/ martes 28 de junio de 2022

Consumo responsable

Por la modernidad se han ido conceptualizando nuevos problemas a raíz de los diferentes conflictos que se han ido desarrollando, por esta ocasión, hablamos del fast fashion o también conocido como moda rápida. Para entender más de la cuestión, será necesario remontarnos hacia los años 80 cuando las tiendas y los grandes almacenes quienes representaban un 70 por ciento de las vetas y consumo en esa época, se movieron a establecimientos propios con la intención de cuidar el concepto de la marca, sin embargo, ese pequeño objetivo de traslado se ha convertido en uno de los principales problemas de este siglo, si entramos en el medio ambientalista.

Ahora bien, la moda rápida es conocida por la producción constante y desmedida de ropa a bajos costos, esto sin control, ya que se producen aproximadamente 62 millones de toneladas de ropa al año.

Cuando todo esto recién comenzó, la industria tenía un modo de operar de una manera, por ejemplo, antes las tiendas trataban de llevar lo más rápido las tendencias de moda a las tiendas, sin embargo, con toda la tecnología, redes sociales y campañas publicitarias; otra industria que también es gigantesca; el concepto de la ropa rápida se logró posicionarse de una manera negativa. Por consecuente, el consumo se multiplicó y era evidente que tendría consecuencias, viendo reflejado en tiempos de producción y de entrega más cortos, donde en las tiendas cada día van sacando nuevas prendas al consumidor.

Esto, por un lado, es la mano de obra tan barata que aplican en los países asiáticos, por ejemplo, China, Cambodia y Bangladesh donde las condiciones laborales son inhumanas, sueldos miserables y horarios de trabajo que no tienen fin, los trabajadores no son discriminados por sexo o edad y don explotados para producir y producir.

Por otro lado, se tiene la despreocupación, en el ámbito social y laboral, o no estoy muy segura si se trata de que no mucha gente entienda el contexto por el impacto medio ambiental de la ropa, pero verdaderamente hacen que se continúe convirtiendo en el enemigo del planeta. Aunque no lo parezca esta industria es una de las más contaminantes a nivel global, lo que significa que el 20 % de los desechos tóxicos se vierten en el agua, que también es otro tema importante, lo afectado que se ha visto este recurso, y todo va a lo mismo, el cambio climático.

Bien, regresando al tema, no es bien conocido que la ropa también está confeccionada con materias primas sintéticas lo que puede llevar siglos en descomponerse. Cada persona ocupa cada prenda (aproximadamente) de 7 a 10 veces, antes de tirarla, es por lo que deberíamos de generar un consumo responsable, no compres ropa solamente por comprarla, no tienes ni idea de lo que esconde todo el trabajo y sacrificio por los trabajadores hacerla, además, del daño irremediable que se le está causando al planeta con esta inconciencia por nuestra parte.

Hay algunas marcas que ya se dieron cuenta del problema y que sí quieren hacer el cambio, pero, la pregunta es ¿será posible? Hablando de que una marca bien colocada esté dispuesta a modificar la sostenibilidad de su modelo, sería un reinvento total y no todas las marcas estarían dispuestas a que esto suceda, porque son cambios muy radicales y en este momento es todo un auge con las nuevas tendencias, los consumidores no se van a detener.

Sin embargo, no todo está perdido, ya que existe la moda slow, lo que ayudará a mitigar todo impacto medio ambiental que la industria de la moda tenga como consecuencia, proponiendo nuevos modelos de negocios, por ejemplo, el apropiarse de poder intercambiar ropa sin ningún costo con alguna amiga o familiar, además de poner la opción de comprar ropa de segunda mano que está disponible en muchas tiendas de la vieja escuela o simplemente no compres tanto.

mail: m.elena.millan@elsoldesinaloa.com.mx

Facebook: Micaela Millán

Por la modernidad se han ido conceptualizando nuevos problemas a raíz de los diferentes conflictos que se han ido desarrollando, por esta ocasión, hablamos del fast fashion o también conocido como moda rápida. Para entender más de la cuestión, será necesario remontarnos hacia los años 80 cuando las tiendas y los grandes almacenes quienes representaban un 70 por ciento de las vetas y consumo en esa época, se movieron a establecimientos propios con la intención de cuidar el concepto de la marca, sin embargo, ese pequeño objetivo de traslado se ha convertido en uno de los principales problemas de este siglo, si entramos en el medio ambientalista.

Ahora bien, la moda rápida es conocida por la producción constante y desmedida de ropa a bajos costos, esto sin control, ya que se producen aproximadamente 62 millones de toneladas de ropa al año.

Cuando todo esto recién comenzó, la industria tenía un modo de operar de una manera, por ejemplo, antes las tiendas trataban de llevar lo más rápido las tendencias de moda a las tiendas, sin embargo, con toda la tecnología, redes sociales y campañas publicitarias; otra industria que también es gigantesca; el concepto de la ropa rápida se logró posicionarse de una manera negativa. Por consecuente, el consumo se multiplicó y era evidente que tendría consecuencias, viendo reflejado en tiempos de producción y de entrega más cortos, donde en las tiendas cada día van sacando nuevas prendas al consumidor.

Esto, por un lado, es la mano de obra tan barata que aplican en los países asiáticos, por ejemplo, China, Cambodia y Bangladesh donde las condiciones laborales son inhumanas, sueldos miserables y horarios de trabajo que no tienen fin, los trabajadores no son discriminados por sexo o edad y don explotados para producir y producir.

Por otro lado, se tiene la despreocupación, en el ámbito social y laboral, o no estoy muy segura si se trata de que no mucha gente entienda el contexto por el impacto medio ambiental de la ropa, pero verdaderamente hacen que se continúe convirtiendo en el enemigo del planeta. Aunque no lo parezca esta industria es una de las más contaminantes a nivel global, lo que significa que el 20 % de los desechos tóxicos se vierten en el agua, que también es otro tema importante, lo afectado que se ha visto este recurso, y todo va a lo mismo, el cambio climático.

Bien, regresando al tema, no es bien conocido que la ropa también está confeccionada con materias primas sintéticas lo que puede llevar siglos en descomponerse. Cada persona ocupa cada prenda (aproximadamente) de 7 a 10 veces, antes de tirarla, es por lo que deberíamos de generar un consumo responsable, no compres ropa solamente por comprarla, no tienes ni idea de lo que esconde todo el trabajo y sacrificio por los trabajadores hacerla, además, del daño irremediable que se le está causando al planeta con esta inconciencia por nuestra parte.

Hay algunas marcas que ya se dieron cuenta del problema y que sí quieren hacer el cambio, pero, la pregunta es ¿será posible? Hablando de que una marca bien colocada esté dispuesta a modificar la sostenibilidad de su modelo, sería un reinvento total y no todas las marcas estarían dispuestas a que esto suceda, porque son cambios muy radicales y en este momento es todo un auge con las nuevas tendencias, los consumidores no se van a detener.

Sin embargo, no todo está perdido, ya que existe la moda slow, lo que ayudará a mitigar todo impacto medio ambiental que la industria de la moda tenga como consecuencia, proponiendo nuevos modelos de negocios, por ejemplo, el apropiarse de poder intercambiar ropa sin ningún costo con alguna amiga o familiar, además de poner la opción de comprar ropa de segunda mano que está disponible en muchas tiendas de la vieja escuela o simplemente no compres tanto.

mail: m.elena.millan@elsoldesinaloa.com.mx

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