/ jueves 7 de noviembre de 2019

Derecho y Familia

La preeminencia del Derecho, sobre los actos del poder de facto, de acciones de los gobernantes, aun cuando se trate de conductas de buena fe, realizados por excelentes personas, es y ha sido la premisa fundamental de cualquier Estado.

El gobierno de los hombres o el gobierno de las leyes? lo plantea Norberto Bobbio, en su libro sobre el futuro de la democracia.

Por supuesto, reivindica que se trata de una preocupación que ha permanecido desde la antigüedad, y que sigue vigente en este siglo XXI.

1. DERECHOS HUMANOS

Por eso, en estos momentos de varios episodios de violencia, que son considerados únicos, y que han impactado a la opinión pública, no sólo del país, sino del extranjero, el presidente Andrés Manuel López Obrador, insiste en que prevalezca el Derecho sobre la fuerza.

Ello, porque de declararse una guerra, en contra del crimen, se atentaría de manera sistemática en contra de los derechos humanos, consagrados en el artículo 1, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Por lo cual, se ha puesto en primer lugar la seguridad de la sociedad civil, como sucedió el jueves 17 de octubre en Culiacán, porque el enfrentamiento frontal hubiese provocado la pérdida de muchas vidas de seres humanos.

También, el ataque indiscriminado en contra de quienes generan la inseguridad, puede transgredir derechos humanos de quienes han optado por el camino contrario al Derecho.

2. ACTUAR BAJO LA SOMBRA DEL DERECHO

Lo único válido, para actuar por parte del Estado, sin seguir los principios en materia penal, es cuando se tienen hechos en flagrancia, cuando el delincuente está actuando, y siempre y cuando no se exponga a la sociedad, y que el Estado dé una respuesta que no sea desproporcional a los hechos ilícitos.

Así, de esa manera, lo ideal es que se actué aplicando las labores de inteligencia y efectuar investigaciones, y después de ello, entonces sí, actuar, respetando las leyes y los protocolos que al respecto rigen.

Lo contrario significaría salirse del estado de derecho, que se ha construido por el paso de muchos años en democracias como la mexicana, que ha costado recursos económicos y esfuerzos de los partidos políticos por tener paz y tranquilidad.

Sería echar por la borda lo expresado por el artículo 40 constitucional, de que es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República, representativa, democrática, laica y federal.

Donde la democracia es el elemento director, en un país en que existen elecciones, que es un país de leyes, en el que prevalece el Estado de Derecho.

En el que se respetan los derechos humanos.

La preeminencia del Derecho, sobre los actos del poder de facto, de acciones de los gobernantes, aun cuando se trate de conductas de buena fe, realizados por excelentes personas, es y ha sido la premisa fundamental de cualquier Estado.

El gobierno de los hombres o el gobierno de las leyes? lo plantea Norberto Bobbio, en su libro sobre el futuro de la democracia.

Por supuesto, reivindica que se trata de una preocupación que ha permanecido desde la antigüedad, y que sigue vigente en este siglo XXI.

1. DERECHOS HUMANOS

Por eso, en estos momentos de varios episodios de violencia, que son considerados únicos, y que han impactado a la opinión pública, no sólo del país, sino del extranjero, el presidente Andrés Manuel López Obrador, insiste en que prevalezca el Derecho sobre la fuerza.

Ello, porque de declararse una guerra, en contra del crimen, se atentaría de manera sistemática en contra de los derechos humanos, consagrados en el artículo 1, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Por lo cual, se ha puesto en primer lugar la seguridad de la sociedad civil, como sucedió el jueves 17 de octubre en Culiacán, porque el enfrentamiento frontal hubiese provocado la pérdida de muchas vidas de seres humanos.

También, el ataque indiscriminado en contra de quienes generan la inseguridad, puede transgredir derechos humanos de quienes han optado por el camino contrario al Derecho.

2. ACTUAR BAJO LA SOMBRA DEL DERECHO

Lo único válido, para actuar por parte del Estado, sin seguir los principios en materia penal, es cuando se tienen hechos en flagrancia, cuando el delincuente está actuando, y siempre y cuando no se exponga a la sociedad, y que el Estado dé una respuesta que no sea desproporcional a los hechos ilícitos.

Así, de esa manera, lo ideal es que se actué aplicando las labores de inteligencia y efectuar investigaciones, y después de ello, entonces sí, actuar, respetando las leyes y los protocolos que al respecto rigen.

Lo contrario significaría salirse del estado de derecho, que se ha construido por el paso de muchos años en democracias como la mexicana, que ha costado recursos económicos y esfuerzos de los partidos políticos por tener paz y tranquilidad.

Sería echar por la borda lo expresado por el artículo 40 constitucional, de que es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República, representativa, democrática, laica y federal.

Donde la democracia es el elemento director, en un país en que existen elecciones, que es un país de leyes, en el que prevalece el Estado de Derecho.

En el que se respetan los derechos humanos.