/ jueves 19 de diciembre de 2019

Cuidemos nuestro planeta en Navidad

“Ándale Juana, no te dilates\u0009 Con la canasta de los cacahuates” (Canto popular).

Se acerca la navidad y el año nuevo; con ellos fiestas, reuniones y posadas. La organización requiere de una elaborada lista que incluye platillos, postres, piñatas, cacahuates, los refrescos, brincolín, la rockola entre otras cosas. Dice la canción “Echen confites y canelones a los muchachos que son muy tragones”. Y muy importante definir ¿quién trae las mandarinas?

En la lista no puede faltar el desechable; que mínimo consiste en vasos, platos, cucharas, tenedores y servilletas para cada asistente (y un poco más por si hace falta; es mejor que sobre). Los objetos de plástico son comunes en nuestra vida moderna y sus beneficios son indudables (aparentemente). El día del evento llegan las bolsas con el contenido requerido y necesario para que podamos departir. Después del evento, todo ese plástico se vuelve un desecho.

Las bolsas en ocasiones se rompen antes de salir del almacén (y pedimos que nos pongan doble). A veces debemos vivir toda una odisea para llegar a nuestro destino con las bolsas rotas y nuestros artículos completos. Además tenemos que transportarnos con la frágil bolsa (que no sirvió para nada), en uno o más camiones.

Se estima que cada año se usan alrededor de 500 mil millones de bolsas de plástico en todo el mundo. El material más común para la fabricación es llamado polietileno; que es una resina sintética y flexible, que se produce a partir de la polimerización del etileno. Este material es barato, ligero y fácil de producir. Pero, los desechos plásticos pueden tardar hasta 1000 años en descomponerse. Por ejemplo, las bolsas de plástico tardan entre 10 y 1000 años y las botellas de plástico 450 años o más.

Los plásticos tienen impacto en diversas áreas; como en la economía, ambiente y salud. Existen muchas empresas y negocios relacionados con la fabricación de plásticos como bolsas, popotes, recipientes entre otros. Un ejemplo de su importancia en la economía es la producción de bolsas, que emplea a 38 mil personas (Asociación de Industriales de la Bolsa Plástica de México). Respecto a nuestra salud; los artículos de espuma de poliestireno contienen sustancias químicas tóxicas tales como el estireno y benceno. Los plásticos se descomponen en pequeñas partículas tóxicas que contaminan el suelo y las vías fluviales. Algunas de estas sustancias se consideran cancerígenas y pueden producir efectos perjudiciales sobre el sistema nervioso, respiratorio, reproductivo, riñones y el hígado. Varios estudios demuestran que las toxinas de los recipientes de espuma de poliestireno, pueden contaminar a los alimentos y a las bebidas, y el riesgo aumenta al recalentar la comida manteniéndola en el recipiente. Inclusive; los plásticos pueden ingresar a la cadena alimenticia si los animales los ingieren.

Los desechos de bolsas de plástico favorecen la propagación de enfermedades; pueden obstruir alcantarillas y aumentar el crecimiento de mosquitos y plagas. Por otro lado; mares y ríos están contaminados con toneladas de plástico; miles de aves y animales viven, se lastiman, ingieren o mueren con NUESTRA BASURA. Estos animales; ingieren residuos plásticos, y ya se han encontrado microplásticos en la sal convencional (de mesa), en aguas de grifo y aguas embotelladas. Aunque en los últimos años ha aumentado la investigación relacionada con los efectos de los microplásticos, todavía se sabe muy poco sobre el impacto real que tienen sobre la salud humana.

Debido a que es un grave problema para el mundo; países como Argentina, Dinamarca, España, EUA, Francia, Irlanda y Reino Unido han tomado medidas legislativas. En México estados como Sonora, Veracruz, Chihuahua, Durango, Jalisco, Tamaulipas, Baja California, Coahuila, Tlaxcala, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Hidalgo, Nayarit, Nuevo León, Tabasco, Ciudad de México, San Luis Potosí, han implementado iniciativas encaminadas a prohibir el uso de ciertos productos plásticos con el propósito de minimizar el impacto ambiental. En Sinaloa, la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Congreso del Estado presentó una iniciativa para prohibir y reducir en forma paulatina el uso de plásticos no biodegradables. Se contemplan sanciones que pueden alcanzar el millón 689 mil pesos para los que incumplan.

Antes de implementar las leyes debemos tomar medidas. Se deben considerar acciones para la colecta y disposición de los desechos y basura, separación de residuos, medidas de reciclaje y más. El tema es complicado; algunas iniciativas no tienen las suficientes bases científicas. Implementarlas; podría causar severos daños económicos, cierre de empresas, pérdida de empleos en la industria del plástico.

Estamos habituados a tirar la basura en bolsas y depositarla en la calle para que pase el camión recolector. La basura satura a las calle de bolsas; conduce a problemas junto con la lluvia e inundaciones. Usamos plásticos para comer, bolsas para transportar cosas, bolsas para la basura. Plástico, plástico, plástico. Bolsas, bolsas y más bolsas. Multipliquemos el plástico y bolsas que usamos por habitante, municipio, estado, país y en el mundo al día.

Debemos adquirir la cultura de portar bolsas reutilizables, cajas o elementos para transportar los artículos y alimentos que adquirimos. En navidad, año nuevo y todos los días; podemos ayudar y cuidar nuestro planeta; reciclemos, reduzcamos el uso de los desechables.

Así que… “Anda María, sal del rincón con la CANASTA de la colación”.

Ricardo Parra es doctor en ciencias, investigador y catedrático universitario

Correo: ricardoparraund@yahoo.com.mx

“Ándale Juana, no te dilates\u0009 Con la canasta de los cacahuates” (Canto popular).

Se acerca la navidad y el año nuevo; con ellos fiestas, reuniones y posadas. La organización requiere de una elaborada lista que incluye platillos, postres, piñatas, cacahuates, los refrescos, brincolín, la rockola entre otras cosas. Dice la canción “Echen confites y canelones a los muchachos que son muy tragones”. Y muy importante definir ¿quién trae las mandarinas?

En la lista no puede faltar el desechable; que mínimo consiste en vasos, platos, cucharas, tenedores y servilletas para cada asistente (y un poco más por si hace falta; es mejor que sobre). Los objetos de plástico son comunes en nuestra vida moderna y sus beneficios son indudables (aparentemente). El día del evento llegan las bolsas con el contenido requerido y necesario para que podamos departir. Después del evento, todo ese plástico se vuelve un desecho.

Las bolsas en ocasiones se rompen antes de salir del almacén (y pedimos que nos pongan doble). A veces debemos vivir toda una odisea para llegar a nuestro destino con las bolsas rotas y nuestros artículos completos. Además tenemos que transportarnos con la frágil bolsa (que no sirvió para nada), en uno o más camiones.

Se estima que cada año se usan alrededor de 500 mil millones de bolsas de plástico en todo el mundo. El material más común para la fabricación es llamado polietileno; que es una resina sintética y flexible, que se produce a partir de la polimerización del etileno. Este material es barato, ligero y fácil de producir. Pero, los desechos plásticos pueden tardar hasta 1000 años en descomponerse. Por ejemplo, las bolsas de plástico tardan entre 10 y 1000 años y las botellas de plástico 450 años o más.

Los plásticos tienen impacto en diversas áreas; como en la economía, ambiente y salud. Existen muchas empresas y negocios relacionados con la fabricación de plásticos como bolsas, popotes, recipientes entre otros. Un ejemplo de su importancia en la economía es la producción de bolsas, que emplea a 38 mil personas (Asociación de Industriales de la Bolsa Plástica de México). Respecto a nuestra salud; los artículos de espuma de poliestireno contienen sustancias químicas tóxicas tales como el estireno y benceno. Los plásticos se descomponen en pequeñas partículas tóxicas que contaminan el suelo y las vías fluviales. Algunas de estas sustancias se consideran cancerígenas y pueden producir efectos perjudiciales sobre el sistema nervioso, respiratorio, reproductivo, riñones y el hígado. Varios estudios demuestran que las toxinas de los recipientes de espuma de poliestireno, pueden contaminar a los alimentos y a las bebidas, y el riesgo aumenta al recalentar la comida manteniéndola en el recipiente. Inclusive; los plásticos pueden ingresar a la cadena alimenticia si los animales los ingieren.

Los desechos de bolsas de plástico favorecen la propagación de enfermedades; pueden obstruir alcantarillas y aumentar el crecimiento de mosquitos y plagas. Por otro lado; mares y ríos están contaminados con toneladas de plástico; miles de aves y animales viven, se lastiman, ingieren o mueren con NUESTRA BASURA. Estos animales; ingieren residuos plásticos, y ya se han encontrado microplásticos en la sal convencional (de mesa), en aguas de grifo y aguas embotelladas. Aunque en los últimos años ha aumentado la investigación relacionada con los efectos de los microplásticos, todavía se sabe muy poco sobre el impacto real que tienen sobre la salud humana.

Debido a que es un grave problema para el mundo; países como Argentina, Dinamarca, España, EUA, Francia, Irlanda y Reino Unido han tomado medidas legislativas. En México estados como Sonora, Veracruz, Chihuahua, Durango, Jalisco, Tamaulipas, Baja California, Coahuila, Tlaxcala, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Hidalgo, Nayarit, Nuevo León, Tabasco, Ciudad de México, San Luis Potosí, han implementado iniciativas encaminadas a prohibir el uso de ciertos productos plásticos con el propósito de minimizar el impacto ambiental. En Sinaloa, la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Congreso del Estado presentó una iniciativa para prohibir y reducir en forma paulatina el uso de plásticos no biodegradables. Se contemplan sanciones que pueden alcanzar el millón 689 mil pesos para los que incumplan.

Antes de implementar las leyes debemos tomar medidas. Se deben considerar acciones para la colecta y disposición de los desechos y basura, separación de residuos, medidas de reciclaje y más. El tema es complicado; algunas iniciativas no tienen las suficientes bases científicas. Implementarlas; podría causar severos daños económicos, cierre de empresas, pérdida de empleos en la industria del plástico.

Estamos habituados a tirar la basura en bolsas y depositarla en la calle para que pase el camión recolector. La basura satura a las calle de bolsas; conduce a problemas junto con la lluvia e inundaciones. Usamos plásticos para comer, bolsas para transportar cosas, bolsas para la basura. Plástico, plástico, plástico. Bolsas, bolsas y más bolsas. Multipliquemos el plástico y bolsas que usamos por habitante, municipio, estado, país y en el mundo al día.

Debemos adquirir la cultura de portar bolsas reutilizables, cajas o elementos para transportar los artículos y alimentos que adquirimos. En navidad, año nuevo y todos los días; podemos ayudar y cuidar nuestro planeta; reciclemos, reduzcamos el uso de los desechables.

Así que… “Anda María, sal del rincón con la CANASTA de la colación”.

Ricardo Parra es doctor en ciencias, investigador y catedrático universitario

Correo: ricardoparraund@yahoo.com.mx