinión y análisis, columnistas a favor o en contra de la ética periodística en la siembra y en la cosecha del chayote, el tomate y el maiceado Puro Sinaloa, así como aquell@s que defienden la empresa periodística como si fuera de ell@s, a reserva de quienes sí hacen el periodismo diario son los reporteros de la nota informativa en los actos y en los hechos reales sinaloenses, siendo el Noroeste el periodismo que no debe serse y hacerse en Sinaloa.

“Los Noticierit@s” que son como los de “La Mesa de Análisis” radiofónicos, no son lo mismo pero tampoco son lo diferente al estilo del intelectual Castañeda y el periodista Loret de Mola en relación al protagonismo periodístico al común y corriente, a nivel estatal y nacional en televisión en el país de las sombras espectrales, donde los asuntos públicos y los problemas sociales los tratan como temas de los temas sucedáneos al narcosicariato, al coronavirus y al feminicidio, sin dejar de obviar Las Mañaneras del Estado-Obrador con los subsecuentes comentarios a favor o en contra de quien representa la 4T presidencial, agendados al historicismo y al histerismo sin más esfuerzo que el ruido mediático con los escándalos estatales y nacionales, siendo para Sinaloa el mismo lugar común con los demás estados del Estado-nación-Obrador.

Las limitaciones y las imitaciones (de y en) el periodismo sinaloense es la empresa periodística y los periodistas en lo impreso, radiofónico, televisivo y digital; leyéndose, escuchándose y viéndose en lo diario-cotidiano sin más análisis que lo dicho por lo hecho o del dicho al hecho es el trecho lo más cercano con lo más lejano, guardando la distancia con el tapabocas y a bocajarro, porque en Sinaloa siempre se ha sabido qué es lo que viene como acontecido y sucedido, pues si no allí están lo del saludo a doña Consuelo y la dejada a Ovidio, la ferretería de Malova y el hotel de Quirino, en lo que llega Rocha Moya con la educación y la cultura y el Cuén y sus universitarios como siervos del estado uasmorenopaseño, esperándolos los pescadores, los agricultores y los ganaderos, porque los muertos del narcosicariato, del coronavirus y las muertas del feminicidio son la herencia transicional en el presente como acto y que se justifica con lo hecho en el pasado, porque no somos iguales a los de antes porque somos los diferentes de ahora.

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