/ viernes 15 de febrero de 2019

Caprichos

Se vive en la República Mexicana, a priori, políticamente lo que se le llama, La Cuarta transformación. Su impulsor, el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador.

Aduce como precedentes, Primera Transformación, el Movimiento de Independencia de 1910. Miguel Hidalgo y Costilla, lo registra la historia oficial, como el líder del pensamiento insurgente. Morelos, en realidad, lo fue.

Como Segunda Transformación, el Movimiento de la Reforma. Benito Juárez, la figura institucional preponderante, de ese cambio nacional. El tratado firmado por Mr. Robert McLane, ministro plenipotenciario del gobierno de los Estados Unidos y Melchor Ocampo, ministro de Relaciones Exteriores de Juárez, donde se cede a los americanos, grandes territorios mexicanos, a cambio de apoyo militar, la deja a la mitad. Micha y micha.

La Tercera Transformación, la Revolución Mexicana. Este levantamiento nacional contra la dictadura de Don Porfirio Díaz, culmina con éxito y produce, la actual Constitución Federal a propuesta del Jefe del Ejército Constitucionalista, Don Venustiano Carranza. Esta sí, una verdadera transformación.

En un proceso inédito, el nuevo gobierno, tiene en marcha, acciones importantes que impactan la vida nacional, subrayando la lucha contra la corrupción, procurar el bienestar social de las grandes mayorías sociales y la inseguridad pública. La seguridad pública, “el mal de todos los males”.

El fenómeno, no es de ahora. El plan institucional en materia de Seguridad Pública, desde los años 70 a la fecha, con la llamada Operación Cóndor impulsada por el gobierno americano, se distingue por ser todo un Galimatías. Desde entonces, casi 60 años, cohabitando cotidianamente, con nuestras fuerzas armadas. También en sus inicios, el método se extendió, a opositores políticos y movimientos estudiantiles.

Poco ha importado, un federalismo resquebrajado y orden constitucional vapuleado por el centralismo político que acabo con la soberanías estatales, la prohibición constitucional de los articulo 129 y 21 y las pérdidas de derechos y libertades, traducidas en acciones excesivas del estado, como detenciones arbitrarias, intervenciones de comunicaciones, desapariciones forzadas, establecimiento de dos regímenes de enjuiciamiento uno garantista y otro llamado de excepción, amén de otro catálogo largo de conductas indebidas.

Desde la puesta en marcha de la Operación Cóndor en México en los años setenta, hasta la actualidad febrero de 2019, en el que el gobierno Federal que impulsa lo que unilateralmente llama Cuarta Transformación, intenta de plano, Militarizar las funciones institucionales de la Policía. El As de la Manga, lo es, la Institución Pública que se ha de llamar, Guardia Nacional.

Una carpeta de investigaciones sin detenido, tiene que realizarse empezando con recepcionar y analizando la noticia del hecho criminal, un acuerdo de inicio de la investigación, el establecimiento de la teoría del caso, con sus elementos Fáctico, probatorio y jurídico, interaccionando dentro de la unidad trinitaria de la investigación, el Ministerio público, el policía de investigaciones y perito, para obtener los componentes de convicción para el soporte de la teoría del caso, entendiendo que la Investigación fáctica se inicia con la Inspección en el lugar de los hechos y la Investigación técnica que inicia desde el lugar de los hechos y la investigación jurídica, que empieza desde el lugar de los hechos o terminando de estructurarse en el ámbito administrativa, teniendo en cuenta las soluciones alternativas y la Resolución ministerial, variando esto si hay detenido para el tema de control de la detención y el personal participativo debe entonces, saber derecho constitucional, procesal penal, penal, y un catálogo de conocimientos de diversa índole para que la investigación tenga éxito y culmine, con una sentencia condenatoria.

Vocación militar, intereses extra nacionales, ignorancia o caprichos, a cambio de fortalecer instituciones nuestras ya existentes. Ese es el dilema de la Cuarta Transformación.



Se vive en la República Mexicana, a priori, políticamente lo que se le llama, La Cuarta transformación. Su impulsor, el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador.

Aduce como precedentes, Primera Transformación, el Movimiento de Independencia de 1910. Miguel Hidalgo y Costilla, lo registra la historia oficial, como el líder del pensamiento insurgente. Morelos, en realidad, lo fue.

Como Segunda Transformación, el Movimiento de la Reforma. Benito Juárez, la figura institucional preponderante, de ese cambio nacional. El tratado firmado por Mr. Robert McLane, ministro plenipotenciario del gobierno de los Estados Unidos y Melchor Ocampo, ministro de Relaciones Exteriores de Juárez, donde se cede a los americanos, grandes territorios mexicanos, a cambio de apoyo militar, la deja a la mitad. Micha y micha.

La Tercera Transformación, la Revolución Mexicana. Este levantamiento nacional contra la dictadura de Don Porfirio Díaz, culmina con éxito y produce, la actual Constitución Federal a propuesta del Jefe del Ejército Constitucionalista, Don Venustiano Carranza. Esta sí, una verdadera transformación.

En un proceso inédito, el nuevo gobierno, tiene en marcha, acciones importantes que impactan la vida nacional, subrayando la lucha contra la corrupción, procurar el bienestar social de las grandes mayorías sociales y la inseguridad pública. La seguridad pública, “el mal de todos los males”.

El fenómeno, no es de ahora. El plan institucional en materia de Seguridad Pública, desde los años 70 a la fecha, con la llamada Operación Cóndor impulsada por el gobierno americano, se distingue por ser todo un Galimatías. Desde entonces, casi 60 años, cohabitando cotidianamente, con nuestras fuerzas armadas. También en sus inicios, el método se extendió, a opositores políticos y movimientos estudiantiles.

Poco ha importado, un federalismo resquebrajado y orden constitucional vapuleado por el centralismo político que acabo con la soberanías estatales, la prohibición constitucional de los articulo 129 y 21 y las pérdidas de derechos y libertades, traducidas en acciones excesivas del estado, como detenciones arbitrarias, intervenciones de comunicaciones, desapariciones forzadas, establecimiento de dos regímenes de enjuiciamiento uno garantista y otro llamado de excepción, amén de otro catálogo largo de conductas indebidas.

Desde la puesta en marcha de la Operación Cóndor en México en los años setenta, hasta la actualidad febrero de 2019, en el que el gobierno Federal que impulsa lo que unilateralmente llama Cuarta Transformación, intenta de plano, Militarizar las funciones institucionales de la Policía. El As de la Manga, lo es, la Institución Pública que se ha de llamar, Guardia Nacional.

Una carpeta de investigaciones sin detenido, tiene que realizarse empezando con recepcionar y analizando la noticia del hecho criminal, un acuerdo de inicio de la investigación, el establecimiento de la teoría del caso, con sus elementos Fáctico, probatorio y jurídico, interaccionando dentro de la unidad trinitaria de la investigación, el Ministerio público, el policía de investigaciones y perito, para obtener los componentes de convicción para el soporte de la teoría del caso, entendiendo que la Investigación fáctica se inicia con la Inspección en el lugar de los hechos y la Investigación técnica que inicia desde el lugar de los hechos y la investigación jurídica, que empieza desde el lugar de los hechos o terminando de estructurarse en el ámbito administrativa, teniendo en cuenta las soluciones alternativas y la Resolución ministerial, variando esto si hay detenido para el tema de control de la detención y el personal participativo debe entonces, saber derecho constitucional, procesal penal, penal, y un catálogo de conocimientos de diversa índole para que la investigación tenga éxito y culmine, con una sentencia condenatoria.

Vocación militar, intereses extra nacionales, ignorancia o caprichos, a cambio de fortalecer instituciones nuestras ya existentes. Ese es el dilema de la Cuarta Transformación.



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