Los esmeraldas del León y las tigresas de la Universidad Autónoma de Nuevo León, hicieron buenos los pronósticos, así como hicieron vales su condición dominante durante el torneo regular para ceñirse las coronas en la rama varonil y femenil, respectivamente del Torneo Guardianes 2020 del fútbol mexicano en la máxima categoría, quedando pendiente solo la división llamada de expansión cuyo cetro lo disputarán Atlante y Tampico Madero.
Simple justicia, algo que no sucederá en la Liga de Expansión, porque el líder del rol regular y por mucho, fue el Celaya, pero fue eliminado de manera dramática por Tampico Madero, con un dudoso penal marcado en los últimos segundos del juego eliminatorio definitivo. Esta situación de proyectar al primer lugar de la liga hasta la etapa semifinal sería bueno someterla a análisis, porque definitivamente Celaya llegó fuera de ritmo luego de parar 20 días en espera de los ganadores, primero del repechaje y luego de los cuartos de final de la liguilla.
Ahora vayamos por partes.
Para nada descubrimos el hilo negro al señalar que todo fue atípico en el fútbol y en general en todo el deporte profesional a partir de la llegada del bicho llamada Covid 19. En el balompié, el ritmo de los jugadores en todos sentidos, se vio cortado de tajo y por consecuencia la calidad del espectáculo se vio disminuido. Afecto a todos, pero a unos más que a otros, entre casos de Covid, lesiones más frecuentes, aunado a lo que siempre es regular en todos los torneos como, bajas de juego y castigos.
Una de las mayores virtudes del León fue conservar a todo su plantel y desde luego al mismo técnico, en cambio Pumas, se vio en la necesidad de no solo echar mano de la cantera sino hasta de un técnico de fuerzas básicas, porque el titular argumentando pretextos con muy convincentes tiró la toalla a las primeras de cambio.
Pese a todo el León, batalló y mucho para lograr obtener la corona. Definitivamente no fue el mismo que arrolló a todos en la competencia regular. La final, desde nuestro punto de vista dejó a deber, nos pareció gris, de muy bajo nivel en comparación con otras. Fue una final tensa, muy trabada, jugada con muchas precauciones, pero dentro de todo, el hoy nuevo monarca sin duda alguna, lo señalamos en su momento contaba con mejor armamento, le bastó a Nacho Ambriz hacer un solo movimiento para resolver la serie: alinear a un centro delantero nato.
A pumas se le agradece su esfuerzo y entrega y el hecho de darle oportunidad a muchos jóvenes. La pregunta es ¿continuará en la misma línea?, porque ya se habla de la partida de algunos de sus jugadores extranjeros, de tal manera que, de ser así no le darán seguimiento al proyecto con el mismo plantel. Veremos
En cuanto a la final femenil, el fútbol de las damas continúa avanzando sin duda, pero estamos a años luz de las grandes potencias. Llegaron a la final los dos mejores equipos, losa de costumbre Monterrey y la UNL. Mucha entrega, garra y corazón de ambos equipos, un empate dramático en el global cuando en los últimos segundos las regias anotaron el gol que mandó el juego a penales. Solo más dramatismo, porque Monterrey, falló dos y las tigresas, solo uno. Luego platicamos más de algunos detalles en comparación con el de la rama varonil. Sin inventos.
Solo falta la final de expansión, cuyos juegos de postemporada regular, la verdad fueron una infamia. Ojalá que mejore el espectáculo aunque sea un poco en los duelos por el cetro, entre esto y la devaluada Concachampions.
Nos vemos mañana
Antoniovelazquez13@hotmail.com
