/ miércoles 29 de abril de 2020

Compás de espera


La situación actual que vive la humanidad entera, continúa enfocada principalmente al problema sanitario. Lejos está aún en levantar bandera, tanto así que en varios países optaron por cancelar de manera definitiva sus torneos, en algunos proclamando a un campeón, en otros, que son la mayoría, declarándolo desierto pasando a la historia como una temporada como si no hubiese existido, pero al mismo tiempo decretando, por su ubicación en la tabla, su lugar correspondiente en competiciones entre ligas de otras naciones. Otra consecuencia, que bien se puede dar en más competencias domésticas, es la anulación por esta temporada del descenso y ascenso, pero lejos de la barbaridad sucedida en México, en donde desaparecieron este formato.

Por cierto y en apego a nuestra filosofía de puertas abiertas a toda crítica, siempre y cuando sea respetuosa, le pasamos al costo dos de ellas, ambas muy cortas pero contundentes. En la primera nos dice un aficionado que ya nos dejemos de escribir sobre los Dorados, no solo porque la división de ascenso es de menor importancia, sino por el poco respeto que la directiva tuvo en tomar tal decisión. “Me gustaría –dijo Jorge Manuel Salgado- leer más sobre la primera división y el acontecer mundial, más ahora que Dorados ya pasó a la historia porque quien les pondrá atención si aceptan participar en la nueva liga”. Hasta ahí su opinión.

La otras está dirigida a Carlos Salazar, a quien un lector lo tacha de “vendido” porque siempre está en defensa de Dorados. Dice, entre otras cosas, que jamás nos envía nada negativo contra la directiva, a la que tacha de la culpable de todo lo que sucede en torno a Dorados.

Bueno, es solo lo que nos envían a nuestro correo, porque en las redes sociales, lomo le hace falta al presidente de Dorados, Antonio Núñez, para recibir toda una andanada de críticas negativas. Los aficionados se sienten engañados y lo tachan de mentiroso porque siempre sostuvo la cantaleta de que se estaría en busca del ascenso cuando bien sabía que eso sería imposible aun resultando campeón.

De nuestra parte, desde luego que sin dejar por un lado a los Dorados, efectivamente, tendremos que avocarnos en breve tiempo a darle más espacio a otros asuntos futbolísticos, entre ellos, volver a voltear hacia el sector amateur, luego le diremos porque. Es natural que la gente le podrá mínima atención al Gran Pez (bueno, eso de Gran, ya no lo será tanto), porque si participa en la nueva liga y durante seis años no tendrá como premio el poder ascender, simple y sencillamente el interés se reducirá casi a cero.

Los equipos que votaron en contra de tal decisión, continúan molestos, tanto así que uno de ellos, Leones Negros, amenaza con demandar a la propia federación por daños y perjuicios. Hasta la fecha ni un solo club, ni siquiera los que votaron a favor de la desaparición, han dicho esta boca es mía, todos están en el proceso de que la federación les envíe el dinero que como limosna les darán a los 12 para pagar sus deudas.

A todo esto, que grosero y sarcástico fue el presidente de la federación al señalar que los jugadores que no estén contentos se vayan a jugar a Panamá. Estamos seguros que sin pensarlo también le falto citar otros países de Centroamérica. Un insulto directo contra los jugadores y contra la Liga Panameña, porque tácitamente la llamó segundona porque allá si pueden tener cabida jugadores del ascenso del fútbol mexicano. No tiene ni perdón ni vergüenza.

Nos vemos mañana.


La situación actual que vive la humanidad entera, continúa enfocada principalmente al problema sanitario. Lejos está aún en levantar bandera, tanto así que en varios países optaron por cancelar de manera definitiva sus torneos, en algunos proclamando a un campeón, en otros, que son la mayoría, declarándolo desierto pasando a la historia como una temporada como si no hubiese existido, pero al mismo tiempo decretando, por su ubicación en la tabla, su lugar correspondiente en competiciones entre ligas de otras naciones. Otra consecuencia, que bien se puede dar en más competencias domésticas, es la anulación por esta temporada del descenso y ascenso, pero lejos de la barbaridad sucedida en México, en donde desaparecieron este formato.

Por cierto y en apego a nuestra filosofía de puertas abiertas a toda crítica, siempre y cuando sea respetuosa, le pasamos al costo dos de ellas, ambas muy cortas pero contundentes. En la primera nos dice un aficionado que ya nos dejemos de escribir sobre los Dorados, no solo porque la división de ascenso es de menor importancia, sino por el poco respeto que la directiva tuvo en tomar tal decisión. “Me gustaría –dijo Jorge Manuel Salgado- leer más sobre la primera división y el acontecer mundial, más ahora que Dorados ya pasó a la historia porque quien les pondrá atención si aceptan participar en la nueva liga”. Hasta ahí su opinión.

La otras está dirigida a Carlos Salazar, a quien un lector lo tacha de “vendido” porque siempre está en defensa de Dorados. Dice, entre otras cosas, que jamás nos envía nada negativo contra la directiva, a la que tacha de la culpable de todo lo que sucede en torno a Dorados.

Bueno, es solo lo que nos envían a nuestro correo, porque en las redes sociales, lomo le hace falta al presidente de Dorados, Antonio Núñez, para recibir toda una andanada de críticas negativas. Los aficionados se sienten engañados y lo tachan de mentiroso porque siempre sostuvo la cantaleta de que se estaría en busca del ascenso cuando bien sabía que eso sería imposible aun resultando campeón.

De nuestra parte, desde luego que sin dejar por un lado a los Dorados, efectivamente, tendremos que avocarnos en breve tiempo a darle más espacio a otros asuntos futbolísticos, entre ellos, volver a voltear hacia el sector amateur, luego le diremos porque. Es natural que la gente le podrá mínima atención al Gran Pez (bueno, eso de Gran, ya no lo será tanto), porque si participa en la nueva liga y durante seis años no tendrá como premio el poder ascender, simple y sencillamente el interés se reducirá casi a cero.

Los equipos que votaron en contra de tal decisión, continúan molestos, tanto así que uno de ellos, Leones Negros, amenaza con demandar a la propia federación por daños y perjuicios. Hasta la fecha ni un solo club, ni siquiera los que votaron a favor de la desaparición, han dicho esta boca es mía, todos están en el proceso de que la federación les envíe el dinero que como limosna les darán a los 12 para pagar sus deudas.

A todo esto, que grosero y sarcástico fue el presidente de la federación al señalar que los jugadores que no estén contentos se vayan a jugar a Panamá. Estamos seguros que sin pensarlo también le falto citar otros países de Centroamérica. Un insulto directo contra los jugadores y contra la Liga Panameña, porque tácitamente la llamó segundona porque allá si pueden tener cabida jugadores del ascenso del fútbol mexicano. No tiene ni perdón ni vergüenza.

Nos vemos mañana.