/ jueves 18 de noviembre de 2021

El cambio de aspirante a Fiscal

Como aspirante, como todos los candidatos a cargos de elección popular, Sara Bruna Quiñónez no le puso peros a la posibilidad de que la eligieran como Fiscal General del Estado. Hasta se regodeó de qué haría de ésta una institución eficiente. Ya se empezó a quejar y a cerciorarse de que está muy lejos de lo que podría ser una mina de oro.

Ella, más que muchos otros, está al tanto de que los recursos financieros en la FGR no son para barrerse con escoba en el piso. Le resonó ello en las pláticas de funcionarios que acudían a los pasillos del Poder Judicial donde se desempeñó como jueza.

Supo que las limitaciones para la oportuna y justa persecución e investigación de los delitos, aparte de la grave corrupción que se tiene, son las de precariedad económica que no deja avanzar los expedientes de investigación hacia los juzgados del fueron común.

Empero, como ya las influencias del poder político, la colocaron en “los cuernos de la luna”, lo primero que hizo es lamentarse de que no hay suficiente dinero para trabajar.

¿En dónde quedó lo que decía?

¿En dónde está la iniciativa y la creatividad?

Aún más, en dónde dejó su experiencia que contribuiría a mejorar las cosas.

La dama, deberá comenzar a laborar con lo que tiene, para demostrar que los resultados, son como para ser exigente.

Especialmente, cuando asumió la dirección de una oficina que presume de ser un órgano autónomo, pero que recientemente a través de éste se premió con una ofensiva pensión económica a Juan José Rios Estavillo, que no sirvió a los sinaloenses, aunque cargó con alforjas repletas que le harán muy fácil su vida, en lo que le resta.

Joaquín Leyva, la cuña para Casa Achoy

Y como “para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo”, la designación de Joaquín Leyva como Coordinador del Centro Cultural del Magisterio Sinaloense, evidentemente que como pocas veces sucede, quedó a la medida.

Su arribo terminará con años de ociosidad, que incluso se resintieron antes y durante la pandemia por Covid-19, porque los nombramientos que respondieron a compromisos políticos, tuvieron hasta a contadores en las riendas, que no aportaron programas ni nuevas iniciativas.

Sin embargo, el nuevo titular de Casa Agustina Achoy, actor y cronista urbano, cayó como anillo al dedo para salvar el grave momento. Conocedor del arte, los clamores culturales de nuestros tiempos y con una amplia trayectoria en el taller de Teatro de la Universidad Autónoma de Sinaloa, fue maestro de varias generaciones de artistas.

Compartió escenarios con el reconocido dramaturgo Oscar Liera. Sin prejuicios que discriminen la condición social de los individuos, de repente se le observa conversar con indigentes en una plaza pública, mientras derrumba las barreras que tradicionalmente separar a una clase social de otra.

Lo hace con tal sencillez que ello se transforma en una luz reveladora, en la que expone que para él todos somos iguales.

No le hace el asco a la posible cercanía con un pordiosero, y eso habla de su gran calidad humana. Esencia que debe portar quien quiere expresar como artista, lo que sucede en cada entorno, en cada segmento comunitario y en cada persona, a la que a menudo la sociedad, solo ve de lejos y crítica, pero no la escucha, menos entiende o reflexiona, sobre sus gozos y sus pesares.

Además su profesión de periodista, le permite conocer los dramas que encienden historias que parecen irreales, pero son verdaderas.

Julio Duarte seducido por Estrada

Circula la versión de que este año no habrá aumento salarial para la clase trabajadora del Ayuntamiento de Culiacán. Que Jesús Estrada Ferreiro, ya le sentenció a Julio Duarte Apac, dirigente del STASAC.

Lo malo, es que el directivo ya aceptó lo que le dijo el edil y hasta se puso a temblar.

Se rumora que hasta se le hizo costumbre que el segundo le conteste al primero, “lo que usted diga patrón”.

Sin importar que se violenten las leyes, reglamentos y estatutos del gremio que establecen que se deben incrementar las percepciones salariales en base a la inflación, que rebasará el 6 por ciento.

Como aspirante, como todos los candidatos a cargos de elección popular, Sara Bruna Quiñónez no le puso peros a la posibilidad de que la eligieran como Fiscal General del Estado. Hasta se regodeó de qué haría de ésta una institución eficiente. Ya se empezó a quejar y a cerciorarse de que está muy lejos de lo que podría ser una mina de oro.

Ella, más que muchos otros, está al tanto de que los recursos financieros en la FGR no son para barrerse con escoba en el piso. Le resonó ello en las pláticas de funcionarios que acudían a los pasillos del Poder Judicial donde se desempeñó como jueza.

Supo que las limitaciones para la oportuna y justa persecución e investigación de los delitos, aparte de la grave corrupción que se tiene, son las de precariedad económica que no deja avanzar los expedientes de investigación hacia los juzgados del fueron común.

Empero, como ya las influencias del poder político, la colocaron en “los cuernos de la luna”, lo primero que hizo es lamentarse de que no hay suficiente dinero para trabajar.

¿En dónde quedó lo que decía?

¿En dónde está la iniciativa y la creatividad?

Aún más, en dónde dejó su experiencia que contribuiría a mejorar las cosas.

La dama, deberá comenzar a laborar con lo que tiene, para demostrar que los resultados, son como para ser exigente.

Especialmente, cuando asumió la dirección de una oficina que presume de ser un órgano autónomo, pero que recientemente a través de éste se premió con una ofensiva pensión económica a Juan José Rios Estavillo, que no sirvió a los sinaloenses, aunque cargó con alforjas repletas que le harán muy fácil su vida, en lo que le resta.

Joaquín Leyva, la cuña para Casa Achoy

Y como “para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo”, la designación de Joaquín Leyva como Coordinador del Centro Cultural del Magisterio Sinaloense, evidentemente que como pocas veces sucede, quedó a la medida.

Su arribo terminará con años de ociosidad, que incluso se resintieron antes y durante la pandemia por Covid-19, porque los nombramientos que respondieron a compromisos políticos, tuvieron hasta a contadores en las riendas, que no aportaron programas ni nuevas iniciativas.

Sin embargo, el nuevo titular de Casa Agustina Achoy, actor y cronista urbano, cayó como anillo al dedo para salvar el grave momento. Conocedor del arte, los clamores culturales de nuestros tiempos y con una amplia trayectoria en el taller de Teatro de la Universidad Autónoma de Sinaloa, fue maestro de varias generaciones de artistas.

Compartió escenarios con el reconocido dramaturgo Oscar Liera. Sin prejuicios que discriminen la condición social de los individuos, de repente se le observa conversar con indigentes en una plaza pública, mientras derrumba las barreras que tradicionalmente separar a una clase social de otra.

Lo hace con tal sencillez que ello se transforma en una luz reveladora, en la que expone que para él todos somos iguales.

No le hace el asco a la posible cercanía con un pordiosero, y eso habla de su gran calidad humana. Esencia que debe portar quien quiere expresar como artista, lo que sucede en cada entorno, en cada segmento comunitario y en cada persona, a la que a menudo la sociedad, solo ve de lejos y crítica, pero no la escucha, menos entiende o reflexiona, sobre sus gozos y sus pesares.

Además su profesión de periodista, le permite conocer los dramas que encienden historias que parecen irreales, pero son verdaderas.

Julio Duarte seducido por Estrada

Circula la versión de que este año no habrá aumento salarial para la clase trabajadora del Ayuntamiento de Culiacán. Que Jesús Estrada Ferreiro, ya le sentenció a Julio Duarte Apac, dirigente del STASAC.

Lo malo, es que el directivo ya aceptó lo que le dijo el edil y hasta se puso a temblar.

Se rumora que hasta se le hizo costumbre que el segundo le conteste al primero, “lo que usted diga patrón”.

Sin importar que se violenten las leyes, reglamentos y estatutos del gremio que establecen que se deben incrementar las percepciones salariales en base a la inflación, que rebasará el 6 por ciento.