/ miércoles 21 de agosto de 2019

 Culiacán justiciero

Desde la historia, autores como Eric Hobsbawm y Edward Palmer Thompson y su diálogo en cuanto a la historia social del crimen, específicamente en la discusión de conceptos: mafia y bandolerismo social, nos son útiles para entender lo que sucede hoy en dia en Culiacán su entorno de violencia.


Según Eric Hobsbawn la mafia comprendía una red de bandas locales (familias) cada uno de los cuales controlaba cierto territorio, en general un municipio o latifundio que estaban vinculados unos con otros de distintos modos.


Según Thomspon, si tomaramos como ejemplo a los narcotráficantes, el hecho de que estos actuaran en beneficio de las comunidades, no los convertía en delincuentes sociales, pues en la realización de estas acciones iban implícitos también sus propios intereses, por tanto, no habría que romantizar el delito.


La historia social tiene como objetivo el estudio de las prácticas transgresivas de los individuos en colectividad es decir, la manera particular de expresar sus pensamientos y conductas que además, sirve para conocer y comprender la transformación en su organización, en el ejercicio del poder, en las tensiones y conflictos, así como en los acuerdos y equilibrios que se crean entre los grupos criminales y que llegan a significar lazos de interdependencia.

Se trata de una historia que reconoce en las practicas transgresoras y los grupos dedicados a éstas, las formas de manifestación y apropiación con la tierra y la comunidad a la que pertenecen, a través de la cual construyen identidades, formas de conducta y reglamentos que ellos mismos hacen legítimos, buscando un beneficio individual y colectivo.

La historia es una alternativa para la interpretación de aquellos grupos catalogados como narcotraficantes, a los que explica como parte de la aparición y la continuidad de comportamientos irregulares. Se trata de una historia social, puesto que en ella se resalta la categoría del individuo que viola las leyes e impone su poder en el escenario delictivo; de este modo, la genealogía y las formas de asociación colectiva de los grupos delincuenciales se integran en una interpretación de la historia en la que se pretende poner al individuo en relación con el contexto social y de violencia.

La historia nos ayuda a explicar lo que sucede en Culiacán y su violencia que se ha vuelto cotidiana desde hace ya medio siglo. Los mensajes y simbolos que se expresan en los recientes asesinatos de supuestos delincuentes, en su mayoria jovenes, no debe confundirse con justicia social, tampoco nos muestra un vacio de autoridad o aquello que los delincuentes hacen por que “el gobierno no puede”.

Por el contrario, la autoridad esta presente, aunque pasiva en lo que pareciera una especie de complicidad y asociacion sigilosa, actua de manera permisiva ante este tipo de actos que ocurren a toda hora y lugar.

Antes hay que decir que el interés de los grupos delictivos en llevar a cabo prácticas de exterminio o las llamadas “limpias” es legitimarse ante la población y hacer sentir su capacidad de dominio y poder, paralelo al mismo gobierno, lo cual debe preocuparnos y ocuparnos como sociedad.

jantoniofernanezv@gmail.com


Desde la historia, autores como Eric Hobsbawm y Edward Palmer Thompson y su diálogo en cuanto a la historia social del crimen, específicamente en la discusión de conceptos: mafia y bandolerismo social, nos son útiles para entender lo que sucede hoy en dia en Culiacán su entorno de violencia.


Según Eric Hobsbawn la mafia comprendía una red de bandas locales (familias) cada uno de los cuales controlaba cierto territorio, en general un municipio o latifundio que estaban vinculados unos con otros de distintos modos.


Según Thomspon, si tomaramos como ejemplo a los narcotráficantes, el hecho de que estos actuaran en beneficio de las comunidades, no los convertía en delincuentes sociales, pues en la realización de estas acciones iban implícitos también sus propios intereses, por tanto, no habría que romantizar el delito.


La historia social tiene como objetivo el estudio de las prácticas transgresivas de los individuos en colectividad es decir, la manera particular de expresar sus pensamientos y conductas que además, sirve para conocer y comprender la transformación en su organización, en el ejercicio del poder, en las tensiones y conflictos, así como en los acuerdos y equilibrios que se crean entre los grupos criminales y que llegan a significar lazos de interdependencia.

Se trata de una historia que reconoce en las practicas transgresoras y los grupos dedicados a éstas, las formas de manifestación y apropiación con la tierra y la comunidad a la que pertenecen, a través de la cual construyen identidades, formas de conducta y reglamentos que ellos mismos hacen legítimos, buscando un beneficio individual y colectivo.

La historia es una alternativa para la interpretación de aquellos grupos catalogados como narcotraficantes, a los que explica como parte de la aparición y la continuidad de comportamientos irregulares. Se trata de una historia social, puesto que en ella se resalta la categoría del individuo que viola las leyes e impone su poder en el escenario delictivo; de este modo, la genealogía y las formas de asociación colectiva de los grupos delincuenciales se integran en una interpretación de la historia en la que se pretende poner al individuo en relación con el contexto social y de violencia.

La historia nos ayuda a explicar lo que sucede en Culiacán y su violencia que se ha vuelto cotidiana desde hace ya medio siglo. Los mensajes y simbolos que se expresan en los recientes asesinatos de supuestos delincuentes, en su mayoria jovenes, no debe confundirse con justicia social, tampoco nos muestra un vacio de autoridad o aquello que los delincuentes hacen por que “el gobierno no puede”.

Por el contrario, la autoridad esta presente, aunque pasiva en lo que pareciera una especie de complicidad y asociacion sigilosa, actua de manera permisiva ante este tipo de actos que ocurren a toda hora y lugar.

Antes hay que decir que el interés de los grupos delictivos en llevar a cabo prácticas de exterminio o las llamadas “limpias” es legitimarse ante la población y hacer sentir su capacidad de dominio y poder, paralelo al mismo gobierno, lo cual debe preocuparnos y ocuparnos como sociedad.

jantoniofernanezv@gmail.com