/ viernes 27 de agosto de 2021

“El Mesero”: Cine Palomero en tiempos de Pandemia

No se trata de una cinta que vaya a obtener una Diosa de Plata o alguna nominación en el festival de Berlín, aun así tiene sus momentos…

Y sobre todo sigue con rigor y cierta fortuna la fórmula del cine mexicano comercial. Ese cine, que por cierto, cada vez está más cerca de las plataformas de streaming que de las salas de cine. “El Mesero” (México 2020) dirigida por Raúl Martínez es una comedia romántica de engaños y enredos, cuya premisa se centra en la ambición de un mesero, carita y simpático, llamado Rodrigo Sada (Vadhir Derbez), el cual trabaja en un restaurante fifí, de esos que hay “Chilangolandia”. Rodrigo no se detendrá por nada hasta conseguir que un acaudalado empresario y sus socios financien un proyecto encaminado a apoyar al campo mexicano (que no se diga que la cinta carece de conciencia social, faltaba más).

En el camino, el canijo Rodrigo terminará ligándose a la hija del empresario y de paso hasta le hará ojitos a la hermana de éste (Sabine Moussier), una cincuentona sabrosa y bien jaladora, que le tira a todo lo que se mueva. Claro que si Rodrigo fuese feo o morenito, ni quien le tirara un lazo, pero como tiene porte de galán y da el gatazo de “niño bien”, todas las puertas se le abren en un mundo clasista y discriminante, un mundo al que siempre ha anhelado pertenecer.

Como toda comedia romántica mexicana que se jacte de buscar el éxito en taquilla, “El Mesero” está repleto de lugares comunes, además de un montón situaciones absurdas que, eso sí, contribuyen a que la trama se desarrolle sin tropiezos. Eso además de que actores de reparto como el talentosísimo Guillermo Villegas (Backdoor) y el estandupero Franco Escamilla hacen uso de todo su ingenio y espontaneidad para apoyar el desempeño del protagonista.

Si bien es cierto que del personaje de Rodrigo sabemos muy poco, dado que el guión no proporciona mayores antecedentes, la actuación de Vadhir Derbez es eficaz y esa solvencia hace que su personaje se vuelva casi entrañable. Queda claro que Derbez en su paso profesional por Hollywood no ha perdido el tiempo, se ha ocupado en profundizar en el estudio de los distintos géneros actorales, tal es el caso de la comedia.

De pronto la actitud desenfadada y cínica del personaje recuerda a aquel Tom Cruise de los años ochenta en cintas como “Risky Business”, dirigida por Paul Brickman (Estados Unidos 1983).

El guión escrito por Raúl Martínez y Alberto Bremer no se aparta mucho de la historia de amor políticamente correcta en la que el “muchacho chicho” hace lo que hace por una buena causa. Como quien dice, el fin justifica los medios. Lo mismo pasa con la galana de la historia, este caso Mariana (Bárbara López), quien no obstante que es hija del empresario neoliberal, tiene su corazoncito altruista bien puesto, por lo que de manera desinteresada se dedica a dirigir una fundación para apoyar a niños con capacidades diferentes, tipo el Teletón. Qué bonito es lo bonito, dicen en mi pueblo.

El humor, que se supone es el ingrediente principal de una comedia, en este caso está orientado en buena medida hacia la palabra. No es coincidencia que a lo largo del filme escuchemos una voz (voz en off), que en algunos casos sirve para narrar y en otras para reflexionar acerca de lo que estamos viendo, siempre usando refranes populares como forma de sabiduría omnipresente. El recurso funciona aunque a veces se vuelve machacón y forzado. No así la banda sonora compuesta por Manuel Riveiro, la cual merece destacarse pues en mucho contribuye al buen ritmo de la película, al acentuar con total eficacia creativa tanto la carga dramática de ciertas secuencias, como el temperamento y el estado de anímico de los personajes.

Si viste películas como “Cindy la Regia” (Catalina Aguilar Mastretta, Santiago Limón, México 2019,) o “Una Mujer sin Filtro” (Luis Eduardo Reyes, México 2018) es muy probable que “El Mesero” te llene el ojo. Sobre todo si lo último que deseas es complicarte la vida con películas “mafufas” de cine de arte, y tampoco te encuentras en el ánimo de presenciar decapitados, explosiones, o monstruos de tamaño descomunal dándose de golpes. “El Mesero” es por mucho una película palomera que ciertamente conecta con el público. No es casualidad que, con todo y pandemia, se haya mantenido en las salas cinematográficas durante casi un mes. Y vaya que no es poco.

Durante los próximos meses, en lo que respecta al cine hecho en México, se esperan estrenos como: “Un Rescate de Huevitos”, “Yermo”, “El Gran Salto”, “Ni Tuyo ni mía”, “Territorio”, “Clases de Historia”, “Chilangolandia”… y muchas más. A ver de qué cuero salen más correas. Digo yo.

Cometarios, mentadas y felicitaciones a: horacioborax@gmail.com

No se trata de una cinta que vaya a obtener una Diosa de Plata o alguna nominación en el festival de Berlín, aun así tiene sus momentos…

Y sobre todo sigue con rigor y cierta fortuna la fórmula del cine mexicano comercial. Ese cine, que por cierto, cada vez está más cerca de las plataformas de streaming que de las salas de cine. “El Mesero” (México 2020) dirigida por Raúl Martínez es una comedia romántica de engaños y enredos, cuya premisa se centra en la ambición de un mesero, carita y simpático, llamado Rodrigo Sada (Vadhir Derbez), el cual trabaja en un restaurante fifí, de esos que hay “Chilangolandia”. Rodrigo no se detendrá por nada hasta conseguir que un acaudalado empresario y sus socios financien un proyecto encaminado a apoyar al campo mexicano (que no se diga que la cinta carece de conciencia social, faltaba más).

En el camino, el canijo Rodrigo terminará ligándose a la hija del empresario y de paso hasta le hará ojitos a la hermana de éste (Sabine Moussier), una cincuentona sabrosa y bien jaladora, que le tira a todo lo que se mueva. Claro que si Rodrigo fuese feo o morenito, ni quien le tirara un lazo, pero como tiene porte de galán y da el gatazo de “niño bien”, todas las puertas se le abren en un mundo clasista y discriminante, un mundo al que siempre ha anhelado pertenecer.

Como toda comedia romántica mexicana que se jacte de buscar el éxito en taquilla, “El Mesero” está repleto de lugares comunes, además de un montón situaciones absurdas que, eso sí, contribuyen a que la trama se desarrolle sin tropiezos. Eso además de que actores de reparto como el talentosísimo Guillermo Villegas (Backdoor) y el estandupero Franco Escamilla hacen uso de todo su ingenio y espontaneidad para apoyar el desempeño del protagonista.

Si bien es cierto que del personaje de Rodrigo sabemos muy poco, dado que el guión no proporciona mayores antecedentes, la actuación de Vadhir Derbez es eficaz y esa solvencia hace que su personaje se vuelva casi entrañable. Queda claro que Derbez en su paso profesional por Hollywood no ha perdido el tiempo, se ha ocupado en profundizar en el estudio de los distintos géneros actorales, tal es el caso de la comedia.

De pronto la actitud desenfadada y cínica del personaje recuerda a aquel Tom Cruise de los años ochenta en cintas como “Risky Business”, dirigida por Paul Brickman (Estados Unidos 1983).

El guión escrito por Raúl Martínez y Alberto Bremer no se aparta mucho de la historia de amor políticamente correcta en la que el “muchacho chicho” hace lo que hace por una buena causa. Como quien dice, el fin justifica los medios. Lo mismo pasa con la galana de la historia, este caso Mariana (Bárbara López), quien no obstante que es hija del empresario neoliberal, tiene su corazoncito altruista bien puesto, por lo que de manera desinteresada se dedica a dirigir una fundación para apoyar a niños con capacidades diferentes, tipo el Teletón. Qué bonito es lo bonito, dicen en mi pueblo.

El humor, que se supone es el ingrediente principal de una comedia, en este caso está orientado en buena medida hacia la palabra. No es coincidencia que a lo largo del filme escuchemos una voz (voz en off), que en algunos casos sirve para narrar y en otras para reflexionar acerca de lo que estamos viendo, siempre usando refranes populares como forma de sabiduría omnipresente. El recurso funciona aunque a veces se vuelve machacón y forzado. No así la banda sonora compuesta por Manuel Riveiro, la cual merece destacarse pues en mucho contribuye al buen ritmo de la película, al acentuar con total eficacia creativa tanto la carga dramática de ciertas secuencias, como el temperamento y el estado de anímico de los personajes.

Si viste películas como “Cindy la Regia” (Catalina Aguilar Mastretta, Santiago Limón, México 2019,) o “Una Mujer sin Filtro” (Luis Eduardo Reyes, México 2018) es muy probable que “El Mesero” te llene el ojo. Sobre todo si lo último que deseas es complicarte la vida con películas “mafufas” de cine de arte, y tampoco te encuentras en el ánimo de presenciar decapitados, explosiones, o monstruos de tamaño descomunal dándose de golpes. “El Mesero” es por mucho una película palomera que ciertamente conecta con el público. No es casualidad que, con todo y pandemia, se haya mantenido en las salas cinematográficas durante casi un mes. Y vaya que no es poco.

Durante los próximos meses, en lo que respecta al cine hecho en México, se esperan estrenos como: “Un Rescate de Huevitos”, “Yermo”, “El Gran Salto”, “Ni Tuyo ni mía”, “Territorio”, “Clases de Historia”, “Chilangolandia”… y muchas más. A ver de qué cuero salen más correas. Digo yo.

Cometarios, mentadas y felicitaciones a: horacioborax@gmail.com