/ jueves 30 de enero de 2020

Carlo Mario Ortiz. El mejor en la historia.

“El tiempo pasa y no te puedo olvidar, te llevo en mi pensamiento constante mi amor, y aunque trate de olvidarte, cada día te quiero más”… Suena alegre… Suena bien… Suena a nostalgia. Suena a esa especie de pasión que genera el amor en las personas.

En realidad son Letras puras. Letras que dan vida a un conjunto de palabras que a la vez de manera majestuosa se convierten en armoniosas y nostálgicas frases.

Frases en efecto, que mediante la inspiración propia de quien las ilustra dieron vida al ritmo poético de una alegre pieza musical de nuestro folklore musical mexicano.

Es natural pensar que la inspiración de éste conjunto de palabras, tengan como destino los castos oídos de la musa aquella que con sus encantos ha conquistado el corazón de un hombre…O viceversa.

En resumidas cuentas, al escuchar esa melodía, cualquiera pensaría que se trata de una dedicatoria amorosa interpersonal.

Pero no… No precisamente es esa la idea que hoy me lleva a recuperar dicho texto para plasmarlo en mi columna.

Más bien, mi referencia con la expresión de marras se encaminaría al contexto espiritual de alguien que extraña a su Pueblo. A su entorno. A su gente con sus costumbres y aficiones.

En mi caso concreto, al inscribir ese estribillo musical me refiero a la Ciudad de Guamúchil, la misma que me acogió y aceptó tras mi salida del no menos querido Capomos mi pueblo natal.

Acertó usted. Me refiero a Guamúchil, aquel pequeño poblado conformado a principios del siglo pasado, por un humilde caserío que a la vista muy poco encanto ofrecía, pero que gracias al empuje, el coraje, la determinación de los hombres de trabajo, de lucha, de aquellos grandes visionarios del futuro, es hoy una ciudad progresista y atractiva

Sin duda los sueños de las generaciones del ayer, han alcanzado el futuro y se encuentran aquí y ahora.

Y es que, el Guamúchil aquel, el que los precursores de la vieja aventura, soñaron con verlo crecer hasta convertirlo en una gran ciudad, floreció y cobra vida.

Orgullosos tendrían que estar aquellos hombres y mujeres por el florecimiento del árbol sembrado.

Orgullosos porque la semilla lanzada al fértil suelo del Évora, dio vida a un frondoso árbol. Un hermoso y fructífero Guamúchil.

Y es que, innegable es, que desde la lejana época de la Colonia, Guamúchil con su incipiente conformación debió transitar por las diversas modificaciones políticas y conformaciones geográficas de Sinaloa.

Sobrevivió a Provincias, distritos, departamentos, celaduría y alcaldías como la de Mocorito, desde donde en su calidad de Sindicatura, pega el salto para convertirse en el municipio de Salvador Alvarado. El número 17 de Sinaloa decretado en el año de 1962 por el Congreso del Estado.

Para 1963 se nombra al primer Alcalde designado en la persona de Don Alberto Vega Chávez, el primer impulsor del Guamúchil de mis amores. El mismo y viejo pueblo que miró crecer en sus calles a Pedro Infante el artista más reconocido de México.

Huella imborrable la que dejara Don Alberto Vega (Veguita para sus amigos) en su calidad de primer Alcalde de Salvador Alvarado. La honestidad su mejor carta de presentación.

Al igual que los que le siguieron los pasos como Alvaro Pérez García, quien bajo su gestión en 1969 fue testigo del inicio de la construcción de la Presa Eustaquio Buelna, la máxima obra hidráulica construida en la región del Évora de grandes beneficios para el agro regional.

Y qué decir de Florentino Camacho Rivera quien en 1972 inició la pavimentación hidráulica de las calles del primer cuadro de la floreciente ciudad de Guamúchil. Con Florentino Camacho, llegó el fin del lodo en las calles del centro de la ciudad y por otro lado, se marca el inicio de las fiestas del carnaval de Guamúchil. Por ello muchos lo recuerdan con cariño y respeto.

Le sigue Don Efrén Gallardo para dejar su sello como impulsor entre otras obras del deporte con la magna obra de la construcción del estadio de Beis-Bol.

Y así transitan Alcaldes que pusieron su esfuerzo para el desarrollo de Guamúchil como Regino López, Eduardo Rodríguez, Alfredo Díaz, Fernando Díaz de la Vega, quien compartió ejercicio con Juan León Reyes, Hugo López, David Miranda, Roberto Gastélum, Jaime Irízar, Adolfo Rojo, Alfonso Inzunza, Jorge Casal, Liliana Cárdenas( La única mujer que ha gobernado el municipio), hasta llegar al alcalde del momento.

El actual ejecutivo municipal Carlo Mario Ortiz Sánchez, el más joven de todos sus predecesores, y quien a juicio de la propia ciudadanía, está convertido en el mejor Presidente municipal en la historia de Salvador Alvarado.

Carlo Mario ha sido la revelación política de Salvador Alvarado, no solo por el trato cordial y sencillo que le caracteriza y que le reconocen los alvaradenses, sino por la magna obra pública que ha ejecutado en beneficio de todos los habitantes del municipio.

El propio Gobernador de Sinaloa Quirino Ordaz Coppel lo reconoce como el acalde que ha cubierta las más caras expectativas que puede generar un funcionario público entre sus gobernados.

Carlo Mario Ortiz Sánchez, ha tocado las fibras más sensibles del agradecimiento de la gente de Guamúchil y las dos sindicaturas que conforman el municipio.

Hay que decirlo con claridad. Ese reconocimiento que el grueso de los alvaradenses le manifiestan al gobierno que encabeza Carlo Mario, tiene su explicación en las trascendentales obras que en materia de infraestructura urbana, cultural, social, y deportiva ha ejecutado de manera ininterrumpida.

La transformación de la ciudad de Guamúchil está a la vista de propios y extraños, con el reflejo de sus calles amplias y limpias, sus campos deportivos y estadios en extraordinarias condiciones, los nuevos parques y centros recreativos con niños, jóvenes y adultos disfrutando de ratos de esparcimiento familiar.

Ese es el Guamúchil que en mi reciente visita a esa mi querida ciudad pude observar con singular beneplácito.., Es el Guamúchil que sin duda quisieron ver y soñaron para sus descendientes aquellos hombres y mujeres que forjaron lo que a inicios del siglo pasado era apenas una casi olvidada estación de ferrocarril… Hoy Guamúchil es orgullo de todos… Nuestra ciudad es otra. Es bella… Es el Guamúchil de todos. Que siga pues la enorme tarea que ha impulsado y está impulsando el Alcalde Carlo Mario Ortiz Sánchez, para muchos hasta hoy el mejor de todos…

“El tiempo pasa y no te puedo olvidar, te llevo en mi pensamiento constante mi amor, y aunque trate de olvidarte, cada día te quiero más”… Suena alegre… Suena bien… Suena a nostalgia. Suena a esa especie de pasión que genera el amor en las personas.

En realidad son Letras puras. Letras que dan vida a un conjunto de palabras que a la vez de manera majestuosa se convierten en armoniosas y nostálgicas frases.

Frases en efecto, que mediante la inspiración propia de quien las ilustra dieron vida al ritmo poético de una alegre pieza musical de nuestro folklore musical mexicano.

Es natural pensar que la inspiración de éste conjunto de palabras, tengan como destino los castos oídos de la musa aquella que con sus encantos ha conquistado el corazón de un hombre…O viceversa.

En resumidas cuentas, al escuchar esa melodía, cualquiera pensaría que se trata de una dedicatoria amorosa interpersonal.

Pero no… No precisamente es esa la idea que hoy me lleva a recuperar dicho texto para plasmarlo en mi columna.

Más bien, mi referencia con la expresión de marras se encaminaría al contexto espiritual de alguien que extraña a su Pueblo. A su entorno. A su gente con sus costumbres y aficiones.

En mi caso concreto, al inscribir ese estribillo musical me refiero a la Ciudad de Guamúchil, la misma que me acogió y aceptó tras mi salida del no menos querido Capomos mi pueblo natal.

Acertó usted. Me refiero a Guamúchil, aquel pequeño poblado conformado a principios del siglo pasado, por un humilde caserío que a la vista muy poco encanto ofrecía, pero que gracias al empuje, el coraje, la determinación de los hombres de trabajo, de lucha, de aquellos grandes visionarios del futuro, es hoy una ciudad progresista y atractiva

Sin duda los sueños de las generaciones del ayer, han alcanzado el futuro y se encuentran aquí y ahora.

Y es que, el Guamúchil aquel, el que los precursores de la vieja aventura, soñaron con verlo crecer hasta convertirlo en una gran ciudad, floreció y cobra vida.

Orgullosos tendrían que estar aquellos hombres y mujeres por el florecimiento del árbol sembrado.

Orgullosos porque la semilla lanzada al fértil suelo del Évora, dio vida a un frondoso árbol. Un hermoso y fructífero Guamúchil.

Y es que, innegable es, que desde la lejana época de la Colonia, Guamúchil con su incipiente conformación debió transitar por las diversas modificaciones políticas y conformaciones geográficas de Sinaloa.

Sobrevivió a Provincias, distritos, departamentos, celaduría y alcaldías como la de Mocorito, desde donde en su calidad de Sindicatura, pega el salto para convertirse en el municipio de Salvador Alvarado. El número 17 de Sinaloa decretado en el año de 1962 por el Congreso del Estado.

Para 1963 se nombra al primer Alcalde designado en la persona de Don Alberto Vega Chávez, el primer impulsor del Guamúchil de mis amores. El mismo y viejo pueblo que miró crecer en sus calles a Pedro Infante el artista más reconocido de México.

Huella imborrable la que dejara Don Alberto Vega (Veguita para sus amigos) en su calidad de primer Alcalde de Salvador Alvarado. La honestidad su mejor carta de presentación.

Al igual que los que le siguieron los pasos como Alvaro Pérez García, quien bajo su gestión en 1969 fue testigo del inicio de la construcción de la Presa Eustaquio Buelna, la máxima obra hidráulica construida en la región del Évora de grandes beneficios para el agro regional.

Y qué decir de Florentino Camacho Rivera quien en 1972 inició la pavimentación hidráulica de las calles del primer cuadro de la floreciente ciudad de Guamúchil. Con Florentino Camacho, llegó el fin del lodo en las calles del centro de la ciudad y por otro lado, se marca el inicio de las fiestas del carnaval de Guamúchil. Por ello muchos lo recuerdan con cariño y respeto.

Le sigue Don Efrén Gallardo para dejar su sello como impulsor entre otras obras del deporte con la magna obra de la construcción del estadio de Beis-Bol.

Y así transitan Alcaldes que pusieron su esfuerzo para el desarrollo de Guamúchil como Regino López, Eduardo Rodríguez, Alfredo Díaz, Fernando Díaz de la Vega, quien compartió ejercicio con Juan León Reyes, Hugo López, David Miranda, Roberto Gastélum, Jaime Irízar, Adolfo Rojo, Alfonso Inzunza, Jorge Casal, Liliana Cárdenas( La única mujer que ha gobernado el municipio), hasta llegar al alcalde del momento.

El actual ejecutivo municipal Carlo Mario Ortiz Sánchez, el más joven de todos sus predecesores, y quien a juicio de la propia ciudadanía, está convertido en el mejor Presidente municipal en la historia de Salvador Alvarado.

Carlo Mario ha sido la revelación política de Salvador Alvarado, no solo por el trato cordial y sencillo que le caracteriza y que le reconocen los alvaradenses, sino por la magna obra pública que ha ejecutado en beneficio de todos los habitantes del municipio.

El propio Gobernador de Sinaloa Quirino Ordaz Coppel lo reconoce como el acalde que ha cubierta las más caras expectativas que puede generar un funcionario público entre sus gobernados.

Carlo Mario Ortiz Sánchez, ha tocado las fibras más sensibles del agradecimiento de la gente de Guamúchil y las dos sindicaturas que conforman el municipio.

Hay que decirlo con claridad. Ese reconocimiento que el grueso de los alvaradenses le manifiestan al gobierno que encabeza Carlo Mario, tiene su explicación en las trascendentales obras que en materia de infraestructura urbana, cultural, social, y deportiva ha ejecutado de manera ininterrumpida.

La transformación de la ciudad de Guamúchil está a la vista de propios y extraños, con el reflejo de sus calles amplias y limpias, sus campos deportivos y estadios en extraordinarias condiciones, los nuevos parques y centros recreativos con niños, jóvenes y adultos disfrutando de ratos de esparcimiento familiar.

Ese es el Guamúchil que en mi reciente visita a esa mi querida ciudad pude observar con singular beneplácito.., Es el Guamúchil que sin duda quisieron ver y soñaron para sus descendientes aquellos hombres y mujeres que forjaron lo que a inicios del siglo pasado era apenas una casi olvidada estación de ferrocarril… Hoy Guamúchil es orgullo de todos… Nuestra ciudad es otra. Es bella… Es el Guamúchil de todos. Que siga pues la enorme tarea que ha impulsado y está impulsando el Alcalde Carlo Mario Ortiz Sánchez, para muchos hasta hoy el mejor de todos…