/ lunes 29 de noviembre de 2021

Cuén y ahí viene el lobo

El líder Moral del PAS, debe de tener extremadamente dura su piel como la del cocodrilo con protuberancias óseas que desempeñan la función de armadura para aguantar tantos desaires y golpes que le llegan desde el gobierno del estado.

O también el secretario de salud con ese colmillo que dicen tiene para atemperar tormentas, se sabe manejar con cierto cinismo, porque a lo que se ve no tiene pudor, veamos por qué.

Al ganar la gubernatura, con bombo y platillo juraba y perjuraba que gracias a él Morena se llevó carro completo y se atrevió a decir que pese a lo aportado, el PAS no pretendía puestos en el gobierno.

Corrieron los meses, Cuén pretendía no sólo espacios para él, su esposa y para su fiel escudero: Víctor Antonio Corrales Burgueño a quien ya lo veía despachando en la Secretaría de Educación Pública y a su esposa en el DIF estatal.

Estas dos posiciones se le cebaron, a la ex diputada nunca la tomaron en cuenta en el DIF y a Corrales Burgueño le ofrecían la dirección del Icatsin, pero cómo, si Corrales Burgueño fue rector de la UAS, decían, se les hizo muy poco y no aceptaron.

Cualquier espacio educativo que sirva para apoyar a la juventud es honroso, por ejemplo Francisco Frías Castro, un abogado reconocido, ex secretario general de gobierno, líder de los diputados en la cámara alta, ex secretario de educación, no le hizo el feo a la dirección de Icatsin en la administración anterior, aunque su final todos lo conocemos: fue destituido por el sindicato, a finales de la administración de Quirino.

Los estires y aflojes para ocupar posiciones era un día y el otro también, Cuén presionaba para que le dieran los espacios que decía le correspondían. Le ofrecieron la Secretaría de Salud, se la pasó cuando menos dos meses deshojando la margarita.

El gobernador por su parte empezó a cercar a Cuén, le quitó las mejores posiciones dentro del sector salud, incluso, le sembró gente para que vigile los recursos, bueno, eso “CUENta” su gente.

Como lo remolón no se le quitaba y Cuén aseguraba que no le habían dicho que sería el Secretario de Salud, Rocha Moya, a unos días de tomar el poder, quizá en un arranque de coraje, primero le pidió que no le echara tanta crema a sus tacos, luego le preguntó si quería que le mandara un ramo de flores confirmando su designación y remató que si seguía renuente ahí tenía a su amigo Efrén Encinas que no rajaba.

Muchos políticos escondieron la cara, incluso, pensaban que con ese desaire, el maestro Cuén no iba a aceptar el puesto, pero, sin resabio alguno, incluso se le vio contento, protestó al cargo.

Sin embargo los pasistas emprendieron los jaloneos, Cuén empezó a enviar a todos sus personeros a decir que iba a renunciar, el mensaje iba principalmente a los medios de comunicación, decían que de un momento a otro dejaría la secretaría de salud, aunque se le veía despachando, aparentemente sin ninguna preocupación.

En los medios políticos se aseguraba que Cuén había ido a pedir “chichi” a la ciudad de México, pero que no obtuvo el apoyo de Monreal, principalmente, y que Mario Delgado ni siquiera lo recibió, pese a que le ofrecía para un futuro su acervo político pasista.

Inició la semana Cuén recibía un nuevo revés, al perder el pleito que traía con el alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo “químico” Benitez Torres, aquí se quedó como el perro de las dos tortas, además del nuevo mensaje que le mandó el gobernador.

“No me ha presentado la renuncia Héctor Melesio Cuén, yo no negocio menos con un secretario que es mi subordinado…”

Otra abolladura al pasista, la mayoría de los morenistas pensaban que éste nuevo desaire de Rocha no lo iba a tolerar… pero nada, sólo rumores.

La rumorología no paró, se intensificó, primero se decía que durante la semana fijaría una posición y a última hora se corrió el rumor que sería éste sábado 27 de noviembre cuando Cuén Ojeda renunciara formalmente a la Secretaría de Salud.

No pasó nada…Resulta difícil que Cuén Ojeda lie sus bártulos y se retire, pese a que a cada momento digan ahí viene el lobo, ahí viene el lobo, como gritaba el pastorcito mentiroso.

El líder Moral del PAS, debe de tener extremadamente dura su piel como la del cocodrilo con protuberancias óseas que desempeñan la función de armadura para aguantar tantos desaires y golpes que le llegan desde el gobierno del estado.

O también el secretario de salud con ese colmillo que dicen tiene para atemperar tormentas, se sabe manejar con cierto cinismo, porque a lo que se ve no tiene pudor, veamos por qué.

Al ganar la gubernatura, con bombo y platillo juraba y perjuraba que gracias a él Morena se llevó carro completo y se atrevió a decir que pese a lo aportado, el PAS no pretendía puestos en el gobierno.

Corrieron los meses, Cuén pretendía no sólo espacios para él, su esposa y para su fiel escudero: Víctor Antonio Corrales Burgueño a quien ya lo veía despachando en la Secretaría de Educación Pública y a su esposa en el DIF estatal.

Estas dos posiciones se le cebaron, a la ex diputada nunca la tomaron en cuenta en el DIF y a Corrales Burgueño le ofrecían la dirección del Icatsin, pero cómo, si Corrales Burgueño fue rector de la UAS, decían, se les hizo muy poco y no aceptaron.

Cualquier espacio educativo que sirva para apoyar a la juventud es honroso, por ejemplo Francisco Frías Castro, un abogado reconocido, ex secretario general de gobierno, líder de los diputados en la cámara alta, ex secretario de educación, no le hizo el feo a la dirección de Icatsin en la administración anterior, aunque su final todos lo conocemos: fue destituido por el sindicato, a finales de la administración de Quirino.

Los estires y aflojes para ocupar posiciones era un día y el otro también, Cuén presionaba para que le dieran los espacios que decía le correspondían. Le ofrecieron la Secretaría de Salud, se la pasó cuando menos dos meses deshojando la margarita.

El gobernador por su parte empezó a cercar a Cuén, le quitó las mejores posiciones dentro del sector salud, incluso, le sembró gente para que vigile los recursos, bueno, eso “CUENta” su gente.

Como lo remolón no se le quitaba y Cuén aseguraba que no le habían dicho que sería el Secretario de Salud, Rocha Moya, a unos días de tomar el poder, quizá en un arranque de coraje, primero le pidió que no le echara tanta crema a sus tacos, luego le preguntó si quería que le mandara un ramo de flores confirmando su designación y remató que si seguía renuente ahí tenía a su amigo Efrén Encinas que no rajaba.

Muchos políticos escondieron la cara, incluso, pensaban que con ese desaire, el maestro Cuén no iba a aceptar el puesto, pero, sin resabio alguno, incluso se le vio contento, protestó al cargo.

Sin embargo los pasistas emprendieron los jaloneos, Cuén empezó a enviar a todos sus personeros a decir que iba a renunciar, el mensaje iba principalmente a los medios de comunicación, decían que de un momento a otro dejaría la secretaría de salud, aunque se le veía despachando, aparentemente sin ninguna preocupación.

En los medios políticos se aseguraba que Cuén había ido a pedir “chichi” a la ciudad de México, pero que no obtuvo el apoyo de Monreal, principalmente, y que Mario Delgado ni siquiera lo recibió, pese a que le ofrecía para un futuro su acervo político pasista.

Inició la semana Cuén recibía un nuevo revés, al perder el pleito que traía con el alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo “químico” Benitez Torres, aquí se quedó como el perro de las dos tortas, además del nuevo mensaje que le mandó el gobernador.

“No me ha presentado la renuncia Héctor Melesio Cuén, yo no negocio menos con un secretario que es mi subordinado…”

Otra abolladura al pasista, la mayoría de los morenistas pensaban que éste nuevo desaire de Rocha no lo iba a tolerar… pero nada, sólo rumores.

La rumorología no paró, se intensificó, primero se decía que durante la semana fijaría una posición y a última hora se corrió el rumor que sería éste sábado 27 de noviembre cuando Cuén Ojeda renunciara formalmente a la Secretaría de Salud.

No pasó nada…Resulta difícil que Cuén Ojeda lie sus bártulos y se retire, pese a que a cada momento digan ahí viene el lobo, ahí viene el lobo, como gritaba el pastorcito mentiroso.